lunes, marzo 20, 2006

~20~ 2ª Temporada

En el capítulo anterior...

Nos querían mandar a casita, pero Gigi y yo, en post-IT de descubrirlo todo, todo y todo ¡¡¡Yo quiero un papá como el de Catalana de Occidente!!!, robamos la barca y nos metimos en el lago, en que nos atacó algo, y yo me caí y casi me muero del susto, pero descubrí un pueblo sumergido, bajo las aguas del Lago Takami. ¡QUÉ JEBY, NEEENAA!

-Creo que ha sido una maldición, Gigi.
-¿Cómo?
-Lo que nos ha atacado antes.
-Tía –dijo cruzándose de los brazos-, cuando te da el punto, no te entiende nadie. ¿Me lo explicas en un lenguaje que lo entendamos todas? ¿Lectoras blogeras incluidas, tía? –y puso las palmas de las manos hacia arriba, como si tras ella existiera una horda de marikas que no me entendían.
-A ver –la cogí de la mano y la hice sentar, y yo también me senté-. Recuerdas todas esas pelis… de marcianos, o de súper poderes… o de pelis de terror, donde el protagonista intenta llegar a un sitio, ¿y una fuerza misteriosa se lo impide?
-Claro… -dijo ella muy resuelta-. Pero no sé qué coño tiene que ver con éste lago, y con el pueblo que hay debajo de nuestros culos.
-Bien, has entendido lo más difícil. Ahora imagínate, que éste pueblo que han sumergido… tiene un pasado como... ¡de mucho miedo! ¿Mmmm?
-¿Como qué?
-¡Como de mucho miedo, coño! Y Alguien, que todavía no sé quién puede ser, pero alguien malo, más malo que los presentadores de Aquí hay Tomate, le hiciera al pueblo algún tipo de sortilegio, encantamiento o maldición gitana.
-¿Cómo en el Silent Hill?
-Exacto, nena, una cosa así –y me quedé flipada yo misma, y asusté a Gigi, supongo que por la cara que puse-. ¡Ya está! ¡La mendiga meona!
-¡En el Silent Hill no salía ninguna Mendiga, Dolly!
-Ya, nena, ya... me refería a la que me atacó… ¡QUÉ JEBY! ¡Ahora que lo recuerdo, cuando me atacó dijo algo, nena!
-¿Y qué dijo?
-Pues no lo sé, nena… son tantas emociones juntas, que hasta yo he perdido el hilo.
-¡Pues tía! –me chilló ella-. ¡REPAGINA y lee lo que escribiste que te dijo, tía!
-¡¡¡Neeenaaa, tú eres la prima de Newton!!! ¿No?

Y entonces siguiendo los consejos de Gigi Newton, repaginé y volví en mi flash back capitular hasta el Capítulo 11, donde la mendiga cochina intentó matarme, meándome en la espalda… y utilicé el COPIA+PEGA para recordárselo a Gigi.

