martes, abril 22, 2008

~20~ 4ª Temporada

En el capítulo anterior...

Tras despedir a la Hidro y a la Naxa de esta Temporada, porque éramos demasiadas marikas juntas yendo a los mismos sitios, y así, no había forma de que la trama avanzara, me quedé con Gigi y decidimos regresar a la habitación donde habíamos escapado por los pelos del SER, a recuperar aquel cachivache roto.



Era extraño que tras todo el alboroto, mis gritos... y el helicóptero que se llevó a la Hidro y a la Naxa, se respiraba demasiada tranquilidad dentro de la residencia Esperanzador Atardecer.

-Será porque los abuelitos tienen un sueño profundo.
-¿Y tú cómo sabes lo que estaba pensando, nena?
-¡Pues porque lo acabo de leer tres líneas más arriba, tía!
-Jo, nena, tengo que conseguir en los futuros capítulos, que este falso directo no suene tan ¡FALSO!
-Shhh! –dijo la Gigi con cara de cague mirando hacia donde terminaban las escaleras que subíamos.

Aguantamos dos segundos… y no se oyó nada.

-¿Qué has oído, nena?
-Si en la planta de arriba no hay nadie, supongo que NADA.
-Ay, Gigi, no hagas ese tipo de cosas que me asustas…
-¿Y me lo dices a mí? ¿Sabes cómo me siento, tía? Como Diane Lane en Rastro Oculto.
-¿VIEJA?
-No, tía, vieja no…
-¡Pues anda que no aparenta vieja en esa película!, con una actriz que hace de su madre y que parece 20 años más joven que ella, neeenaaa.
-Pues mira, en eso no me fijé. A mí me pareció más que tenía cara de bollera.
-Sí, nena, ¡de Madre Bollera! ¿Y se puede saber a santo de qué te ha recordado esa película?
-¡Coño, tía! ¡Pues porque te has puesto la banda sonora de Christopher Young para escribir este capítulo, tía!
-Es que es súper ideal para subir escaleras en plan misterio, nena…

Continuamos subiendo las escaleras hasta llegar al pasillo. No se oía nada, y nuestras pisadas volvían ha hacer ese ruidito tan desagradable sobre las baldosas del suelo súper limpias y brillantes.

-¿Y si paramos un segundo, entramos en la farmacia y nos tomamos algo para tranquilizarnos?
-No, Gigi, que no es momento para colocarse, nena.
-Jo, va, sólo un poquito, tía…

Tozuda como una mula y con aquella cara de pena que me puso, no pude más que acceder a su petición. Entré en la farmacia y volví a salir poniéndole una pastilla en la mano.

-¿UNA ASPIRINA? –dijo con un falsete-. ¿A esto llamas tú algo para tranquilizarte?
-Sí, nena, y me temo que va a ser para mí, porque entre tú, la Hidro y la Naxa tengo la cabeza con palpitaciones –y ella me miró de forma rara-. Palpitaciones en las sienes, nena. A ver si vas a pensar que se me va a poner a bombear la cabeza de un momento a otro.
-Viniendo de ti, ¡cualquier cosa, tía!
-Anda, tira pa’lante, nena…
-¿Sabes lo que me haría falta en este momento? Papel de bolitas. Para explotarlas. Me ayuda a tranquilizarme.
-Uis, pues si fuera por mí, me pedirá una buena polla, que también me tranquiliza una barbaridad –dije cuando llegamos a la puerta destrozada, donde minutos y capítulo anteriores, habíamos luchado contra El Mal Absoluto y el SER.
-Menudo estropicio, tía…
-No perdamos el tiempo tentando a la suerte, y busquemos la cajita esa.
-¿Cómo es?
-Pues con pompones color lila, de forma triangular, con algo parecido a una guirnalda verde rodeándola. ¡GIGI! ¿Cómo coño va a ser una caja? ¡CUADRADA, nena, CUADRADA! ¡STOP! –dije separando las manos del cuerpo para que Gigi no la pisara.

En el suelo había un trasto hecho como de madera y cobre, completamente apastado. La verdad es que no tenía forma de caja, y más bien parecía una cajetilla de tabaco a la mañana siguiente en el suelo de una caseta sevillana de la Feria de Abril. O sea, que estaba completamente hecha pedazos y aplastada.

-Si eso era una cajita… lo sería antes de que la espachurraran. Mira, tía, le salen cositas metálicas por los lados.

