jueves, noviembre 10, 2005

~25~ 1ª Temporada

En el capítulo anterior…

Increíble pero cierto, la policía (y Bruno, el que más), creyeron en mi teoría, pero quitando la parte OVNI de Expediente X, así que cuando saqué lo de los gusanos medulares para el control mental, tampoco me hicieron caso.

Cuando llegamos a casa, sin incidentes ni aventuras de Super Nenas a las tres y media de la madrugada, hacía un frío de pelo de coño de Yetti en casa. Así que puse los aires y en 5 minutos, se podía andar por casa en tanga y con zapatos de tacón de 15 centímetros, de lo a gusto que se estaba.

De camino a casa, Bruno me contó algo que no sabía, hasta que me lo contó, claro, y era que llamó a Sayuri, ahora súper heterosexuala, que se puso súper borde con él, y dijo no sé qué cosas del trabajo (no olvidemos que por muy heterosexuala que fuera ahora, Sayuri, seguía siendo el agente Alex de la comisaría de la calle Luna). Súper Hevy. Sayuri no dio pistas sobre dónde había estado metida durante su desaparición. Sólo dijo que había estado “considerando lo que hacía con su vida”, pero nada más. No nombró a los marcianos, ni a los gusanos medulares… ¡FALSAAAA!

Con todo esto, Bruno estaba de bajón total, aunque yo ya le había notado mala cara en comisaría, y pensé que se debía al cansancio, pero no; ya en casa, mientras él estaba en no-sé-dón-de, yo abrí la nevera y me sentí como Bree Van de Camp de las Mujeres Desesperadas, con mi nevera llena de tapers monísimos del IKEA, con diferentes comidas y todos ellos con una pegatina anunciadora, con el contenido de los mismos. Podría sonar psicótico esta forma de tener la nevera, pero seguro que Hannibal Lecter me daría sus más sinceras felicitaciones por lo ordenadita que soy.

A ver, me encanta cocinar, pero no me vuelvo loca haciéndolo todos los días, así que cuando me da el punto Cocinera, me pongo en modo sin fin algún disco de Dolly Parton y cocino 50 cosas diferentes a la vez, las envaso y las guardo para cuando me entre el hambre. Así que esa noche, con lo derrotada y desesperada que estaba, miré el interior esperando encontrar algo que saciara mi sentimiento interior: necesitaba algo de CARNE y que se pudiera CHUPAR hasta el éxtasis… y allí estaban ellas: costillas asadas en salsa Dollycoa, y se llama Dollycoa, porque es una receta propia, inventada por moi, pero que es super chic.

-¿Te gustan las costillas a la barbacoa?
-¿Costillas... ahora? –dijo Bruno desde alguna parte de la casa.
-¿Y por qué no? Yo tengo hambre.
-Vale… -respondió sin entra en la cocina.

Metí las costillas en el microondas, que es como La Madre Robot de toda soltera.

-¿Por qué no pones algo de música? -dije al aire.

En segundos comenzó a sonar Shakira, pero claro, ni me di cuenta de que era ella, hasta que empezó a cantar de esa forma tan especial que tiene, como si estuviera atragantada con 5 vibradores; el tema era “Hasta Obtener un Sí”, que es de lo más rarito de ese disco… porque no pega con nada, y porque es un bossa, pero como la chica está súper tarada y no olvidemos ese uso que le da a los vibradores, en el disco no queda mal… y entonces ocurrió.

Bruno apareció con una sudadera puesta y en boxers, en la puerta de la cocina y estiró un brazo hacia mi, como si esperara que fuera corriendo hacia él en plan Ginger Rogers hasta arriba de Café de Colombia. Yo antes de hacer de la Ginger, me metí un pellizco del carajo, para cerciorarme de que aquello era real, y no estaba con alguna de mis alucinaciones, pero nena, Bruno seguía allí cantando a dúo con Shakira lo de:

-Ya tengo ojera de tanto mirarte… y lo peor es que aún me quedan tantas ganas de… esperarte… hasta que entiendas que… te quiero porque eres claro, claro, claro… como la planta de mis pies.

Lo de la “planta de los pies”, me dejó medio pallá, para qué engañarnos, pero yo acepté su mano y aquel baile, y fui a su lado, pensando que quizá no debería haberme pellizcado yo, sino que tenía que haberle pellizcado a él, para sacarle de aquella ensoñación Shakiriana, culpa de la Gigi… porque si un disco de Shakira estaba en mí casa, era por la pesada de la Gigi Nonaino, que quería metérmela a la fuerza, cuando sabe que me pone los pelos de punta con esas vibraciones guturales paranormales.

Yo seguí a Bruno en aquel baile y dejé que él me guiara, mientras seguía cantando la canción (que se la sabía de memoria, y no como las transformistas de Chueca, que no se saben el play back ni aunque se coman el libreto del CD con salsa teriyaky), y que me la cantaba en voz baja sin apartar sus ojos de los míos; jamás imaginé tener un momento romántico, con Shakira de fondo (never, honey), pero mi cuerpo seguía al de Bruno en aquel baile donde nuestros pies se desplazaban suavemente, adelante, atrás y ¡date la vuelta!

-Ay, Ay… como muero por ti. Como poder Olvidarte. Basta que mandes flores. Para que me enamores. Para obtener un sí…

A más de una me gustaría verla en mi pellejo. Yo, que estaba acostumbrada a ir de Diana la Cazadora, y ahora era la CAZADA, por un megachulazo que me miraba a los ojos, al cantarme una canción de Shakira… Yo me cogí a su cintura, no sea que empezara el tema que canta con Alejando Sanz, ¡y a Bruno se le dispararan las cortillas pa los lados!, pero no fue así.