-No le gustan los extraños. Oh, no, no, no…
-¿Oh, no, no, no? –preguntó Gigi con cara de flipe-. ¿Eso te lo dijo la mendiga, o la hermana de Gollum?
-¡Calla y escucha tía, que se me va la memoria! –y seguí recordando-. No le gustan los intrusos. Oh, no, no, no… Y si te ve, te llevará al lago. Oh, sí, sí, sí… Al lago, sí… al lago y abajo. Oh, sí, sí, sí…
-¡Pues tú casi te vas PA'BAJO, TÍA!
-Sí, Gigi, pero espera que ahora viene la mejor parte –y continué COPIA+PEGA las palabras de la vieja meona-. Él odia el alcohol… oh, sí, sí, sí… No le gusta el alcohol. Oh, no, no, no…¡Deberías saberlo! ¡DEBERÍAS SABERLO! –y Gigi se asustó cuando dije esas frases, pero seguí relatando-. Y esta noche saldrá. Oh, sí, sí, sí… Saldrá, claro que saldrá. Saldrá. Oh, sí, sí, sí… Saldrá del lago. Oh, sí, sí, sí. Saldrá, saldrá, saldrá, ohhh… ¡saldrá!
-Tía –dijo Gigi tras una pausa-. Me has dejao los huevos como dos “cacahueses”, tía. ¿Te dijo todo eso y después te meó?
-Sí, nena, me meó... pero que bien meada, como quien dice.
-¡HOLY MANOLIS!
-Yo pensé que estaba borrachaza perdida, porque apestaba a alcohol y a vieira sin lavar en meses, pero... ¡no, Gigi! Esa hijadelagranputa se estaba protegiendo de la maldición que hay en el lago. ¿Entiendes? Gigi, tía, no me pongas esa cara de Forrest Gump, que como tenga que volver a empezar, es que te doy con un remo en la cabeza.
-No, espera, que creo que lo he pillado. La tía olía a destilería, ¿no? Y te dijo que el bicho iba a salir esa noche, porque no le gustan los intrusos.
-Eso es, nena, y nosotras ¡somos intrusas! Al igual que el resto de los ganadores de las cabañas Takami.
-Y después te dijo que ÉL odia el alcohol… que no le gusta el alcohol. ¿Por eso me pulverizaste con colonia antes de salir?
-¡NEEENAAA! Hay que ver lo que hace el subconsciente, porque si lo pienso, no sé por qué me gasté medio frasco de Chanel en nosotras.
-Entonces, por eso el bicho ha pasado de largo, Dolly, porque para él, ¡¡¡apestábamos!!!
-Si te oyera Chanel, se la caían las bragas hasta los tobillos, dentro de su ataúd de diseño, claro.
-Pero espera, porque esto que me cuentas, parece que va teniendo sentido, aunque en parte. La vieja meona llamaba a esa cosa que nos atacó, ÉL, y tú me hablas de UNA maldición. ¿Él-una? ¿Masculino Femenino?
-Quizá sea una maldición transexuala, Gigi.
-¡Anda yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…!

Y a las dos nos entró la risa tonta.

-Ay, tía, si no te conociera como te conozco, pensaría que te pones drogas de diseño con el café de la mañana.
-Gigi, estamos a ésto -dije pellizcando el aire-, de resolver este misterioso misterio.
-De resolverlo, de que nos coma una maldición transexuala, o de que una vieja mendiga nos mee encima.
-Creo que la respuesta a todo, está abajo… ¡En el fondo bote no, Gigi! ¡Abajo! ¡En el pueblo sumergido!
-Ah, no, tía… ¡¿Abajo?! ¿Y cómo llegamos? ¿En el batiscafo de Custeau?
-Uis, no estaría mal… déjame pensar en algo.
-¿Pensar? ¿En medio de ninguna parte? ¿Con El Corte Inglés más próximo... a 100 kilómetros?
-¡Eso es, Gigi!
-¡Serás capaz de llamar al Corte Inglés a pedirles un batiscafo, con entrega en el Lago de la Muerte, tía!
-¡Tú siempre compras en el DÍA! –y entonces me puse a buscarle en los bolsillos de su cazadora.
-¿Y eso qué tiene que ver? ¿Y qué coño estás buscando, Dolly?
-Tiene que ver mucho, nena, porque en el DÍA te cobran por las bolsas de plástico, y siempre que vas al DÍA... ¡llevas bolsas del corte inglés, que lo sé!

Y para nuestra sorpresa, en uno de los bolsillos laterales, Gigi llevaba súper comprimiditas como si se trataran de pastilleros de vieja que merienda en el Zahara, dos bolsas del corte inglés.

-¡QUÉ JEBY, NEEENAAA! ¡Estamos salvadas!
-¿Con dos bolsas del corte inglés? ¿Qué piensas hacer? ¿Irte a comprar al pueblo de abajo? –inquirió ladeando la cabeza hacia las aguas.
-No, nena, se me ha ocurrido algo muy ingenioso.
-¡JUARZ! Pues si es algo ingenioso, experiméntalo con tigo misma, tía, que yo ya me conozco tus ingenios.

Entonces extendí una de las bolsas y me la puse a modo de sombrero, con las asas a la altura de las orejas.

