sábado, noviembre 26, 2005

~29~ 1ª Temporada

En el capítulo anterior…

Un nuevo enemigo había aparecido en mi álbum de fotos de los malos: La Space; ella nos había secuestrado con su “hermanito”, alias el Rubio, y se habían llevado a la pesada de la Numis que sí, era una mala persona además de una ladrona, pero no se merecía eso.

¡Y lo piorrr de todo, era que la Space iba a matar a Bruno!
¿Pero qué podía hacer yo?

Estaba atada a una silla mugrosa, en un sitio oscuro y enorme, más sola que la una… ¿o quizá no? La Space la había dicho al Rubio, que nos habían metido allí, ¡porque arriba no cabía más gente! ¿A cuantos gays y lesbianas le habían administrado los gusanos medulares con la pistola del pssshhh-chiflú? ¡¡¡La Space y la Rubia eran marcianas y esta era una INVASIÓN alienígena en toda regla!!!

Dolly, piensa, ¡piensa!
Springfield
¡No tía! No es hora de ir de compras. ¡Piensa en algo para salir de aquí! Mmmmm estoy pensando, estoy pensando… ¿Qué haría Dolly Parton en mi lugar?
¿Ponerse a cantar?
¡¡¡!!! La acústica aquí sería fantástica pero, como que no me apetece ahora…

Moví las muñecas y sentí cómo los pelillos me daban tirones. Y digo bien, pelillos, porque son pelillos lo que tengo en las muñecas, a ver si pensáis que tengo las manos peludas en plan “chiguaca”; mmmmmm tengo las muñecas atadas con cinta de embalar, y las paredes de este sitio tienen los ladrillos vista... ¡sobresaliendo! ¡A frotarse, Dolly! ¡A frotase como una loca!

Nunca imaginé que el “arriba-abajo”, fuera otra cosa a parte de una postura sexual, pero parecía estar funcionando, aunque me dejara los codos de mi cazadora de súper puta en aquella pared. Cuando más hacía, el arriba abajo contra la pared, la cinta que me ataba parecía ceder, y eso me rellenaba las pilas y me daba más fuerzas para seguir moviendo las muñecas en pos de mi auto liberación, como la Basinger en Cellular, claro que a ella, no le ataron de pies y manos a una silla, y además tenía aquel teléfono escacharrado con el que inclusive podía llamar a los concursos de la tele. No, la Basinger lo tuvo más fácil en Cellular. Además, iba súper cool con aquel modelito de pañuelo al cuello y tacones de aguja… ¡Eso es escapar como una reina! Y no como yo, que parecía un punchimbol a estas alturas de mi aventura.

Seguí frotándome las muñecas contra la pared hasta que me cruzó un dolor como de quemadura, y aguanté el gritito, cuando conseguí separar las manos. La otra cinta que tenía atada alrededor del cuerpo, se despegó de inmediato y me llevé las muñecas a la boca, pensando que me había cortado las venas o algo así... al intentar desatarme, pero no, sólo era un raspón. Y lo supe porque en aquella oscuridad, me pasé la lengua y noté los pellejitos y esas guarrerías que te quedan, cuando te despellejas. ¡Ahora los pies!

¡Neeenaaas! Lo estaba haciendo súper bien, y ya casi me había liberado de las ataduras de los pies, cuando el zumbido del techo cesó, y los neones que estaban a varios metros se apagaron de inmediato. Estaban lejos esos neones, y sólo me llegaba como un halo de luz, pero por lo menos sabría por donde moverme. No como ahora, que estaba todo a oscuras, pero de oscuridad total, y me entró el pánico al recordar el pozo.

¡Y si andando a ciegas, caía en el pozo y me salía una niña peluda en pijama? ¡Qué horror! Tranquila, Dolly, andarás con cuidado, arrastrando los zapatos, y así no te caerás en el pozo de The Ring. Vaya, había surtido efecto. Me había tranquilizado y… ¡terminado de quitar las ataduras de los pies! ¡Estaba libre! ¡Yupiii!

¡Pero seré tonta! ¡Yo fumo!

Me auto cacheé hasta que encontré el paquete de tabaco y busqué el mecherito que siempre llevo dentro. ¡Luz! ¡Jolines! Esto iba mejorando, aunque el decorado que me rodeaba no acompañaba para nada, porque era lo piorrr que he visto en mi vida, y daba grima… pensar que podría saltarme una rata de una pared y colgarse de mi cuello, sí que daba yuyu, nenas… por eso me subí el cuello de mi cazadora de súper puta, y seguí avanzando en aquel sitio tan húmedo, oscuro y sin encanto alguno.

¡Era enorme! Y con lo propensa que era yo para las gripes, y más en estas fechas, ni os cuento. Enparanoyada perdida, con mi mecherito de publicidad de Tabacos La Paz… sí, sí, La Paz a cementerio que reinaba allí... pasé por delante de la tele y seguí avanzando. No iba a descansar hasta que no viera dónde estaba el dichoso pozo y así, poder hacerme una idea mental de la ubicación en aquel sitio… que por ahora se me antojaba en forma de B, pero con “3 barriguitas”, en lugar de dos.

¡Qué susto! ¡Aquello no era un pozo! ¡Era un pedazo de agujero negro que se podía merendar al Cosmos entero, con la Jodie Foster de Contac! ¡Bien, ya tenía toda la información que necesitaba:

Estaba en una especie de B imaginaria, con tres barriguitas:
1ª Barriguita superior: el pozo de “te escoñas y no lo cuentas”.
2ª Barriguita, parte central: la tele.
3ª Barriguita inferior: montacargas de sube y no bajas.