Levanté la cabeza un segundo para mirarla, y al igual que aquella caja, me imaginé la cabeza de Gigi, con resortes saliendo por los laterales. Me aguanté la risa, porque de las amigas una NUNCA se debe reír. Se las puede mandar a tomar por culo, pero NO REIRSE de ellas, nenas; con mucho cuidado cogí la cajita mirando muy bien si había alguna pieza del interior que hubiera saltado fuera. No quería irme de allí dejándome algo de vital importancia.

-¡Tía, no te muevas!
-¡QUÉ! –chillé yo, con el culo más apretado que un gimnasta de anillas.
-Esa cosa la he visto yo en otra parte.
-¿Qué cosa?
-Esa cosa, tía –dijo señalando la cajita.
-¿Dónde has visto una cajita como esta?

Gigi hizo memoria durante un eterno minuto.

-Gigi, nena, que estamos en el capítulo 20 y sólo nos quedan otros 15 para terminar esta temporada… ¿¿¿DÓNDE COÑO HAS VISTO ESTO??? ¡¡¡RESPONDE!!!
-Donde la mujer fea…

Ni que decir tiene, que aquella respuesta me descolocó cantidad.

-¿La antigua directora de la residencia? ¿La muerta?
-Sí, la muerta, pero no esa muerta. La que estaba en el cementerio…
-¿Cuándo te caíste dentro del cementerio, quieres decir? –y ella asintió-. ¿Había una cosa de éstas abajo?
-Ay, tía, no me presiones. Creo que sí, que se parecía a eso. Aquello estaba hecho unos zorros, y había arenas movedizas, y ataúdes, y el retrato de una señora fea y algo que hacía burbujas.
-Está bien, está bien. Recapitulemos, nena. A ver si vamos poniendo los puntos sobre las ies.
-Dolly, ¿quieres dejar de ir en plan María Moliner y hablar claro? Este blog lo leen muchas maricas, y no creo que todas ellas trabajen en un astrofísico o tengan una carrera, a no ser que sea en las medias.
-¿Quieres decir... que te lo cuente de forma que TÚ lo entiendas, nena?
-Pues sí, me refería a eso, tía.
-En este sitio muere gente. Vinimos aquí por la desaparición de Rosario Fitis.
-¿Ves?, a eso me refería, tía, ¡ya no sabía por qué estábamos en esta residencia de la tercera edad…!
-Oka, nena. El SER es quien se carga a la gente, ¿vale? Y siempre que aparece, se oye una musiquilla.
-Sí, tía, como la de la serie LOST, la de niiii nooo NIIII NOOOO
-Eso es, nena… y entonces fue cuando descubrí que en la residencia se encontraba aquel viejo loco que intentó matarnos en la Primera Temporada de Desperate Housegays… aunque había cambiado algo. Era mucho más joven, pero estaba igual de loco, nena, y llamó a ésta cosa TRASLADOR.
-¿Cómo el de Harry Potter?
-Me temo que no, nena. Esta cajita… esta cajita –dije abriendo mucho los ojos-. Rejuvenece a su poseedor.
-¿Y ese quién es?
-¡A su dueño, Gigi! Si tienes la caja, invocas al SER, el SER aparece, se merienda a alguien, y la fuerza vital del muerto pasa al dueño de la caja.
-¿Y el SER qué gana?
-¡Coño, nena! ¡SE COME EL CUERPO DEL CADÁVER!
-¡Pues menos mal, tía! Porque si esa cajita está rota, el SER ya no volverá…
-¡NENA! Si la caja está rota, quiere decir que ¡¡¡EL SER ANDA SUELTO!!!
-Peligro en el ambiente... -dijo Gigi imitando el tono de travesti de Tamara.

Nos miramos una millonésima de la raíz cuadrada de un segundo, y acto seguido lanzamos un grito a coro, que ni imagináis.

-Pero Dolly, yo creo que vi otra de esas cajitas… en el cementerio de aquí al lado.
-Eso quiere decir… que hay más de una…
-Y que hay ¡¡¡MÁS SERES DEL TERROR COME CARNES!!!

Y volvimos a gritar aterrorizadas, y esta vez la sincronización de nuestros agudos fue perfecta. Casi hasta se me escapa una lágrima de la emoción. Eramos como un Duet de Mónicas Naranjo intentando sacarse el tanga de entre las nalgas.

