lunes, noviembre 21, 2005

~27~ 1ª Temporada

En el capítulo anterior…

Primero me regalan un fin de semana en una cabaña en el campo, si mando un ESEMESE, y luego, por entrar en casa de la Numis, me gasean como a la coca-cola, ¡y me dan con una figurilla horrible del Todo a 100 en la cabeza!


Después de pedir socorro y auxilio (¡ni se sabe cuanto tiempo!) sin obtener respuesta, pasé a la fase dos de mis ataques de pánico, o sea, chillar como una perra, disfrutando de mis alaridos en THX en aquel sitio oscuro y enorme, de ecos cavernosos, en el que encontraba atada a algo que parecía una silla.

-¿¡Quieres dejar de gritar como una puta histérica!?
-¡¡¡!!! –"¡¡¡!!!" significa, que me dio un grito pa’dentro hasta quedarme muda, y el pánico se me multiplicó por diez-. ¡Quién está ahí! ¡¡¡QUIÉN ESTÁ AHÍ!!!
-¡Quién está ahí, quién está ahí! –repitió la voz con retintín-. Calla un poco, festivalera, que me va a explotar la cabeza. ¡Qué dolorrrRRR!
-¿Numis?
-¿En qué lío te has metido ahora, Dolly?
-¿Yo? ¡Pero si estabas muerta!
-¿Yo muerta? Anda que le tienes cariño a las amigas, después de que he trabajado turno doble en el vídeo club, para suplantarte, so desagradecida.
-¿Yo desagradecida? ¡Y tú ladrona de deuvedeses!
-¿Qué?
-Me robaste el dvd de Sexo en Nueva York, asquerosa, que lo vi en tu casa cuando entré en ella.
-¿Qué entraste en mi casa? ¡Cuando!
-Sí, nena, y vi mi dvd de Sexo en Nueva York, la primera temporada, que me había desaparecido de casa desde épocas remotas.
-¡Yo no te robé ese dvd!
-¿Ah, no?
-No… -he hizo una larga pausa, que en aquella oscuridad se me antojó eterna-. Lo cogí de casa de Gigi.
-¡La Gigi! ¡Pero si yo nunca le presté ese dvd!
-Pues te lo ha mangado ella… y yo después se lo mangué a Gigi.
-Ladrona de deuvedeses.
-Lo tomé prestado… porque no quería prestármelo.
-¡No me extraña, LADRONA!
-Y dale…
-¿Y por qué estás aquí?
-¡Y yo qué coño sé! Me había levantado temprano, para hacer tu turno en el curro, cuando llamaron a la puerta, y al abrir, me encontré con el gas ese.
-¡Te gasearon como a mí!
-¿Pero por qué?
-No tengo ni puñetera idea, pero la cuestión es que primero te secuestran…
-¿Quién?
-¡Los malos, nena, los malos!
-¿Qué?
-Después te implantan gusanos medulares…
-¿QUÉ?
-Y pasas marika diplomada, a ser súper heterosexuala.
-¡¡¡QueeeeEEEEEEEEEEEE!!!
-Lo que yo te diga, nena.
-¡Pero bueno! ¿Y eso pa’qué?
-No tengo ni idea, pero hoy lo vamos a descubrir.
-Pero, pero, pero… ¡Yo no quiero ser súper heterosexuala, Dolly!
-Pues te vas a “jartar” de ello, si no, espera y verás.
-¡Me opongo!
-¿A qué?
-¡A ser heretosexuala!
-¡Mira la Rajoy...a! ¿Pero tú te crees que estás en el Senado para oponerte a-lo-que-sea? ¡Estamos secuestradas, tía! Nos meterán los gusanos medulares y empezaremos a volvernos “Locas por el Fútbol”.
-¡Antes me tiro por un puente!
-Te volverás adicta a la sección de deporte de Antena 3, porque es la cadena que más cancha le da al fútbol, ¡y te empalmarás viva con la sección de deportes!
-¡Nunca jamás! ¡Aunque los jugadores celebren los goles dándose por culo, JAMÁS me convertirán en una futbolera!
-Pues lo vas a ser, Numis… y te buscarás novia y vivirás feliz con ella.
-¡Que me vomito encima, COCHINA!
-Ya, ya… ¡heterosexuala, futbolera y casada con un marichocho!
-¡¡¡SOCORROOOOOO, AUXILIOOOOOO!!! ¡¡¡Que alguien se lleve a esta maricona lunática de mi lado!!! ¡Vale que me secuestren, pero no con ella, cojones!

La Numis se puso a chillar como una histérica sin medicación y yo, entre la desgracia que me rodeaba, me sentí feliz por fastidiarla viva después de que le robara a Gigi, los dvd’s de la primera temporada de Sexo en Nueva York, que me había robado a mí la puta de la Gigi.

Un zumbido eléctrico restalló sobre nuestras cabezas y uno a uno, varios neones se encendieron en línea recta, desde detrás de nuestras espaldas, hacia delante. Yo presté atención a todo en cuanto mis ojos se adaptaron a la luz, mientras la Numis berreaba sin parar.

Me encontraba atada a una silla metálica, con cuerdas súper apretadas, con las manos a la espalda y los tobillos pegados a las patas delanteras de la silla. El suelo era de cemento, y había mucha humedad; el techo era abovedado, con varios arcos y había telarañas por todas partes, porque seguro que la señora de la limpieza había muerto en algún momento de los años 80's; las paredes, súper lejos, estaban con los ladrillos a la vista, que estaría súper cool en un loft de marikita con pasta, pero que aquí era de terror japonés… ¡¡¡Estábamos encerradas en una especie de bodega inmensa y vacía!!! Con algo que me pareció más terrorífico aún. Un televisor del año de la Chirli, sobre un taburete, y con un prolongador de cable que se iba hacia alguna parte detrás de nosotras.

