viernes, marzo 03, 2006

~17~ 2ª Temporada

En el capítulo anterior...

Con Cristina, la ecoterrorista, como canapé del Monstruo del lago Takami, y conmigo, corriendo a más de lo que permite la ley de tráfico… los seguratas del complejo, todos de escándalo aunque con caras de trogloditas (¡y qué! Sólo pensaba en follármelos, no en disertar sobre las Obras Completas de Pablo Neruda), mis presentimientos sobre aquel lugar se volvieron tan negros, como el culo de Wesley Snipes en Blade.

-¿Pero está seguro de haber visto algo en el lago? –preguntó otra vez el jefe de los seguratas, en un tonillo de: "nena, ¿estabas drogada o no?"
-Sí que lo vi –dije súper ofendida-. Y yo de vosotros, si me acercase al lago lo haría de día y con un lanzacohetes. La cosa que hay bajo las aguas es enorme –y miré a uno de ellos-. Pablo, ¿verdad? –pregunté a aquel segurata que se había tirado Gigi, que asintió, y seguí hablando con el jefe de los seguratas-. Me lo llevo para que me acompañe a mi cabaña, ¿vale? Yo solita no voy a ningún lado –y me puse a andar-. Vamos, nene.

Sí, las Divas somos así… pero Pablo me siguió, porque oía sus pisadas a mi espalda mientras el resto del grupo de seguridad del Valle Takami, parecía dispersarse, desnudarse o lo que sea, porque no volví la vista atrás. Yo pa’lante como las de Alicante; los pasos de Pablo se aceleraron un poco hasta que estuvo a mi lado.

-Yo nunca he visto un monstruo –dijo bajito.
-Pues no te lo recomiendo, nena. No son como los de las películas. Los de las películas avisan antes de salir en pantalla, claro que la banda sonora también ayuda y como que estás preparada para el susto... pero lo que hay en ese lago, no avisa. Sale, te coge, ¡y a hacer submarinismo, neeeenaaa!
-Qué fuerte.
-Lo que yo te diga: JEBY-JEBY –y se hizo el silencio casi un minuto.
-¿Y su amigo…? –preguntó, y yo me detuve y le miré a la cara.
-Pablo, querido. Te lo has follado, me lo ha contado, y sé que sabes que lo sé, así que no nos tratemos de usted, vale, ¿cariño?
-Vale… -dijo, y se puso a andar a mi lado, dos segundos después de que yo reemprendiera la marcha.
-Y que sepas que estás muy bueno, nene. Si me hubiera pasado a mí, lo que le pasó a Gigi contigo, seguro que hasta hubiera hecho un bis… -y le miré de reojo cómo sonreía y bajaba la cabeza. ¡Encima tímido! ¡Qué tierrrno!
-Gracias… -respondió con retraso.
-Respondiendo a tu pregunta, Gigi, que me acabo de enterar que se llama Gabriel, su nombre real, porque como es adoptado, le pusieron otro nombre y yo después le puse el de Gigi, te lo creas o no, acaba de tener un momento acompáñameee... y se ha encontrado aquí con su madre biológica, nena. Súper jeby. Hasta yo me puse a llorar.
-Ha debido ser un reencuentro muy emotivo.
-Como el final de El Retorno del Rey, con ese epílogo largísimo, donde hasta lloran las butacas.
-Ahora a la derecha…
-¿¿¿???
-Las cabañas están por el camino de la derecha.
-¡Ah, vale! Por un por un momento pensé… que al reencontrarse la Gigi con su madre, se había hecho militante del PP –y se me escapó una carcajada tonta.

Pablo también fue a reirse del chiste, pero no pudo, porque vi cómo aquel pedazo tronco le fue directo a la cabeza con un sonoro ¡PLOC! Y se desplomaba mirándome a los ojos y con cara de lelo; luego algo me empujó hacia delante, colgándose a mi espalda y yo chillé, o lo intenté, al imaginar que era otra vez la vieja meona, pero me taparon la boca con una manaza.

-¡Otra vez nooo..! ¡No me mees!
-¡Cállate, maricón!
-MMmmmMmMmmMMmmm –dije emulando a Kenny.
-¡Dónde está Cristina! ¡Dónde está!

Me dieron la vuelta en el suelo pero sin quitarme aquella manaza de la boca, y le vi la cara. Era el peludo del Greenpeace con los ojos fuera de su sitio, súper acelerado y con la tez roja. Se sentó encima de mi pecho, dejándome bloqueadas las manos. Además tenía un culo enorme, que lo disimulaba muy bien con los vaqueros, pero al fin y al cabo un culo ENORME, porque pesaba mucho y mis costillas se resentían.