-¿Pero cómo lo supo el viejo loco? –me pregunté en voz alta tras recuperar aire en los pulmones-. Bueno, él inventaba cosas. Quizá fuera como una especie de Indiana Jones tarado de cojones que se dedica a buscar artefactos por el mundo…
-Además de intentar matarte cada vez que se cruza en tu camino, tía.
-Sí, eso también.
-Así que eso fue… supo de la existencia de esas cajitas, en el cementerio de al lado de la residencia, ingresó aquí como un abuelito más, encontró una de las cajas, y con ayuda del SER, fue matando a gente y rejuveneciendo.
-Para mí tiene mucho sentido, tía.
-Lo sé, nena. No es que sea la trama de uno de esos guiones a los que le dan el Oscar, pero nos lo pasamos bien mientras desciframos de qué va la cosa, ¿no?
-Claro, tía.
-¿Sabes qué? Deberíamos bajar al cementerio, nena.
-Ah, no, Dolly, que yo ya estuve una vez allí y no me hizo ninguna gracia. Además, allí huele mal.
-¿Peor que en el cuarto oscuro del Leather?

Y más que pensativa, Gigi se quedó como ausente.

-Nena, tenemos que bajar y buscar otra de esas cajas. Esta no sirve ni para echarla a quemar a la chimenea… en caso de que tuviéramos una chimenea donde poder echarla, claro.
-Pero esta vez, yo me quedo fuera y bajas tú, tía.
-Mira que eres, Gigi. Tú ya has estado allí y sabes dónde buscar.
-Ni muerta volvería a bajar a ese sitio.
-Vale, nena, bajaré yo, pero si mientras busco la cajita te sale el SER y te da un bocao, a mí no me vengas a pedir cuentas, ¿eh?
-Bueno, va, bajaremos las dos.
-Veamos si encontramos una bolsa donde poder guardar este estropicio, buscamos una linterna y bajamos al cementerio, nena.
-¡Qué otra cosa podemos hacer! -dijo Gigi antes de darse media vuelta y lanzar un grito.

Allí, mirándonos con ojillos avariciosos y salidos, estaban enfundados en sus batas y pijamas espantahorribles, los abuelos de la residencia.

-¡JODER! –gritó Gigi, y eso que para oírle decir un taco a ella, debe ser sólo por una buena causa.
-¿Qué están haciendo que no están durmiendo? -pregunté yo.

Uno de ellos, apuntó con un dedo los restos de la caja que tenía en las manos.

-¿Es verdad que ESO rejuvenece?
-Bueno… no estamos del todo seguras… pero es súper peligroso, porque sale un bicho que mata a alguien para que rejuvenezcas. Sí, ya sé, suena un poco a las normas de Súper Modelo, pero éste asunto es demasiado serio para dejarse llevar… por los intereses propios. Ni la mismísima CHER aprobaría que alguien muriera para que ella fuera más joven… -y medité lo que acababa de decir-. Bueno, vale, CHER es un mal ejemplo.
-¡AL CEMENTERIO A BUSCAR UNA DE ESAS CAJAS! –gritó otro de los abuelos, y todos salieron exultantes de felicidad, corriendo por el pasillo escaleras abajo. Corriendo a la velocidad de un viejo, claro.
-¡Gigi, corre que se nos adelanta el Pelotón Corega Ultra!

lunes, abril 14, 2008

~19~ 4ª Temporada

En el capítulo anterior...

Misteriosamente alguien que intentó matarme en La Primera Temporada de Desperate Housegays, volvía a intentarlo en esta, pero fui más rápida y escapé por la ventana, antes de que apareciera aquel SER paranormal, cayendo de bruces sobre la Naxa, que quedó más trastornada, que Massiel a las 5 de la mañana en el Pacha.


-¡Lo que me faltaba! La he desmemoriado, nena –grité poniendo los ojos saltones a lo Marlene Dietrich, pero sin llevar las cejas tan megadepiladas como ella.
-Y si se desmemoria, ¿se olvidará de hacer esos post que hacía tan raros con cartulinas de colores? –preguntó Gigi.

Las tres nos miramos como protagonistas al final de una película de aventuras donde escapan por los pelos, y la Naxa se puso de pie de un salto.

-¡Ya he recobrado la memoria! –dijo súper alterada-. Tía, es que entre el capítulo 18 y el 19 ha pasado tanto tiempo, Dolly, que me he recuperado por mi misma.
-Mejor así, nena, que las salas de urgencias están llenas.
-¿Pero nos vas a contar lo que ha pasado, nena? –preguntó la Hidro-. Estamos en el capítulo 19 y lo que está ocurriendo no lo entienden ni los jueces de Fama ¡A Bailar!
-Es que ni yo misma termino de entenderlo, nenas –dije así, como mirando al horizonte, que me da un halo como de misterio divino, alejándome de ellas para pensar un poco, atar cabos, sargentos y soldados rasos-. Creo que ya sé lo que está pasando, nenas…

Y entonces les expuse mi teoría:

Sin saber a cuento de qué, El Mal Absoluto, un viejo mega nazi que intentó matarme y lobotomizarme, ¿o fue al revés?, en La Primera Temporada de Desperate Housegays y que no olvidemos, seguía en busca y captura de la policía, se había ocultado en aquella residencia para abuelitos y abuelitas de la 3ª Edad… y con él, tenía un extraño artefacto, aquello que yo creí era una cajita de música, era en realidad un artefacto misterioso con el que llamaba a el espantahorrible SER que mataba a los abuelitos de la residencia y que de alguna forma… le otorgaba al viejo pelirrojo y nazi, el poder de ¡¡¡rejuvenecer!!!

