En el capítulo anterior...
¡Por fin… hablé con la Agapita González del coño! Sí, nenas, ¡YO! Cara a cara. Un Diva-Muerta, porque lo que sí que estaba clarísimo, es que la Agapita estaba ¡MUERTA! Y ahí estaba yo…¡hablando con una MUERTA! Súper jeby, nenas, pero no lo resumo aquí, porque para eso existe el capítulo anterior, hijadelagranputa, así que te lo lees y punto, ¡como todas! Pero sí puedo decir, que pese a todo lo que ocurrió, y a mi “empanicamiento” general… ¡fui rescatada por Bruno!
Tras mi rescate, porque sí, a la primera en sacar de aquel tugurio fue a mí… y luego a las otras, entre las que estaba Gigi, permanecí como ausente, como si todo aquello no fuera conmigo (aunque sabía que no era así, porque es mi historia y es mi blog, nenas) pero es que, nenas, si una Diva quiere conservar la cordura, es mejor contar fresisuis hasta que las cosas tomen otro rumbo. Aunque no estaba claro que esta Tercera Temporada de Desperate Housegays lo tomara… y de que alguien más muriera...
-¡JESSICA! –chillé, como suelo hacer siempre para volver a la realidad, pero a nadie en concreto.
-¡Dolly! Me has pegado un susto... ¡de susto o muerte, tía! –dijo Gigi que la tenía la lado, con la manita en el corazón.
-¿Pero qué cosa es esto? ¿Dónde estamos?
-En la comisaría, tía.
-¿Detenidas?
-No, tía, como testigas.
-Vaya… ¿y yo por qué me he quedado transpuesta, nena?
-Supongo que demasiadas emociones o quizá, estabas choqueada.
-Ay, pues sí, porque en estas últimas horas de mi vida, me he chocado y estrellado contra muchísimas cosas…
-Tienes carita de no haber dormido nada, tía.
-Gigi: es que ¡no hemos dormido en horas, nena!
Miré a mi alrededor antes de ponerme en pié. Aquel despacho me sonaba cantidad. Es más, me recordó al despacho de Bruno de la Primera Temporada de Desperate Houysegays, cuando le vine a contar una historia sobre marikas abducidas, y él, como poli, no me creyó nada de Nothing Hill. Y como me lo recordó tanto, se lo dije a Gigi.
-Gigi, nena, ¿sabes que este despacho se parece cantidad al de Bruno?
-Pues claro, tía, ¡porque es el de Bruno! Más mono… -y me cogió de la mano para que me volviera a sentar-. Y eso que estábamos con unas pintas de zarrapastrosas indocumentadas que ni pa qué, tía, y nos dejó aquí, mientras interrogaba a la rubia, y fíjate tú, que conociéndonos, no le extrañó NADA que estuviera en pelota picada, ni que las Bossini respondieran a sus preguntas haciendo coreografías o hablando en inglés.
-¡Las Bossini, nena! ¿Qué ha pasado con Eun?
-La mandaron al hospital.
-¿Al central?
-No, tía, a la Jiménez Díaz, el Hospital Central es el de la serie, Dolly. Me da a mí, que tú aún sigues traumatizada.
-Debe ser eso, sobre todo en los pelos del coño, nena. Ya no me queda pelo en el cuerpo que poner de punta, tras lo que he visto. ¿Y qué tal está Eun?
-Pues jodida. Tiene no se qué de un mordisco en el pié.
-¿Al final el demonio la mordió?
-No, tía, que al caerse se jodió el mordisco este de la rodilla.
-¡El MENISCO, GIGI! Anda, anda, que estás tú fina para hacer resúmenes y elipsis argumentales. Si lo sé, no me quedo transpuesta y lo cuento yo mejor.
-Serás border line, tía. A mi no te me pongas como la Winona Ryder cuando la pillaron robando en el Corte Inglés.
-Ay, Gigi, es que estoy súper acelerada con todo esto… ¡y eso que no hemos terminado!
-¿Cómo que no? El bicho se murió, desapareció o lo que fuera. A saber qué le habrás contao que se volvió al infierno para no aguantarte.
-No, nena, el bicho era… -miré a los lados y dije bajito-. Agapita González.
-¿¿¿QUÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE??? –gritó como si la retorcieran los huevos con un riza pestañas de L’Oreal-. ¿¿¿Esa cosa tan horrorosa era la Agapita???
-No, nena, eso era el demonio que salió, pero luego yo le eché de comer la cuarta moneda de oro, y la invoqué.
-¡No me digas!
-Lo que te cuento, nena.
-Porque soy tu amiga y tengo que creerte por cojones, que si no, me levantaba de un salto y me ponía a llamar a gritos a los loqueros.
-¡Estamos en una comisaría, Gigi, y en las comisarías no hay loqueros!
