martes, octubre 16, 2007

~9~ 4ª Temporada

En el capítulo anterior…

A Gigi y a mí, nos dio por hacer un review de “Las Grisom”, y nos metimos a investigar el cementerio adyacente (como las cabinas del Leather, que son todas adyacentes) a la residencia de ancianos, con tal mala pata (y lo digo por Gigi), que cayó en una tumba abierta y luego más abajo… a un sitio súper oscuro: ¡las catacumbas del cementerio!


-¡ESTOY PISANDO CACAS, TÍA! ¡¡¡DE LAS BLANDITAS!!!
-¡No te muevas, Gigi! ¡Voy a pedir ayuda!
-¡Pues hazlo por teléfono! ¡No quiero quedarme sola, tía!
-¡GIGI! Mi abuela decía:
-¡Me importa un carajo lo que decía tu abuela, Dolly! ¡Sólo quiero que me saquen de aquí!
-DECÍA –enfaticé para ver si se tranquilizaba de una vez-. Que había que tenerle más miedo a los vivos que a los muertos, porque los muertos, como están muertos, no pueden hacernos daño, nena.

Como no dijo nada, supuse que se había tranquilizado, pero no fue así.

-¡Seguro que tu abuela no estaba enterrada en mierda hasta las rodillas, debajo de un cementerio cuando dijo eso, tía!
-Pues no, lo decía muy a menudo, pero no en este tipo de situación –y se me ocurrió algo-. ¿Por qué no enciendes el mechero, y así viendo donde estás, te tranquilizas un poco?
-¿Cuándo me has visto a mí fumar, tía?
-¡No me digas que no tienes un mechero!
-No fumo, Dolly, ¡eres tú la que fuma!
-¿Qué no fumas? ¡Serás hijadelagranputa! ¡Bien que fumas de mi tabaco cuando vamos de copas, Gigi!
-¡Porque soy una fumadora de “actos sociales”!
-Mira que han dicho cosas de los bares de ambientes de Chuecha, nena, pero de eso a considerarlos “actos sociales”… ¡Ni que se pasara por allí la Esperanza Aguirre, neeenaaa...!
-¡¡¡Quieres sacarme de aquí de una vez???
-¡Bueno, va!

Y salí por piernas de allí, de vuelta a la residencia, que no os creáis, pero es un trecho bien largo y como toda Diva sabe, correr conlleva sudar… ¡Y LAS DIVAS NO SUDAMOS! Vale que iba puesta de barro y demás mierdas en la cazadora y el vaquero, pero bueno, como Diva, podría excusarme diciendo que estaba marcando tendencia y todo eso, pero el sudor o llevar la cara con más brillos que Tita ¡Cerveza!, no es de Divas, sino de ¡Meng-Divas! Así que a tres metros de la entrada, dejé de correr, me atusé un poco el flequillo y las patillas (que es dónde el sudor suele fijarse), me peiné las cejas y subí los escalones súper digna e inspirando por la nariz, que es lo que los médicos recomiendan para no hiperventinarse ni mineralizarse; ya en el pasillo, ¡sorpresa! ¡No había ni un alma! ¿Dónde coño estaban todos?

-¿Hooolaaa…? –dije súper mosca, y vi al fondo del pasillo, por el rabillo del ojo, porque estaba mirando hacia las escaleras que tenía en frente, y que no pensaba subir ¡ni muerta!, cómo cruzaba algo blanco de una habitación a la otra-. ¡Enfermero!

Grité e intenté hacer memoria de cómo se llamaba el enfermero del turno de día… hasta que caí en la cuenta de que ¡no nos habían presentado!

-¡Enfermero del turno de día!

Le llamé y caminé con paso raudo al final del pasillo, que era más largo de lo que creía, hasta que me detuve con una mano en el pecho para controlarme el sofocón y miré hacia el interior de ambas habitaciones. La de la derecha estaba vacía, y era una habitación que como ya comenté en otro capítulo, era para el personal. Ni coqueta ni hostias, súper funcional y punto.

Y a mí izquierda, en la otra habitación, estaba el enfermero de día, de espaldas a mí, como arropando a uno de los abuelos que se habían tumbado a hacer la siesta o algo de eso.

-¡Menos mal que encuentro a alguien! ¡Necesito ayuda, enfermero del turno de día!