Esto lo dije levantando los brazos y volviéndome hacia ellas, en medio de la noche y con la luna llena suspendida sobre mi cabeza, mientras la Naxa, la Hidro y Gigi, me miraban como si hubiera destripado a un caniche y me hubiera hecho una bufanda con su pellejo.

-¿Eso es lo que has estado haciendo entre el capítulo 18 y el 19, tía? –me preguntó la Gigi con un falsete.
-¿Qué si he estado haciendo el qué, Gigi?
-¡¡¡DROHJÁNDOTE!!!
-Seguro que se ha estado drogando, nenas –dijo la Hidro-. Se le ha puesto mirada de Isabel Coixet, así que fijo que se ha metido algo.
-¡Pero bueno! ¿Me pedís respuestas, y cuando os respondo, no me creéis?
-Es que tía, eso no tiene mucho sentido –dijo la Naxa.
-¿Y lo dice una premio Nobel? –dije cabreada-. ¡Tiene que estar ocurriendo eso, nenas! Ese viejo de la primera temporada ha descubierto que, mediante ese artefacto recupera su juventud, mientras ese SER mata a los abuelitos, nenas.
-¡Está bien, está bien! –gritó la Hidro levantando las manos-. Si vamos a jugar a Expediente X yo me pido a Scully, que viste mega cool y que lleva un tinte perfecto.
-Nenas… ¡se trata de eso! ¡¡¡Ese tarado ha descubierto el Secreto de la Vida Eterna!!! –les grité.
-¡Nena! –dijo la Hidro-. El Relastin Revitalizer lo inventaron hace meses y se vende en cualquier tienda de cosmética.
-¡Nenas! Que no hablo de un contorno de ojos reafirmante. ¡Os hablo de una panacea!
-¿Y qué tienen que ver las panaderas? –preguntó la Naxa.
-¡Se está haciendo más y más joven! –dije yo, haciendo oídos sordos a la Naxa.
-¿Cómo Madonna? –preguntó súper asustada Gigi.
-Exactamente, Gigi, ¡y sin tener que cantar con Justin Timberlake!
-¿Pero para qué, nena? –chilló la Hidro.
-Bueno, viendo que en la Primera Temporada de Desperate Housegays inventó un trasto para convertir a los gays en heterosexuales… quizá ahora esté interesado en… ¡¡¡DOMINAR EL MUNDO!!!

Se hizo un silencio terrible, hasta que Gigi dijo:

-No te preocupes, Dolly, seguro que Pedro J. no le dejará.
-Gigi, el periódico El Mundo, no, nena… sino ¡¡¡EL MUNDO!!! ¡¡¡LA TIERRA!!!

Y las tres gritaron mega asustadas.

-¡¡¡¿Y para qué va a querer dominar el Mundo, Dolly?!!! –preguntó la Naxa.
-Y yo qué sé, nenas, supongo que para hacer lo mismo que hacen los malos en las películas de James Bond: ¡¡¡DOMINAR EL MUNDO!!! Después no sé qué es lo que hacen con el mundo, pero en la cabeza de todos está la misma directriz: ¡¡¡DOMINAR EL MUNDO!!!
-¡HUALA! –dijo la Hidro-. Dicho así, debe ser más terrorífico que ver en una tienda de móviles a Naomi Campbell.

Y en ese preciso momento, un chorro de luz cayó sobre nosotras y el aire se agitó de forma sobrenatural. Un sonido de baja frecuencia nos sacudió los estómagos y las cuatro, mega asustadas, hicimos piña. ¿Cómo era posible que precisamente ahora, cuando había descubierto de qué iba la Cuarta Temporada de Desperate Housegays, apareciera en el cielo nocturno un OVNI a secuestrarnos?

-¡Nos van a secuestrar y a experimentar con nuestro ADN, tías! –gritó la Naxa.
-Tranquilas, que sólo experimentarán con el ADN de la Hidro y el mío. El de vosotras dos lo darán por perdido.

Y en ese instante de puro terror, cayó ante nuestras narices una escala metálica.