-¿Y te crees que no lo sé? ¡Por eso no les llamo a gritos, tía!
-Gigi, calla y escucha: la invoqué, apareció ella, monísima de la muerte, pero con cara de posesa y muy como de mamarracha borracha. Sí, hablaba raro. Tanto azufre infernal debe fastidiar las cuerdas vocales, supongo, y me dijo que ella antes de venirse a Madrid, hizo un pacto de sangre con Manolo.
-¿El bombero?
-Sí, nena… luego, lo de que la pobre mujer se metiera en una secta satánica ya es otro cantar. Pero ese vínculo de sangre, fijo que la tiene atada a Manolo.
-¡No me digas!
-Sí, nena. Así que todo al que se cepille Manolo: la palma.
-¿La de Canarias?
-No, nena, La Palma, la isla no, la palma: MUERE. ¡La espicha de forma espantahorrible!
-Pero tú te lo tiraste. Deberías estar muerta, Dolly.
-…
-Porque te lo tiraste, ¿no?
-Bueno, no se consumó el polvo en la ducha, con lo cual, no me lo follé, así que supongo que gracias a eso me he librado de palmarla también.
-Así que ese vínculo de sangre, es como en la peli de The Ring, ¿no?
-¿Peeeeerdón? Gigi, ¿de qué coño me hablas ahora?
-Hicieron un pacto de sangre, un: ni pa ti, ni pa mí.
-Sí, una metáfora muy de las tuyas, ¡LOLA!
-Yo me entiendo.
-Ya veo, ya.
-Así que ahora que ella está muerta y endemoniada perdida, sale para matar a aquellos que se acuestan con Manolo.
-Eso es… ¿y qué coño tiene que ver eso con The Ring, nena? La Agapita no sale peluda, en eskijama y eructándole a la gente ¡con el ojo regañao!
-Pues que es como una maldición gitana, tía. Si ves el vídeo, la palmas en siete días. Si te follas a Manolo, te atropellan en la Gran Vía. ¡Vaya, me ha salido una rima! –y se aplaudió a si misma-. ¿Seguro que no te lo follaste?
-Que no, nena, y mira que a más de uno que leen este blog, ¡bien que les hubiera gustado!
-¡Como que son tontas!
-Tontas no, pero Desperate, ¡MUCHO!, nena.
-Resumiendo, Dolly. Es una maldición, ¿vale?
-¿Y por qué no ha muerto Jessica, lista?
-Porque… -y miró al techo.
-¡JA! ¡Te pillé, Punseta!
-Déjame pensar… -y bajó la vista y me miró a los ojos-. Porque le quiere… sí, tía... es por eso... la Jessica está súper colgada de él.
Y oye, que la muy puta de la Gigi me dio que pensar, y hasta provocó que me hiciera arquear una ceja a lo cool.
-Nena, a ver si es verdad y el amor que tiene por Manolo, es lo que ha salvado a Jessica de morir a manos de esa loca demoníaca de Agapita González. Pero… -y me horroricé toda al recordar-. Jessica cree que una compañera del trabajo se lo está tirando.
-¿A quién?
-¡A Manolo, nena! Espera, nena, una vez dijo esa oligofrénica de Milenio 3.
-¿Cual de ellas, tía? Porque en ese programa las hay a manadas.
-La Dientes. La rubia del programa. Decía que había dos tipos de demonios. Los íncubos y los súcubos… y que uno de esos, no recuerdo cual, eran capaces de poseer los cuerpos humanos. Uno era un demonio masculino y el otro femenino, así que por orden lógico… debe ser un súcubo, nena. ¡Sí! ¡Los súcubos eran femeninos y los que buscaban tener relaciones sexuales!
-Como todo hijo de vecino, tía.
-¡Agapita es un súcubo!
-Además de una muy malísima persona, tía.
-Gigi, Agapita está muerta.
-¡HOLY MANOLIS, DOLLY! Está intentando sembrar dudas en la cabeza de Jessica. Para que ella deje de quererle y entonces…
-¡Y ENTONCES PODRÁ MATARLA!
Y las dos, de un brinco, nos pusimos en pié, súper nerviosas, súper excitadas por nuestros propios descubrimientos, y súper guarras, porque nuestra ropa tras tantas aventuras, olían y crujían ¡como coño de momia mesopotámica sin potasio!
-¡Hemos de hacer algo, Gigi!
Y Gigi corrió al ordenador de la mesa de Bruno, y se puso a mover el ratón.
-¿Qué haces, nena? Cuando digo hacer algo, ¡no es ponerse a jugar al ordenador!
-Hay que buscar en el Glogles cómo deshacer un pacto de sangre, tía –y levantó la cabeza para mirarme, por detrás de la pantalla-. Y si no está en el Glogles, ya nos podemos dar por muertas.