-¿Ves a lo que me refiero?
-Como disfraz, es de lo más cutre, tía. ¿Intentas decirme que quieres bajar al pueblo disfrazada de bolsa, tía?
-No, Gigi, será como una cámara de aire. Nos sumergimos en el lago, dejando la bolsa llena de aire, y cuando queramos aire, sólo tenemos que meter la cabeza en la bolsa.
-Dolly: ¡¿Tú estás loca?! ¡¡¡¿¿¿O ESTÁS LOCA???!!!
-Sólo tenemos que bucear un poco.
-¡Yo no margullo, tía!
-¿Margullo? ¿Qué idioma es ése? ¿Woochie?
-Lo dice mucho la Paki de Kentucky, que en Canarias se margulle
-¡Porque ella habla guanche, nena! Que una vez casi me vuelve loca con lo del “espelme”.
-¿”Espelme”? –repitió Gigi.
-Sí, nena: LA CERA DE LAS VELAS, que la llaman en Canarias “espelme”.
-Pues suena como de guarrería…
-¡Sueña a guanche, nena! –no perdamos más el tiempo-. Toma tu bolsa.
-Pero Dolly, tía… no sé si voy a poder hacerlo… ¿y si me entra el yuyo? ¿Y se me ahogo? ¡Y cómo veo bajo el agua!
-¡Pues abriendo los ojos, neeenaa! Y no te vas a ahogar, porque el campanario de la iglesia está como a unos tres metros de la superficie, y seguramente, habrá bolsas de aire…
-¿Más bolsas? –preguntó Gigi asustada, mirando su bolsa del Corte Inglés.
-Gigi, hasta ahora te has portado como una jabata, nena…. y sé que estamos a un paso de resolver este misterioso misterio.
-O a un paso de morir ahogadas, tía.
-Gigi… si no me acompañas, que sepas que te vas a perder lo último en efectos especiales, y luego, cuando leas el blog, te va a dar una rabia que ni paqué, y me llamarás a las tantas de la mañana, para decirme "¡malaputa! Por qué no insististe en que te acompañara a “margullir”, y llorarás y llorarás más, que con la peli de Evita en versión un cut.
-¡Dolly, tía, no me digas eso!
-Y estarás meses llorando desconsoladamente…
-¡¡¡Pero por qué!!! –dijo casi llorando.
-Porque te vas a perder lo mejor de esta historia, nena, si te quedas ahí sentada.
-¿Y si va y nos morimos?
-¡Pues nos jodemos!
-Pero ahora tengo una madre y una hermana, Dolly.
-Y el niñopiñata está huérfano, Gigi.

Y a Gigi le entró un apretón de dignidad y, súper hombruna ella, con su bolsa del Corte Inglés, me dijo ceñuda apuntándome con el índice:

-Como no sobreviva a esto, Dolly, te juro que volveré de entre las muertas, y asustaré a toda marika que lleves a tu casa.
-¡¡¡!!! ¡Pagaría por ver eso, neeenaaa!
-¡Avisada estás!
-Quitémonos las chaquetas, así podremos “margullir” mejor… -dije con una sonrisa, que no le hizo puñetera gracia a Gigi-. Cuando regresemos, llamamos a la Paki y le pediremos que nos de clases de guanche.
-Cuando regresemos, ¡si regresamos, tía!

Entonces oímos cómo alguien nos llamaba desde la orilla, pero claro, como estábamos a tomar por culo y más allá, justo a la izquierda de donde Cristo perdió los clavos, el tanga y la vida, no oíamos un carajo pelado.

-Dolly, tía –dijo Gigi-, creo que nos están llamando –y señaló hacia la orilla, a un grupo de gente que se había arremolinado allí.
-¿Llamarnos? ¿A nosotras? Tú flipas, nena, estarán llamando a otras.

Y Gigi, puso la oreja, para intentar oír a quien llamaban.

-No, tía, gritan –y puso vocecita de lejanía-. Giiigiii… Dooollyyyy...
-¡Imposible! –dije lista para saltar al lago.
-Que no, que te lo digo de verdad: dicen Gigi y Dolly.
-Y te repito que es imposible, nena, en todo caso, dirían Dolly y Gigi. Yo primero, ¡que para eso es mi blog, neeenaaa!
-¡Dolly!
-¡Gigi! –dije perdiendo los nervios-. ¿Vienes o no?

Gigi volvió a mirar hacia la orilla, hacia aquellas figuritas chillonas que movían las manitas, y con ojos temerosos, se volvió hacia mí, que ya me había sentado al borde de la barca, con los pies dentro de las frías y verdes aguas del Lago Takami.

2 comentarios:

Listo Entertainment dijo...

un post divino, sí señor.

Frank Palacios dijo...

Gracias, nene!