-Voy a quitar la mano y me vas a decir dónde está Cristina, pero como grites, te tragas los dientes… ¡Entendido!
-Mmmm MMmmm
-¿Sí o no?

¿Este tío era idiota o qué? ¡Tenía la boca tapada con su mano! ¿Cómo coño iba a responderle? Opté por asentir, y parece que me entendió y me destapó la boca.

-¡Suéltalo!
-¿Qué lo suelte...? -pregunté súper flipada-. ¿Pero quién te escribe los diálogos, marrajo? ¿Un guionista becario de Los Serrano? ¡Soy yo la que estoy inmovilizada! –y me arreó un puñetazo en la mejilla izquierda-. ¡COÑO!
-¡Dónde está Cristina!
-¡Con las llaves! –chillé dolorida.
-¿Qué llaves?
-En el fondo del mar, matarile, rile, rile… -y escupí a un lado, porque la saliva me sabía a hierro, y eso quería decir, ¡sangre, nenas! Estaba sangrando.
-¿¡De qué mierda hablas!? –dijo zarandeándome del cuello de la cazadora.

En medio del dolor, recordé aquella secuencia final y maravillosa Duelo al Sol, donde los protas masacrados y con escupitajos de sangre, se decían todo lo que se querían antes de jiñarla. Porque claro, eran Gregory Peck y Jennifer Jones, y los dos eran súper Stars, y las súper Stars no podían terminar una película agonizantes y ensangrentados… y aún así lo hicieron y arrancaron lágrimas a cubos... pero a éste desgraciado de Genaro, ni le quería ¡ni pollas en vinagre! Era un bicho, como el del lago, pero en humano, y nos quería matar a todos con sus pájaros muertos con gripe aviar...

-¡¡¡LA GRIPE AVIAR!!! –chillé al recordarlo y volvió a taparme la boca con aquella manaza, que no, no tenía guantes. ¡¡¡A ver si me la había pasado!!!
-¿Pero de qué hablas? –y puso cara de recordar algo-. Nos viste, ¿verdad? Nos viste tirando los patos al lago –y se sonrió, y vio el terror en mis ojos-. ¿Para quién trabajas? –y me destapó la boca, pero no del todo por si me daba por ponerme a chillar, poder tapármela de inmediato-. ¡¿Para quién trabajas?!
-Para Arturito, en el Vídeo Club de Infantas –dije súper asustada. ¡¡¡Seguro que ya tenía la gripe aviar yo también, porque aunque el cabrón de Genaro no llevaba los guantes, quizá uno de aquellos patos infectados le había tocado la manga de su cazadora. ¡La misma manga que me estaba pasando por las narices!

Genaro se quedó medio pensativo con lo que le dije, y mantuvo mi mirada unos segundos más.

-¿Qué era lo que salió del lago…? -y volvió a destaparme la boca.
-¡La venganza de la Naturaleza, por ecoterroristas que sois! ¡Y se llevó a Cristina, y se la comió!

Aquello fue un duro golpe para Genaro, pero sólo fue el primero de los dos golpes que se llevó, porque el segundo se lo propinó Pablo, que se había recuperado y sin hacer ruido alguno, había venido por detrás, y le había asestado un buen porrazo en la coronilla; Genaro cayó sobre mí, dejándome casi asfixiada, porque claro, mi cara quedó entre su cuello y barbilla.

Quizá para alguna de vosotras (de calentón fácil), ésta imagen os resulte erótica y hasta excitante, pero no para mí, porque olía mal (a sobaco revenido), pesaba mucho y casi no podía respirar, lo cual era bueno, porque así no tenía que soportar el olor a sobaco revenido.

-¿Estás bien, Dolly? –preguntó la voz de Pablo, cuando me quitó aquel cuerpo de encima, y pude ver su cara de temor y felicidad tras haberme rescatado.
-Estaría bien si fuera George Clooney sobre mí, pero con éste peludo pestilente no, nena…

Tras ayudarme a levantar, le colocó unas esposas a Genaro, que seguía frito en el suelo, y yo me dediqué a sacudirme la ropa, porque tenía tierra y hojas secas pegadas por todas parte, y en el culo, ¡a racimos, oye! Con lo cara que me había costado el modelito que llevaba, ¡y parecía fabricado con material de velcro! En la espalda tenía una rama, que si la llega a ver Harry Potter, seguro que se hacía una varita mágica y la usaba de dildo.