Y el tipo de blanco, algo más flaco de lo normal y con una melena larga, súper despeinada y de color blanco, dejó lo que estaba haciendo ¡y sin mover las piernas!, se giró 90 grados; en realidad tendría que haberse girado 180 grados para tener un contacto visual pleno, pero nenas, con 90 grados vi TODO lo que tenía que ver y he de deciros que: ¡¡¡AQUELLA COSA NO ERA EL ENFERMERO DEL TURNO DE DÍA!!!

Agitando las manos cómo sólo una Diva que vive un terror extremo (a lo Kidman en Los Otros, o a lo Belén Rueda en El Orfanato, haciendo de la Kidman en Los Otros, pero sin la enana de Poltergeist), grité a pleno pulmón abriendo tanto o más la boca, que como nunca lo había hecho cuando voy a mi dentista (monísimo, por cierto) y que una vez me dijo que no necesitaba un blaqueamiento porque tenía los dientes perfectos. ¡Faltaría más!

Más aterrada que las Gemelas Olsen ante un plato de judías con chorizo, cuando estaban tratándose de aquella anorexia que tenían, chillé varias veces, manoteé en el aire y mi muñeca se aferró al pomo de la muerta como una gárgola de la Catedral de Notre Dame, antes de tirar hacia mí y cerrar la puerta de la habitación donde estaba ¡ESO!

-¡¡¡ESTÁ AQUÍ!!! ¡¡¡SOCORRO!!! –chillé y tiré hacia fuera, mientras que desde el otro lado, intentaban abrir la puerta y el pomo quería deslizarse entre mis manos-. ¡¡¡QUE ALGUIEN LLAME A CARMEN PORTER!!! –grité, pensando que una tía tan fea como ella y con esos dientes, sería capaz de matar de un susto a aquella espantahorrible cosa que había dentro de la habitación-. ¡¡¡QUE ALGUIEN LLAME A LOS DE MILENIO 3!!! ¡¡¡O QUE LLAMEN AL EJÉRCITO!!!

Esto no lo había hecho antes, en ninguna de las Temporadas anteriores de Desperate Housegays, pero… para mantener la tensión y basándome en lo que Gigi me contaría dos horas después, que fue cuando la sacaron de donde estaba…

Gigi, como decía, aguantaba estoicamente tapándose la nariz con una mano, mientras que con la otra se subía el cuello de la camisa para hacer lo propio con la boca y no meterse en los pulmones el pestilente olor de las catacumbas del cementerio.

-¡Dolly!

Dijo que me llamó varias veces, pero claro, yo había ido a pedir ayuda para sacarla de donde estaba, así que me saltaré todos los tacos e improperios que dijo de mí, porque aunque en este blog hablemos de cosas de marikas, de comer pollas y de follar, o que por ejemplo, Gigi se empastillo y se tire a enfermeros porque estaba traumatizada, intento no decir tacos, porque las Divas no decimos tacos, nenas. Eso es más de kinkis poligoneras.

Tras varios minutos y viendo que nadie le respondía, Gigi intentó moverse, pero la mierda que había en el suelo, blandita y pestilente, le llegaba hasta las rodillas, y no quería moverse mucho no fuera que se trataran de arenas movedizas.

A ver, nenas, que estamos hablando de Gigi, y Gigi no sabe que en España no hay arenas movedizas. Hay arena, pero en las playas de Canarias, y en la costa, pero no arenas movedizas, pero claro, Gigi se acordaba de lo que lloró cuando Ártax, el caballo de Atreyu, se murió ahogado en las arenas movedizas de La Historia Interminable, que curiosamente, no era tan interminable como decía el título, porque la película duraba 94 minutos, aunque sí que se hacía larguita de cojones, nenas.

Pronto algo captó su atención. Algo brilló cuando se movió un poquito a su izquierda, pero como todo estaba oscuro, el brillo desapareció. Así que volvió a menear los hombros pero sólo un poquito, y lo volvió a ver brillar. Luego volvió a moverse, pero más despacio hasta que el brillo apareció nuevamente y se detuvo, como Gigi, de mover los hombros y girarse. Había algo enterrado en la mierda, que sobresalía un poco y reflejaba la luz cenital del exterior.

Con mucho cuidado de no perder de vista el brillo, Gigi se armó de valor y arrastró los pies lentamente, como si fuera una de esas que se van al Polo Norte, y el viento les da de frente, ya sabéis, como inclinada. Una cosa muy rara, que no me extiendo porque cuando Gigi me lo contó, parecía que fuera la prima de Amuntsen, ya sabéis, esa que tenía mucho tiempo libre y una brújula y se fue a buscar el Polo Norte... ¡¡¡Y LO ENCONTRÓ!!!