¡La tele! ¡La tele tenía un cable! Y supongo que no habría toma de luz en un sitio como aquel… así que tenían que utilizar el prolongador que vi, para subirlo hacia algún sitio donde sí hubiera un enchufe de la luz.

Regresé junto a la tele, cogí el cable y lo seguí, sintiendo como el tener tanto tiempo el mechero encendido me estaba quemando los dedos… pero aguantaría. Ni de coña iba a apagar la única luz en aquel pozo de inseguridad en el que me encontraba.

El cable llegaba hasta una puerta metálica en la pared, no más ancha que yo (que estoy muy bien para mi altura)… ¡y estaba abierta! Sabía que al otro lado no podía haber nada, porque me encontraba ante el muro de separación entre la 2ª barriguita central y la 3ª barriguita inferior, de mi esquema mental, así que la única salida sería subiendo. Abrí la puerta y una ráfaga de aire apestoso me apagó el mechero. ¡Mierda!

Me costó varios intentos volver a encenderlo, mientras intentaba saber a qué olía el aire que bajaba por allí... asqueroso en su primera impresión, pero que me recordó a ¡perfumes! Cosmética y hospital, que casi es lo mismo, pero aunque fuera desagradable, creo que fue más la primera impresión. Hice pantalla con la otra mano para que no se me apagara el mechero, y miré hacia arriba.

El prolongador del cable ascendía por aquel tubo o chimenea, hasta donde no llegaba la luz. ¡Vale! Un conducto de ventilación y yo me sabía de memoria Aliens, en su versión extendida. No fue un camino de rosas no, porque no había una escalera maravillosa como en los vídeo juegos, nenas. Así que en plan Spider-Man, en posición fetal, utilizando la espalda y piernas para hacer presión contra las paredes de adelante y atrás, comencé a ascender muy resulta… agarrándome con las manos a lo que buenamente podía, que era muy poco.

Si esto parece duro y horrible, hay que sumarle como dos millones de telas de araña que me tragué, y que daban un asco que ni paqué, nenas… y a oscuras, que da más impresión, con lo impresionista que ya soy de por sí… pero no me amedrenté y seguí escalando a lo Tomb Raider, con incómodos calambres en el culo y pantorrillas, por mantenerme en aquella extraña posición de equilibrio.

Más arriba, comencé a ver luz, que salía de un lado de la pared. Así, calculando a lo tonto, podría estar como a cinco metros. ¡JUARZ! ¡Cinco metros! ¿Quién me manda a mí a ser tan buena con las matemáticas? ¡Mierda!

Hice una paradita para renovar fuerzas (imposible, porque no tenía ninguna bebida isotónica o macrobiótica para ello) y entonces oí la voz súper agradable, de una mujer ya entrada en años que decía...

-Un ama de casa debe ser y comportarse, como la mujer más agradable, hacendosa, amiga y compañera, para con su esposo. Su maquillaje y su vestir, deberán estar siempre impecables, ser discretos y cómodos, para cualquier tipo de situación, como por ejemplo: limpiar la casa… preparar el almuerzo… ver la televisión con su esposo e hijos… ir al supermercado a hacer la compra diaria… o simplemente, para poder sentarse en el salón y leer una revista de prensa rosa, tras finalizar las labores domésticas y dejar la cena lista y caliente, dentro del horno hasta que regrese del trabajo su amado esposo.

¿Qué tarada diría tal cosa? ¿Una feminista? ¡Ni muerta, vamos!; seguí escalando, y aquella mujer seguía cascando, con largas pausas, sobre cómo ser la perfecta ama de casa, como de película rancia o como si se tratara de un NODO franquista.

La voz sonaba cavernosa, como si fuera una proyección de cine, en mono, of course, y quizá con un punto desfasado, como de grabación de los años setenta, porque tenía ese todo de películas de Paco Martínez Soria.

Hice otra pausa para descansar, oyendo las memeces que rajaba la señora y miré hacia la rejilla de ventilación, por la que salía la luz centelleante, que ahora estaba a menos de dos metros, y por donde desaparecía el cable de la luz que estaba conectado al televisor de abajo.

¡Dos metros! A ver si aguanto y no me escoño por este tubo por el que he trepado, y me quedo lisiada de por vida, y sin piernas ¡como el Cruise en Nacido el 4 de Julio!

3 comentarios:

lotuyonotienenombre dijo...

corre nena, que a la numi la pobre seguro que la tienen ahí drogada lavándole el coco en plan la naranja mecánica versión ana rosa quintana, y eso es pasarse aunque te robara una temporadita de nada de sexo en nueva pork.

Hidroboy dijo...

Nenaaaaa esto empieza a parecerse a un capítulo de LOST. No me seas Abrahama y no me empieces a hacer flashbacks ahora ni a contarme todo lo que haces en tiempo bala porque voy yo mismo al pozo ese y te tiro pabajo a ver si del golpe te vuelve la cordura y la coherencia del relato.
No teme alargues dolly, no teme alargueeeees.

Frank Palacios dijo...

lotuyo: Bueno... aunque sea un bicho, la salvaré si la veo por ahí...

Hidro: nena, tranquila que esto no es Perdidas por ir Mal Vestidas, primero porque no tengo a las locas drogadas de guionistas que tienen en LOST, y segundo, porque MI BRUNO está muchísimo mejor que Jack (aunque tampoco le haría ascos a un revolcón con el neeeeeneeeeeeee!)

Y como dije, nos estamos acercando al THE END...
¡¡¡NEEENAAAA!!!