domingo, mayo 21, 2006

~30~ 2ª Temporada

En el capítulo anterior...

Cegada con la idea de salvar a todo el mundo del fantasma de Fernando Morales, descubrí que Olivia pasaba de mí, como de la mierda, pero su madre Jacinta, me creyó y nos fuimos las dos a salvar al resto, cuando el monstruo del lago, como si se hubiera visto todas las pelis de Roland Emmerich, comenzó a atacar; mientras, el fantasma decapitador, nos cerraba nuestra única vía de escape. ¡Estaba Sin Salida, pero MUY SALIDA!

Cuando ocurre que unos tentáculos gigantes crean el pánico, la gente huye, chilla y berrea intentando salvar sus vidas, entre una lluvia de escombros de cabañas, y a tu espalda se presenta el fantasma de Fernando Morales, hacha en ristre para cortarte la cabeza, lo peor que jamás de los jamases te podría pasar, es VERTE metida en tal fregado, ¡¡¡con lo bien que estarías en casita, o follando por ahí, neeenaaa!

-¡¡¡Hasta que el último no pague, nadie descansará!!! –repitió levantando el hacha y viniéndose directo hacia nosotros.

Bruno, que estará muy bueno y todo eso, utilizó el razonamiento lógico de la policía, cuando alguien te ataca con un arma, sacó la pistola y disparó al fantasma, que ni se inmutó (porque claro, era un fantasma y la bala le entró por un lado y le salió por otro), pero sí que se cabreó más de lo que estaba, que ya es decir, porque en sus ojos se reflejó el infierno, como disparado por un flash rojo.

-¡Que es un fantasma, Bruno! ¿Tú es que nunca has ido al cine o qué? –y tiré de él, cuando tras nosotros se oían los berridos de la gente que salía volando por los aires, apresada dentro de uno de aquellos tentáculos-. ¡Corre, nene! –me detuve y me volví para coger a Jacinta del brazo, porque le había entrado un parrake de susto total, y la pobre mujer estaba arrodillada en el suelo-. ¡Y usted también, Jacinta! ¡Venga con nosotros!
-¡No puedo moverme! –chilló la mujer aterrorizada.
-¡Claro que sí que puede!
-¡NO!
-Mire, no es momento del si-no-si-no-si-no, ¿entendido?
-No –dijo perpleja como una almeja.
-Mire, Gigi está muerta, y todas las putas que leen este blog, me lo echan en cara, y ahora sólo me faltaba que la palmara usted, y ya no sólo me culparían de la muerte de Gigi, sino también ¡¡¡de la muerte de su madre!!!
-¿Se puede saber de qué estás hablando?
-¡Levante el culo de una puñetera vez y venga conmigo!

Miré hacia atrás, cuando un zapato cayó del cielo y vi las piernas de las personas que el tentáculo gigante había apresado, y luego miré al frente. El fantasma se venía directo a nosotros. Bruno me tiró del brazo.

-¡Sé que me voy a arrepentir de esto! –dije cagándome en todo y recordé esta misma frase, pero dicha por C3-PO.
-¿Qué? ¡Qué haces! ¡OYE! -chilló Jacinta.
-¡Cállese y cójase de mí!
-¡Me voy a caer!
-No, nena, no te vas a caer, ¡Te voy a tirar YO, como no dejes de moverte, coño!

Y es que me había cargado a la mujer a la espalda, que no paraba de zapatear como una gitana sobre un suelo mojado y electrificado, y yo me iba pa los lados sin poder enderezar la columna, ¡porque Jacinta pesaba lo suyo!

-¡Bruuuuno! –le grité, y parece que me entendió y me ayudó a colocarme mejor a Jacinta a la espalda, e intenté salir lo más rápido que pude, con noventa kilos de más a las espaldas-. ¡Espero que Gigi vea esto, esté donde esté!
-¡Vamos a morir! –chilló Jacinta.
-Sí, nena, y yo primero… ¡aplastada contra el suelo!

Lo peor de todo era, es que además de soportar todo ese peso, con Bruno desde atrás, empujando, tenía la vista clavada en mis zapatillas y no veía un carajo hacia dónde me dirigía o podía ir… pero me puse a correr como una lunática e intenté que mi carrera fuera en línea recta.

-¡¡¡¡AAAGGGG!!!

Oí chillar a Jacinta muy cerca de mi oreja, y de repente olí a flores secas… más bien podridas, y me entró un frío tal, que hasta me pellizcó los huesos. Pero yo no paré de correr, y me crujió algo en la espalda por el peso de la mujer.

-¡¡¡HEMOS ATRAVESADO AL FANTASMA!!! –chilló la mujer, como si intentara hacerme saltar el tímpano.
-¿Qué fantasma? ¿Qué fantasma? ¿Y BRUNO?

Dejé de correr y me giré un poco, al estilo de Cuasimodo, para ver qué pasaba detrás de nosotras, y en mala hora lo hice, porque entre el grupo de gente que volaba por los aires dentro de otro de aquellos gigantescos tentáculos (que había tres tentáculos en total), reconocí a mi Bruno por el pantalón, ¡y por el paquetón, neeenaaas!