Cuando consiguió llegar hasta el objeto, alargó un brazo y lo cogió por una de las esquinas y lo sacudió como si fuera una bolsita de té, para quitarle toda la roña que tenía encima, hasta descubrir que tenía forma cuadrada, superficie de cristal y… ¡un retrato! Pese al terror que vivía en aquellas catacumbas, Gigi no pudo dejar de decir:

-¡Qué señora más fea, por dios! –y se tapó la boca de inmediato, mirando a su alrededor llena de miedo.

Estaba claro que aquel retrato era de alguna de las "inquilinas" del cementerio, y si era una "inquilina"… quién te decía a ti que no se levantara de su tumba al grito de: “¿a quién llamas fea?”

Tras unos segundos, sin ruidos, ni protestas de la difunta de la foto, Gigi utilizó el cristal del marco para reflejar la luz que llegaba desde arriba, y así poder hacerse una composición de lugar. Con suerte, podría encontrar una escalera por la que salir de allí… pero en cambio, y para su desgracia, lo que vio no le gustó nada. Pero nada de nada.

No se asustó por ver varios ataúdes rotos, flotando sobre el cieno oscuro y pestilente. Tampoco se asustó porque algunos de ellos dejaran entrever a sus inquilinos, y tampoco se asustó porque el techo que pendía sobre ella, preñado de humedad, colgara peligrosamente sobre su cabeza, dispuesto a desprenderse y aplastarla en un chasquido de dedos.

Lo que vio y no le gustó nada, pero nada de nada... era lo que había en el fango. Algo que cuando dirigió la luz hacia él, se sumergió de inmediato dejando unas pompas o burbujas, grandes y numerosas, explotando en la superficie.


4 comentarios:

Frank Palacios dijo...

Esto de subir un capítulo nuevo sin responder los comentarios anteriores, ¡espero que no se convierta en una costumbre, neeenaaas!

Naxo-Nena, este blog no es para leer recién cenada, nena. Aprende de las mexicanas, las holandesas, francesas, peruanas y demás que lo leen en otros momentos del día.
¡Vaya! No había pensando en el cambio horario. ¡Quizá ellas también me leen cenando! ¡K JEBY!

Brunny Beast-Nena, ¡bienvenida, nena!
No importa que seas heterosexuala, o fan de Björk (hay gente que lo lleva peor, porque eran fans de Sonia y Selena, y ahora que se han separado, pues eso, que lo llevan muchísimo peor), pero deberías tener cuidado con la dislexia, porque o bien la tienes, o no deberías dejar comentarios estando borracha, ¡que también puede ser!

Ahora que estás al día, sabrás lo que es sufrir durante una semana hasta la salida del ¡¡¡próximo capítulo!!!

Naxo dijo...

Lo de esperar un nuevo capítulo yo también lo sufro en mis propias carnes, que aunque estén bien prietas, también sufren.
Tia, este capítulo ha sido de mucho terror, con Joaquín Luqui haciendo de enfermero del más allá y todo.
Y la del fango seguro que es alguna marica mala del Salsa Rosa, que no han encontrado ningún otro sitio mejor para caer más abajo.
Y que sepas que Sonia (la rubia de Sonia y Selena) saca ahora single nuevo. Muy fuerte todo.

Unknown dijo...

Me has dejao muet-ta con lo de las Olsen. Creo que les daría más miedo un bocata de calamares de la plaza mayor, pero no es mala comparativa, jijiji.

Eso de que las divas no sudamos no es del todo verdad (depende de la diva), pero es verdad que ni la Kidman ni la Rueda echan una sola gota a pesar de estar cagás de miedo.

Oye, la Gigi le echa un poco de morro con el tabaco, ¿no?. Dile de mi parte que no haga como mi novio y se lo compre ella solita!!

Frank Palacios dijo...

Dani-nena, la Kidman y la Rueda no sudan porque usan indasec (ya sabes, para las pérdidas leves), y las Divas sólo sudamos, cuando se nos cruzan los cables y vamos de copas a El Paso, el único bar gay de Madrid, donde puedes experimentar en tus carnes lo que sienten las masas de pizza.

Y dile a tu novio, by the gay, que se compre su tabaco, que si es triste pedir, ¡mas triste es tener que robar... A LAS DEMÁS!

Kisses en las narices a todas!

PD: también a las PUTAZAS que me leéis, y que no dejáis ni un coment. ¡A ver si se os va a romper una uña, FISNAS!