El tema terminó, y yo me quedé parada, como esas bailarinas súper monas de las cajitas de música, que se quedan en una pose estática cuando la música termina, y entonces se acercó más a mí, se me desenfocó la vista y sus labios se fundieron con los míos.
¡¡¡!!!
Parpadeé sorprendida y le miré. Bruno seguía besándome con los ojos cerrados, y con Shakira cantando en mi salón “Este es un Día Especial”.
¡Y tanto, so puuutaaa!

“Este es un Día Especial…
Quiero creer, en otra oportunidad.
Dimos un salto mortal.
Y hoy vuelvo a ver…
Un faro en la oscuridad”


Me llevó hacia él, y mis codos se chocaron con sus manos al arrancarle aquella sudadera que se había puesto al llegar a casa, dejándole desnudo de cintura para arriba… y algo despeinado, y me volvió a besar. Medio desnudos como estábamos, porque a mi me faltó tiempo para quitarme lo que llevaba puesto, nuestros cuerpos estaban vacunados ante el frío, y los aromas de nuestras colonias se mezclaron como nuestros dedos y labios.

Poner palabras para algo así, es como describir un olor. Puedes tener una valoración aproximada, ¡pero no eres capaz de conseguir que el olor aparezca por obra y gracia en tu nariz! Además, no me gustaría que se tomara por un simple polvo, que no lo fue, o algo cursi… a lo Corín Tellado.

De todas formas… lo intentaré, porque el algún vecino me recordó que la Shakira estaba cantando muy alto, y tuve que parar lo que estaba haciendo, para bajar algo el volumen, sonreír a Bruno y volver a por mi cena… y no me refiero a las Costillas a la Dollycoa, nenas.

Esa noche dejé mi ropa de vaquera, y me transformé en una auténtica Indiana, de la familia Jones, para explorar a Bruno de arriba abajo, tumbados en mi sofá de diseño del IKEA, que se llama Vreta, y es de tres plazas; a Bruno le quedaba algo pequeño, así que antes de que se cayera al suelo, le obligué a sentarse al centro, y yo me senté sobre él.

Mientras nos besábamos, me imaginé con una bolsa de hielo en los morros al día siguiente, porque jamás de los jamases, había besado a nadie con tanta pasión y durante tanto tiempo. Lo que comenzó como un menú degustación, terminó de forma opípara, ya en el dormitorio, bajo el edredón y con las almohadas… ve-te-tú-a-sa-ver-dón-de-co-ño-fue-ron-a-pa-rar

Lo mejor de todo fue que… pese a que aquello debería terminar, como ya sabemos todas… ninguno de los dos hizo por llegar a ese final, y los juegos continuaron, y continuaron, sudando como trabajadores de astillero por el dichoso edredón, que a la hora o así, fue a hacer compañía a donde quiera que estuvieran las las dichosas almohadas, y las sábanas terminaron en los pies de la cama, como esos pellejos que tiene la Sara Montiel en el cuello.

En todo momento, ninguno de los dos dijimos nada. ¡Era como si hubiera aprendido telepatía, nenas! Cuando se lo contara a Gigi, seguro que se iría a comprar y ligar al supermercado del Corte Inglés, para salir de la depre que le entraría.

Tras el sudor, quedamos empapados y bajo la ducha, apretados el uno contra el otro (porque mi ducha parece un teletrasportador de Star Trek), sintiendo el roce de los azulejos y de la mampara contra las espaldas, y medio ciegos por el vapor que formaba nubes en el techo.

Me hubiera encantado enseñarle más habitaciones a Bruno, pero el calor y la retención de líquidos que teníamos ambos era tal, que el tour por mi casa terminó en la ducha, bajo el agua caliente y con incómodas agujetas en las pantorrillas, por lo menos yo, que no estaba preparada para este sexo olímpico.

¡¡¡PERO QUE ME QUITEN LO BAILAO, NEEENAAA…!!!

Ahora, es cuando a vosotras os toca ir a la nevera, sacar la jarra del agua y beberos dos litros de agüita fresca, porque, cuando salimos de la ducha tras lavarnos bien (que como sabréis, hay un extraño símil entre el semen - el agua caliente - y la clara del huevo frito, y no diré más), y secarnos… regresamos al dormitorio e hicimos la cama… para volverla a deshacer en pocos segundos.

A la mañana siguiente, o mejor dicho, a las once de la mañana siguiente, que fue cuando me desperté con unas ganas horribles de ir al baño a hacer pis, y me detuve un instante en el salón, para sacar el cd de la Sakira de los cojones, que había estado sonando todo el tiempo, pero TODO el tiempo desde que habíamos llegado a casa, y lo metí en la nevera para que a la nena se refrescara el gaznate y la chirla del mega concierto que se había pegado en mi casa, durante no sé cuantas horas... y luego paré las costillas a la Dollycoa, que seguían girando en el microondas.

De haber sido seres vivos aquellas costillas, ¡hubieran dejado las paredes del microondas hasta arriba de “gómitos”!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

nena por fin algo de emoción!!!, que tal se lo monta el tal Bruno?? xDDDD

muack

Frank Palacios dijo...

¡De-es-CAN-da-LO!

Tony Tornado dijo...

Dolly, estoy hasta arriba pero a partir de next week me pongo al día del culebrón, que ya estaré de vacances...

Bikachus

lotuyonotienenombre dijo...

agua fría no, pero entre una cosa y otra a mi me ha entrao un hambreee que me voy a la calla a por una hamburguesa, a falta de costillas a la dollycoa o cosas mejores ;)

Anónimo dijo...

SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSiiiiiiii!!!, creía que tenía que esperar otros 10 capítulos para que tirases a Bruno. Ya era hora nenaaaaaa!!

Nenaaaa que calores que me han entrado y que bien que me funciona la imaginación.

Me voy a por unos yeloss!!