-¡¡¡BRUNO!!! –chillé, cuando aquel grupo de cinco personas (o así) volaron por encima de las copas de los árboles hacia el lago, y bajo ellos, en el camino que ahora estaba desierto, el fantasma de Fernando Morales reía como un chalado.

-¡Hemos atravesado al fantasma! –repitió igual de histérica que antes.
-Que sí, Jacinta, que la oí la primera vez –y seguí corriendo-. ¡Tengo que buscar un sitio seguro para dejarla, y luego ir a rescatar a mi Bruno!
-¡Vamos a morir!
-En este capítulo, no, nena, eso se lo puedo jurar sobre ¡¡¡el Disco de Instalación del Microsoft Office Word 2003!!! El original, no uno pirateado, nena.

Seguí corriendo hasta no saber dónde narices estaba, y localicé una cabaña diferente a la de los turistas (eso quiere decir con menos glamour y más funcional, además de más grande), que tenía luz en las ventanas. Recé para que la puerta estuviera abierta, porque no me iba a parar para llamar como las marichachis de AVON llama, y la embestí a lo Dos Torres del Señor de los Anillos.

Sonó un BLAM!, de madera crujiente e irrumpí en el interior como un elefante en una cacharrería, hasta que una mesa me detuvo en seco y me desplomé sobre ella, con todo el peso de Jacinta encima.

-¿Jacinta? –la llamé, pero no respondió.

Me giré a un lado para dejarla encima de la mesa y la miré. Estaba inconsciente, y tenía una brecha en la frente. Vaya. El BLAM!, seguro que lo produjo el cabezazo de la pobre mujer contra la puerta.

-¡¡¡QUÉ JEBY!!! –chillé horrorizada-. ¡¡¡YA LA HE MATADO!!! –y pegué una oreja en el pecho de la señora, K.O. total, pero no, el corazón le seguía latiendo, y yo me llevé una mano al corazón para tranquilizarme, ¡porque también lo necesitaba, oye!

-¡Dolly!

Me llamó alguien a muy pocos metros de mí y yo solté tal berrido, que parecía que me habían dado con una porra eléctrica, porque boté y reboté en el mismo sitio, haciendo cosas raras con las manos. Sí, nenas, estaba al borde de un ataque de servios ¡o más!, para que encima una voz desconocida me llamara. Sí, vale. Podría ser mi voz interior, pero desde luego que mi voz interior, no me llama a gritos, pa pegarme un susto de muerte, después de creer que he matado a la madre de Gigi por abrir una puerta con su cabeza.

-¡Dolly!

Yo seguía gritando y haciendo movimientos raros con las manos como si me defendiera de un ataque de abejas asesinas, pero intenté controlarme y buscar la procedencia de aquella voz, y la encontré, escondida entre unos estantes en una zona poco iluminada de aquella cabaña, que recordaba a una especie de comisaría. ¡Claro! ¡Estaba en el puesto de los seguratas del complejo Takami! Y aquel que me llamaba era… ¡PABLO!

-¿Pablo? ¡¡¡PABLO!!! –era el segurata que se había tirado Gigi entre los Capítulos 10 y 11; te lo recuerdo, porque estamos en el Capítulo 30, neeenaaa, y seguro que estás tan liada de emociones, que ya ni te acordabas de él-. ¿Qué haces ahí?
-¿No has visto… -comenzó a decir aterrorizado, aovillado junto a la estantería y con la porra en la mano-… lo que ha salido del lago?
-¿Por qué te crees que estoy aquí? ¡Casi nos pilla! ¡¡¡Y se ha llevado a Bruno, nene!!!

Le saqué de su escondite, pero él seguía acojonadito, y la mirada se le iba de cuando en cuando hacia las ventanas del puesto de control.

-Tú tienes que saber algo sobre ese cabrón de fantasma.
-¿Fantasma? –repitió con mirada de lunático.
-Sí, nene, estamos en el Capítulo 30, y si yo no termino de saber quién carajos es ese tipo y porqué va por ahí cortándole las cabezas a la peña, ¡difícilmente podré contarlo en este blog! ¿No?

Pablo se apartó de mi, como si me tuviera miedo, y yo no las tenía todas conmigo de que me fuera a revelar un dato importante, que me ayudara a entender todo este follón en el que había perdido a mi mejor amiga, Gigi, y donde le acababa de abrir la cabeza a su madre biológica.

-¡Tienes que contármelo por Gigi, Pablo! –y se quedó pensativo, ausente, ¡LOST!-. Por Gigi, ¡y por mis fans que leen este blog, nene!
-Al principio, creí que era el típico cuento de brujas que le soltaban a los nuevos…
-¡Tú lo sabías, PERRA! –dije indignada y retrocedí un paso.
-El Fantasma nunca había hecho nada… y la vieja chalada… La Vieja del Lago, creíamos que se colaba por las vallas de seguridad para armar su particular “numerito”, y robar algo de las cabañas.

Yo me llevé una mano al corazón, porque ahí me dio. ¡También estaba al tanto de la vieja meona! Recordemos, que la primera vez que me atacó la vieja meona, fue Pablo, quien me salvó… bueno, más bien la intimidó… ¡y la dejó escapar!