-¿Pero qué mierda es ésto? –dije yo- ¿Una escalera? ¿Y dónde coño está el rayo tractor, o el teletransporte, nenas?

Y bajo aquella luz, con el cabello revuelto por el viendo en medio de un Encuentro en la Tercera Fase, la Hidro me cogió de los brazos, y me dijo:

-Nena… no sé cómo coño va a terminar ésto…
-Ni yo, nena, pero lo más seguro es que nos implanten a todas un chip en el cogote, y a Gigi le metan un dildo alien por el culo como método de rastreo.
-¿Dolly, tía, me quieres escuchar?
-Venga, va, que puede que sean tus últimas palabras antes de que seamos abducidas por los extraterrestres.
-Me lo he pasado muy bien durante estos capítulos como Guest Star, nena… pero me tengo que volver a Barcelona, porque he empezado otro blog de MarikaFicción.
-¿Ah, sí?
-Sí, nena, el Hijas de Bitch!
-¿Y el Kill Pili?
-Pues creo que está Kill, nena. Y como tardabas tanto en volver, he hecho unas llamadas.
-¿Y con quién has contactado, nena, con E.T.?

Y la Hidro, mega glamurosa, fue hacia la escala metálica que colgaba de la panza de un helicóptero y se agarró a ella a lo Marta Sánchez, pero sin peluca rubia.

-Tengo que volver a Barcelona, nena, o Pilar Rahola me robará todo el protagonismo.
-Eso nunca, nena. Recuerda que ella se quedará calva antes que tú. Y si está calva, sólo conseguirá papeles en series como Star Trek.

La Hidro subió unos peldaños en la escala metálica y la Naxa fue tras ella.

-¿Ah, que tú también te vas? –dije yo.
-Sí, tía. Es que el bus a Zaragoza da muchas vueltas y además echan en vídeo la versión extendida de Titánic.
-Te entiendo perfectamente –le dije antes de despedirme de ella, entregándole su caja de cartón llena de cachivaches-. Recuerda llevarte toda esta mierda, nena, que el contenedor más próximo está muy lejos y se me da muy mal eso de reciclar.

La Naxa cogió su caja de trastos y comenzó a subir por la escala metálica, dejándonos a Gigi y a mí abajo.

-No te preocupes por la Naxa, Dolly –dijo la Hidro.
-¿Y quién se preocupaba, nena?
-La dejaré caer en paracaídas cuando sobrevolemos la Plaza del Pilar.
-Recuerda decirle que ¡TIRE DE LA ANILLA! Que es muy bruta.
-Lo haré, descuida –dijo la Hidro subiendo al helicóptero y ayudando a la Naxa a entrar en él, con la jodida caja de cartón llena de trastos que le acompaña a todas partes.

El helicóptero hizo un ruido más fuerte al ganar altura, y el foco de luz dejó de apuntar hacia abajo. Se apagó. Hizo un ruido más grave y se elevó muchos metros en la noche despejada, con aquellas lucecitas rojas parpadeantes en el rotor y en la panza del aparato, mientras tomaba rumbo hacia Barcelona… haciendo una escala en Zaragoza, claro; mientras se alejaba el helicóptero, pudimos oír los primeros compases de Say It Right.

-Me caían bien –dijo la Gigi.
-Ya les mandaremos una postal. Ahora tenemos que centrarnos, nena. Hemos de llegar hasta las últimas consecuencias de ésta historia.
-Y no tendré que esperar un mes para saber qué pasa en el siguiente capítulo, ¿no, tía?
-No, Gigi… que ya ves lo que pasa -dije mirando en el punto luminoso en el que se había convertido el helicópero-. Se me largan los personajes secundarios en helicóptero a lo peli de Michael Bay, con banda sonora de Nelly Furtado y con la Naxa haciendo los grititos del EEHH!
-Bueno, Dolly, ¿y ahora qué? –preguntó cruzándose de brazos.
-Creo que para empezar, deberíamos volver a la habitación a recoger ese artefacto con el que el viejo nazi llamaba al SER… aunque creo que está roto.
-¿Y si está roto, de qué nos va a servir, Dolly?
-A ver, nena, ¡de algo habrán servido los programas de Bricomanía que me tragué en los 90's, ¿no?
-Si tú lo dices, tía… pero recuerda cuando te dio por inflar la rueda de la bicicleta.
-¿Y yo qué cómo voy a saber que sólo soportaba cinco kilos de aire, nena?
-Tía, que explotó la rueda y tú aún seguías inflándola.
-Bueno, va, ¡que soy una Diva! ¡Y las Divas no podemos estar en todo! ¡Bastante preocupada estaba en llevar bien puesto el casco, los guantes y el culot, neeenaaa!