domingo, noviembre 06, 2005

~23~ 1ª Temporada

En el capítulo anterior…

Me enfrentaba a una conspiración alienígena, para erradicar a los gays del Mundo (aunque había empezado por la zona de Chueca, en Madrid, ESPAÑA), cuando empecé a preguntarme por qué había desaparecido tan misteriosamente mi amiga Sayuri. Pero la pregunta del millón era, ¿creerían a una marika loca como yo si hablaba de esta INVASIÓN?

¡Bueno! Tampoco es tan raro, ¿no? Me dije a mi misma para darme fuerzas. Pongamos el ejemplo de Supermán. La nena es de otro planeta, ¿vale? Y lleva pijama con capa debajo de la ropa de banquero que se pone, aunque la muy loca dice que es periodista. ¡Cámbate, cuasimodo! Con todos esos antecedentes… ¿por qué La Supermana podía salvar al mundo y yo no? ¿Eh? ¿EH?

Enfrascada en esos pensamientos y en que no me atracaran o me robaran mi móvil (un Siemens Ideal), fui asaltada por dos niñas con cara de girl scouts, pero claro, en España no existen de esas cosas, así que tenían que ser del Día de la Banderita, de la Cruz Roja, o yo qué sé de donde coño podían ser éstas dos que iban a por mí… una con el brazo estirado en el que llevaba una lata para donativos, y la otra con una pérfida sonrisa, y el trazo también estirado con una cosita pequeña y cuadrada, que no supe qué era hasta que la tuve cerca. ¡Una pegatina!

-¡Alto ahí, nenas! Estaréis borrachas o drogadas de foskitos... si pensáis que voy a dejar que me pongáis esa mierda de pegatina en mi cazadora de súper puta en acción. –les dije y estiré la mano para que no se acercaran más con sus maquiavélicas intenciones-. Hoy no ha sido un buen día, no… y me ha costado mucho superarlo, hasta que lo he superado… además, este look tan fantástico no se hace en diez minutos, nenitas, ¿vale? Estoy muy cool y voy muy mona, para que vengáis a sablearme y a pegarme ESA COSA en mi ropa, ¿vale?
-¡Un donativo!
-¿Sabes lo que hacía yo a tu edad?, iba a devolver los cascos de cristal de las botellas, y me daban 25 pesetas, que luego me gastaba jugando a las maquinitas de marcianos, pero no iba atracando a la gente en plena calle, con esa excusa tan baladí de: dame pasta y te pongo esta mierda de pegatina que te va a joder la ropa.
-¡Un donativo! –dijo la de la pegatina.
-¡No te me acerques con esa pegatina, o me pongo a chillar aquí mismo! ¿Y sabéis por qué?
-¿Por qué?
-Porque el mundo se va a la mierda, y toda la Humanidad está en peligro. ¡Estamos siendo invadidas, nenas!

Las dos criaturas se miraron, y luego me miraron otra vez.

-¡Un donativo!
-¿Pero es que no me habéis oído? Vamos a morir todas, y terminaremos siendo la carne de hamburguesa en un McDonalds de Marte. Y tú –dije a la de la pegatina-, no vivirás para quitarte los hierros de la boca, porque te matarán antes de que vuelvas a la consulta del dentista. Y los marcianos cuando se coman su hamburguesa hecha con tu carne, protestarán al camarero ¡porque la carne tendrá demasiado hierro! –y miré a la otra niña, la que llevaba la hucha-. Y tú, que eres más mona, la palmarás virgen, y nunca sabrás lo que es un polvo, o un ligue, o un beso, o un griego… porque terminarás en la misma hamburguesería, como oferta del día: “chirli de virgen”. Y esa será la única vez que te comerán el chirli, nena, y no lo disfrutarás, porque claro, estarás picada y hecha carne de hamburguesa.

Las dos niñas se miraron chillaron como berracas y echaron a correr como si fueran dos pirómanas envueltas en llamas, buscando una fuente.

Tras quitarme a aquellas dos mocosas de encima, seguí andando hacia la comisaría. Ya me conocía el camino hasta el despacho de Bruno, así que cuando el poli de información fue a decirme algo, le di las gracias, pero ya sabía donde tenía que ir; con mucho morro, pero súper entregada a la causa de Salvar al Planeta (como una de esas activistas Locas del Green Peace), pasé entre las mesas de polis, llegué a la puerta del despacho de Bruno y llamé, reconociendo su voz súper sexy diciendo: “adelante”; entré y cerré, y como era de esperar, nenas, a mí es que los hombres con uniforme me pueden, y Bruno es el sueño de cualquier marika soltera.

-Bruno, ya sé lo que está ocurriendo.
-¿Qué haces aquí?
-Bueno, verás, he venido a decirte lo-que-está-ocurriendo.
-Dolly, es peligroso que estés andando por ahí sin protección.
-Para nada –dije y saqué el condón que siempre llevo en el bolsillo izquierdo del vaquero, pero claro, me di cuenta por su gesto de que Bruno no se refería a ese tipo de protección-. Tranquilízate, estoy bien y sé lo que está pasando.