La Numis dejó de chillar y comenzó a preguntarse una y otra vez que qué era aquello y que dónde estábamos retenidas, cuando yo, que tengo una memoria cinematográfica que es que a veces me doy asco de lo buena que soy jugando a eso de las películas, vi mi situación súper clara, y más negra que el pelo de coño de Naomi Campbell, si es que tiene pelos en el colo, claro, porque me da a mi que para ponerse lo que se pone, o se afeita, o se la notaba el peluche a kilómetros.

-¡TÍA! ¡Ya nos podemos dar por marikas muertas! ¡Mira a ver si ves un casete! ¡Mira a ver si ves un casete! -le chillé a la Numis.
-¿Un casete para qué? ¿Qué es esto? ¿Dónde estamos, Dolly?
-¡NEEENAAA! ¡Estamos en el ”Hellooo, Amanda”!
-¿En dónde?
-¡¡¡En el “Hello, Amanda”, SORDA!!! –y la miré de forma aviesa-. ¿Trabajas en el mismo vídeo club que yo, y no has visto SAW?
-¡A mi las películas de miedo, me dan miedo!
-¡Por eso se llaman de miedo, cleptómana retrasada!
-¿Y qué pasa en esa película?
-¡Mejor no te lo cuento, o te vas a cagar encima! ¡Pero como esa tele se encienda, y aparezca el títere psicótico de José Luis Moreno… ya puedes empezar a chillar, porque será lo último que hagas!
-¿Y si escapamos de aquí? –dijo y dio un saltito con la silla.
-¿Haciendo carreras atadas a estas sillas? ¡Tú es que flipas con un poster de Enrique Iglesias y su micropene o qué? ¡Vamos a morir, neeenaaa!
-¡Pues yo me escapo!
-¡Já! ¡Mira como corre la jodía! ¡A ver, mona! ¡Huye que yo vea, cómo te dejas los dientes en el cemento!

Y la muy puta, se puso a dar saltos con su culo pegado a la silla, como si el suelo estuviera electrificado. Se alejó de mí como cinco metros, saltando como un piojo, dando vueltas en círculo, y de nuevo de regreso hacia donde yo estaba,. Flipada como la que más, por ese arte que tenía la muy jodida, para saltar atada como estaba, en aquella silla metálica.

-¡No veo salida!
-¡Como en la película, neeenaaa! ¡Vamos a morir, o algo peor, a transformarnos en dos heterosexualas… y encima contigo!
-¡Oye, yo no pedí que me secuestraran contigo, señorita Dolly Partos!
-¡Anda que ibas a estar tranquila si te hubieran secuestrado a ti sola! ¡Estoy aquí por tu culpa!
-No, bonita, estás aquí por cotilla, por meterte en mi casa y robarme el dvd de Sexo en Nueva York.
-No, nena, ese dvd era mío, ¿vale?
-No. Yo se lo robé a Gigi. Así que oficialmente era de Gigi.
-Pero en los orígenes de los orígenes, ese dvd era mío, y la lolailo de la Gigi, me lo sisó. Como salga viva de esta, te juro que le cojo las camisas esas que tiene, y las prendo fuego en medio de Chueca, porque en el Rastro no me dan ni un euro por ellas.
-¡Me voy! ¡No te aguanto más!
-¡Tú misma! –le dije, y la Numis se puso a dar saltos alejándose detrás de mí-. Cuando llegues a donde sea, ni te molestes en escribir o en mandarme una postal.
-¡No pensaba hacerlo! –dijo a lo lejos.

Mira que estar secuestrada con semejante ladrona, es que me sacaba de quicio.

-¡Numis! –le chillé.
-¡Qué! –respondió ella desde muy lejos.
-¡Que te den por culo!
-¡Ordinaria!
-¡Cleptómana!
-¡Dolly Parton es una vieja folklórica con silicona en el cerebro!
-Será hijadelagranputa –me dije-. ¡Numis! Cuando vuelva a tener diarreas, miraré una foto tuya para que se me corten.
-¡COCHINA!
-¡Adefesio!
-¡Dolly Parton mea de pié, porque es un hombre!
-¡BASTA! ¡Te voy a arrancar la flora intestinal como te trinque, Numis! –y me puse a saltar como una lunática, hasta que conseguí controlar la silla metálica y fui a por ella.

Sabía perfectamente que con las manos y pies atados, no podría darle dos guantazos, pero sí que la podía pegar un bocao en la ojera, que se iba a enterar la muy puta; ¡Qué jodía! ¡Cómo saltaba la niña! Iba directa hacia el fondo, hacia una parte súper oscura donde no había luz, pero por allí iba, porque oía perfectamente el ¡CLANK! ¡CLANK! ¡CLANK! ¡CLANK! ¡CLANK! ¡CLANK! ¡CLANK! que producía la silla con cada salto.

-¡Salta, salta, salta... pequeña langosta! ¡Que ya te pillaré y te daré un bocao en la oreja!

5 comentarios:

lotuyonotienenombre dijo...

corre, dolly, corre. si no pillas a la langosta siempre puedes atravesar el muro de un cabezazo. si sobreviviste a lo del todo a cien, esto es nada!

Frank Palacios dijo...

¡Terrible, nena!
Creo que nunca había hecho tanto deporte, desde las Carreras de Tacones en Chueca, y eso que yo con tacones gano...en altura, que no en equilibrio!

Unknown dijo...

A mi me roban un DVD de Sexo en Nueva York y le pego una somanta de palos a la zorra en el culo en cuestión que sería como el sueño de cualquier Sadomasoquista...

Rafa Delgado dijo...

Yo estuve aquí.

Frank Palacios dijo...

¡PERRA!