-¡Hijadelagranputa! ¡También sabías lo de la vieja!
-¡Era completamente inofensiva!
-¡JARL! ¡Eso díselo a los de la tintorería! ¡Esa vieja me meó de arriba abajo como si fuera una rueda de coche! ¡Y tú lo sabías, PUTA!
-Era una chalada, sólo eso.
-Sí, sí, una chalada ¡con la vejiga muy suelta!
-Dolly, entiéndelo, la vieja está loca, ¡pero no hace daño a nadie!
-¡Desde luego que YA no hace daño a nadie! ¡El fantasma del mequetrefe ese le cortó la cabeza!
-¿¿¿Qué???
-De un tajo. Y ahora me dirás que el fantasma sólo es una Leyenda Urbana… ¡¡¡que yo me he visto las tres pelis que se han hecho de la serie!!!
-El fantasma no hace daño a nadie…
-¡Y un cojón de mona paquistaní! El Bicho del lago ha capturado a todo el mundo, y el fantasma estaba de su parte… y la vieja chalada, ahora está de-ca-pi-ta-da. ¿Me has oído bien? ¡Le cortaron la cabeza! ¡De un tajo! Que lo vi con estos ojitos en directo; sé que yo saldré viva de aquí, pero no pongo la mano en el fuego por tu personaje, nene, así que, o bien mueves ese culito que Dior te dio, y me ayudas, ¡o quizá no llegues con vida al Capítulo 35!
-¿Qué pasa en el capítulo 35?
-¡Que se termina esta historia, NEEENAAA!

Le dejé unos segundos valorando las dos opciones que tenía: no ayudarme, y palmarla en uno de los cinco capítulos que quedan para concluir esta historia o… ayudarme, y salir de esta con vida, pero con daños colaterales. ¡JARL! ¡POR MALA MARIKA! ¡Sí, señor!

-¿Qué pretendes hacer? –me preguntó al fin.
-¡Pues salvar a mi Bruno! A Bruno, y de paso a la gente que pueda…
-¿Pero cómo?
-Tengo que regresar a la iglesia, porque intuyo que todos están allí abajo, pero esta vez no me iré con una bolsa de El Corte Inglés. No, nena. Seguro que tenéis un equipo de buceo cool, o algo más moderno, que una bolsa de El Corte Inglés para bajar a la iglesia sumergida.

Y así era. Según Pablo, había una caseta a unos metros del embarcadero, donde guardaban material para la limpieza del lago, y en el que además había equipos de buceo, así que corrimos hacia allá… aunque antes de salir, me ocupé de dejar a Jacinta en uno de los camastros que utilizaban los seguratas para descansar; vi que la herida de la cabeza no era muy grave, así que se la desinfecté a la carrera y le puse un apósito con Betadine, apagué las luces y cerré la puerta con llave.

Pablo y yo tardamos casi quince minutos en llegar a la caseta, porque dimos un rodeo para no pasar por las instalaciones del complejo Takami, y porque además íbamos sin linternas, iluminadas solamente por la luz de la luna, para no ser descubiertas… por el fantasma de Fernando Morales, ni por el bicho del lago.

Al enfundarme el traje de neopreno descubrí… ¡¡¡que el neopreno es ideal para dejarte un cuerpo a lo Supermán, neeenaaas. ¡¡¡VIVA EL NEOPRENO!!! ¡Estaba súper ideal! Ultra ceñida, ultra sexy, y ultra aventurera. Y me harían falta todos esos ultras, antes de hacer lo que me disponía a hacer. ¡Volver a bajar a la iglesia sumergida!

5 comentarios:

Hidroboy dijo...

¡JA! Seguro que el decorado de la Iglesia te costó una pasta y como tenías que amortizarlo pues no paras de bajar.

De todas formas, menos mal que no margulles con la bolsa del Corte Inglés porque si vuelves a hacer una inmersión a lo McGyver me entra la risa.

PERO TÍA!!!! ¡¡Corre a salvar a Bruno que quiero ver ese paquete que dices que tiene!!

Hidroboy dijo...

Pues sí que es hondo el lago... que aún estás margullendo...

¡ACTUALIZA PUTA!

Anónimo dijo...

querida Dolly, no nos puedes dejar asi siempre, en vilo, deberias hacer los capitulos más seguidos, estilo dos capitulos semanales.
para cuando ese merchandising?
Kisses en la nariz

Frank Palacios dijo...

Nenas, SORRYS!

Que aunque una sea una DIVA, también trabaja, y ha estado mega ocupada ¡¡¡intentando salvar al mundo!!!, ¡pero ya he vuelto!

He dejado mu traje de Supermana en el tinte, y ahora puedo sentarme en el PC...

En pocas horas, el Capítulo 31, ¡¡¡neeenaaas!!!

Anónimo dijo...

ZZZOMG! JAJAJAJAJAJA usaste la cabeza de la madre de Gigi de ariete!

Flawless Victory!

FATALITYYYYYY!

JAJAJAJAJAJA! Disculpa, redescubrí el Mortal Kombat... ay no no no, qué risa...

Mauuu!