-Llamaré a la central –dijo Pablo sacando su walkie-, y pediré ayuda. Pesa mucho para llevarle –e indicó con una mano el camino de la derecha-. Toma el camino de la derecha y llegarás al área de las cabañas.
-¿Y tú?
-Me quedaré aquí con él, hasta que llegue alguno de mis compañeros.
-Ah, vale… ¿y si se levanta? Porque es más grande que tú, nena.
-No te preocupes, le intimidaré con la porra.
-Ya, como con Gigi –y se me escapó la risa-. Pero no lo toques mucho, porque ha estado con patos muertos. Y de follártelo, ni loca, ¿vale?
-Descuida… regresa a la cabaña, luego me pasaré.
-Sí, me voy –anduve dos pasitos y me volví-. Ten cuidado, ¿me lo prometes?
-Lo tendré.
-Vale… -y seguí andando por el camino de la derecha.

La iluminación aumentó, y a menos de cien metros comenzaron a verse las primeras cabañas, ¡y yo ya ni me acordaba de cual era la mía! ¡¡¡QUÉ JEBY!!! Claro, con todo este estrés, ¡como para acordarme, neeenaaas! Así que intenté relajarme haciendo largas y profundas respiraciones, del tipo pre-eyaculatorias, que son de lo más, y mira, me relajé hasta que vi en el cartelito el número de la cabaña que me era familiar, aunque todas eran como clonadas, vamos…

-¿La catorce? ¡Coño, sí es ésta! –y corrí hacia la entrada, palpándome en los bolsillos en busca de las llaves. ¿Has había cogido antes de salir? ¡Sí, aquí estaban!

Fui a meterla en la cerradura cuando se abrió la puerta, y la luz del interior me dio en los morros, cegándome un poco, además de envolverme el calorcito hogareño que salía del interior; allí, ante mí, estaba Gigi con una cara de felicidad, ¡que ni la reina del bukkake japonés!

-¡¡¡GIGIII...!!! -dije súper dramática.

-¡Dolly! –y me dio un abrazo enorme, pero claro, con lo maltrecha que estaba, ni me enteré, sólo capté la fragancia de Loewe de Gigi, que me hizo sentir mejor… más como en casa.

Y mejor me sentí cuando descubrí quién más estaba con ella. Los ojos se me humedecieron y el culo, ¡casi que también!, cuando aparté a Gigi y corrí al encuentro de la otra persona que estaba tras ella, en plan Roberto Benigni oligofrénico, en la ceremonia de los Oscars, corriendo sobre las butacas y besando a todo el mundo, por el Oscar que le dieron con La Vida es Bella.

-¡¡¡BRUNOOO…!!! -chillé y tuve una erección de caballo, porque sí, nenas, puedes estar megadeprimida o al borde de la muerte, que el pito va a su bola, ¡OYE!

4 comentarios:

Frank Palacios dijo...

¡Más te vale que sigas ahí!, porque te lo creas o no, además de todas esas Desperate Housegays del Mundo y de Latinoamérica, el otro día entró una Del Congreso de los Diputados, NEEENAAA!!!

¡¡Eso se merece un K JEBY y un HOLY MANOLIS!!!

(a ver si era la Trini o el Pedro Cerolo, tíaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa)

¡Y ahora me voy a preparar las cositas para LOS OS-KA! Que son esta noche, y que DOLLY PARTON opta al OS-KA de Mejor Canción, por Transamerica.

¡¡¡Encendamos unas velas y cojámonos de las manos, a ver si se lo dan!!!

¡¡¡VIVA DOLLY PARTON!!!

Frank Palacios dijo...

¡¡¡K JEBYYYYYYYYYY!!!

Bueno, yo tuve un novio (que suena a principio de canción ranchera), que era del PP... que le costó salir del armario lo suyo, porque se le metió una percha en un ojo, pero oye, fue salir, y se volvió más puta que las gallinas.

Obviamente, le dejé, porque para puta-puta-súper puta, ¡YO!

Frank Palacios dijo...

¿A que parece mentira?

¡¡¡Con la de nenas que leen esto!!!
Anyway! En unos minutos, Capítulo 18, neeenaaa!!!

PD: a todas las que leen éste blog: NO ME SEAIS PUTAS Y DEJAD UN COMENTARIO, QUE NO SE OS VA A FASTIDIAR LA LACA DE UÑAS, NEEENAAASSS!!!

lotuyonotienenombre dijo...

dolly! me acabo de acordar de cuando me acordé de ti en nueva pork viendo transamérica, por la tía de desperate housewifes y la canción de dolly parton.
impresionante el monstruo antihomofóbico del lago. a ver si no nos lo matan de gripe.
y no te quejes que en mi blog escriben mucho menos!