Bruno parecía muy cansado y hasta tenía ojeras, o sería la mala iluminación de aquel despacho, porque para mí, Bruno seguía siendo el chulazo más apuesto que había visto en mi vida. ¡Quiero uno para Reyes! ¡Mejor, para Santa Claus, que llega antes que los tres esos de Oriente!

-Alguien… -comencé a decir-. Y no me llames loca, por favor, que ya estoy inmunizada contra la palabra “loca”.
-Está bien, no te llamaré loca.
-Menos mal… -y me desabotoné la cazadora, porque allí dentro hacía calor, y las testosteronas Bruno me daban más calor, cuando se echó hacia atrás en su silla-. Verás… creo que lo que está ocurriendo… con Sayuri… con esos otros chicos gays, y con CHICAS, sí, nena, con CHICAS gays también… creo que, creo que las secuestran, ¿vale?
-Dolly… eso ya lo sabemos. Te lo dije el mismo día que nos conocimos.
-Bueno, sí vale, lo sé, me lo dijiste -pero yo estaba súper impactada con lo bueno que estaba Bruno aquella vez, y claro, mi cerebro perdió parte de la información-. Pero este secuestrador no es de los normales -continué diciendo-, ¿vale? Son…
-¿Son…?
-Son…
-Dolly, ¿vas a terminar la frase?
-¡Son Alienígenas neeenaaa! –y se me fueron las manos a las mejillas y compuse mi mejor cara de terror hasta la fecha. Más que en la última fiesta de Halloween, cuando Felipe-Lipe, ese que está tan bueno, pero que es tartaja, se puso a vomitar, pero de forma tartamuda, o sea: series cortas pero contundentes... de vómitos. La pared del bar quedó de un GOTELÉ de flipe. Apestosa, claro, pero de diseño de la muerte, y con un colorido que ni se podía comparar con la ropa que se pone Marichalar, o Agatha Ruiz de la Prada tras cinco San Franciscos.
-¿Alienígenas? –y se acomodó en la silla, en un claro gesto de que me estaba tomando por LOCA.
-Bruno, cariño, no me mires así, please, que no estoy loca, ¿vale? Digo yo que tienen que ser alienígenas, porque lo que está ocurriendo, es imposible que esté hecho por un ser humano. ¡¡¡Están transformando a la gente!!!
-¿Cómo que la transforman?
-Habéis… ¿habéis hablado con las familias de alguno de esos chicos que han desaparecido? Con las familias o con los amigos, o con la gente que ha denunciado su desaparición…???
-Pues no… no hemos descubierto nada y no nos hemos puesto en contacto con ellos.
-¡Hazlo! Hazlo ahora… verás que muchos de los que están en esa lista, han reaparecido, pero cambiados. ¡Alienizados, nena!
-¿Cómo que cambiados?
-Sí, con otra personalidad. Por ejemplo, a los marikitas los vuelven heterosexualas, y a las lesbianas también, que lo he visto en la tele y la reacción de Sayuri, con esa rubia de las tetas gravitatorias es un claro ejemplo. ¡Y seguro que a los héteros, los vuelven más héteros! ¡No lo sé! ¡Pero debe ser eso!

Bruno me miró con cierta reticencia, pero al final cogió la carpeta, aquella que me había enseñado con las fotos de los chicos desaparecidos, y la abrió por la primera ficha.

-¿Y no tenéis carpetas de chicas? Porque seguro que también han desaparecido unas cuantas lesbianas… será mejor que lo chequees también.

Aunque parezca mentira, Bruno descolgó el teléfono y marcó el teléfono del contacto que había denunciado la primera desaparición. Si yo estaba en lo cierto, y una horda de alienígenas homófobos querían terraformar el planeta… pronto lo íbamos a descubrir.

Un tono… dos tonos… tres tonos… (la Tierra es un tono que se me escapó)

-¿Diga? –oí cómo preguntaba una voz de mujer.
-Buenas tardes, le llamamos de la comisaría de la calle Luna –se presentó Bruno.

4 comentarios:

Frank Palacios dijo...

este parentesis de la "la tierra es un tono que se me escapó" delata tu genio Dolly

¡Gracias nena! Pero mira que busco un cazatalentos para que me lance... y lo más que se me acercan son ¡¡¡las cazafantasmas de Milenio 3!!!

Y con lo de HP, me has dejado loca, nena... no sabía si faltaban 10 días para llamarme Hija de Puta, o 10 días para comprarte una impresora Hewlett Packard... ¡¡¡hasta que al final me he dado cuenta que estabas hablando del ¡¡¡HARRY POTTER, NENAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!

And of course, gracias por seguir leyendo este Blog!

lotuyonotienenombre dijo...

q mala, pero q maaaaala eres. las scougirls me dan una pena tremenda.

Frank Palacios dijo...

Estas eran dos mamarrachas que querían PASTA! Además la pegatina era HORROROSA, NENA, no era ni de MARCA ni nada!

Anónimo dijo...

nena, me estás dando miedo todo esto, con lo sensiblona que soy yo!!, creo que voy a salir corriendo como las niñas esas!! xDDDD

muacks