-Gigi, creo que esta vez sí que has perdido el rumbo. Deja de buscar en el GOOGLE, ¡¡¡Y BUSCA EN EL YOUTUBE!!!
-¡Tía, escucha esto que dice una tarada en Internet…!
-¿Otra más?
-“Una vez efectuado el Pacto de Sangre, este no se puede deshacer. Querer rehuir del compromiso asumido con la organización o secta se puede pagar incluso con la vida”.
Y Gigi me miró, con esos ojos de flipada aterrada suyos, como de gitana de tablado a la que se le ha roto el tacón y adiós al zapateado.
-Nena, entonces la Jessica no está en peligro. Está jodida de por vida, nena.
-¡Pero la Agapita está muerta!
-A ver Gigi, llevamos tres páginas y pico hablando del tema, ¿y no terminas de darte cuenta? ¡Sólo el amor que siente Jessica por Manolo, es lo que puede salvarla!
-Jooo… ¡Cómo en los culebrones, tía!
-Tenemos que salir de aquí cagando leches, nena. Hay que salvar el amor de esa enfermera con turno de noche... ¡Salva a la enfermera, SALVA AL MUNDO!
Y la puerta se abrió propinándonos un susto cuando entraron Bruno, Sayuri y un señor vestido de traje, que oye, ¡hasta tenía un polvo!
¡Por fin… hablé con la Agapita González del coño! Sí, nenas, ¡YO! Cara a cara. Un Diva-Muerta, porque lo que sí que estaba clarísimo, es que la Agapita estaba ¡MUERTA! Y ahí estaba yo…¡hablando con una MUERTA! Súper jeby, nenas, pero no lo resumo aquí, porque para eso existe el capítulo anterior, hijadelagranputa, así que te lo lees y punto, ¡como todas! Pero sí puedo decir, que pese a todo lo que ocurrió, y a mi “empanicamiento” general… ¡fui rescatada por Bruno!
Tras mi rescate, porque sí, a la primera en sacar de aquel tugurio fue a mí… y luego a las otras, entre las que estaba Gigi, permanecí como ausente, como si todo aquello no fuera conmigo (aunque sabía que no era así, porque es mi historia y es mi blog, nenas) pero es que, nenas, si una Diva quiere conservar la cordura, es mejor contar fresisuis hasta que las cosas tomen otro rumbo. Aunque no estaba claro que esta Tercera Temporada de Desperate Housegays lo tomara… y de que alguien más muriera...
-¡JESSICA! –chillé, como suelo hacer siempre para volver a la realidad, pero a nadie en concreto.
-¡Dolly! Me has pegado un susto... ¡de susto o muerte, tía! –dijo Gigi que la tenía la lado, con la manita en el corazón.
-¿Pero qué cosa es esto? ¿Dónde estamos?
-En la comisaría, tía.
-¿Detenidas?
-No, tía, como testigas.
-Vaya… ¿y yo por qué me he quedado transpuesta, nena?
-Supongo que demasiadas emociones o quizá, estabas choqueada.
-Ay, pues sí, porque en estas últimas horas de mi vida, me he chocado y estrellado contra muchísimas cosas…
-Tienes carita de no haber dormido nada, tía.
-Gigi: es que ¡no hemos dormido en horas, nena!
Miré a mi alrededor antes de ponerme en pié. Aquel despacho me sonaba cantidad. Es más, me recordó al despacho de Bruno de la Primera Temporada de Desperate Houysegays, cuando le vine a contar una historia sobre marikas abducidas, y él, como poli, no me creyó nada de Nothing Hill. Y como me lo recordó tanto, se lo dije a Gigi.
-Gigi, nena, ¿sabes que este despacho se parece cantidad al de Bruno?
-Pues claro, tía, ¡porque es el de Bruno! Más mono… -y me cogió de la mano para que me volviera a sentar-. Y eso que estábamos con unas pintas de zarrapastrosas indocumentadas que ni pa qué, tía, y nos dejó aquí, mientras interrogaba a la rubia, y fíjate tú, que conociéndonos, no le extrañó NADA que estuviera en pelota picada, ni que las Bossini respondieran a sus preguntas haciendo coreografías o hablando en inglés.
-¡Las Bossini, nena! ¿Qué ha pasado con Eun?
-La mandaron al hospital.
-¿Al central?
-No, tía, a la Jiménez Díaz, el Hospital Central es el de la serie, Dolly. Me da a mí, que tú aún sigues traumatizada.
-Debe ser eso, sobre todo en los pelos del coño, nena. Ya no me queda pelo en el cuerpo que poner de punta, tras lo que he visto. ¿Y qué tal está Eun?
-Pues jodida. Tiene no se qué de un mordisco en el pié.
-¿Al final el demonio la mordió?
-No, tía, que al caerse se jodió el mordisco este de la rodilla.
-¡El MENISCO, GIGI! Anda, anda, que estás tú fina para hacer resúmenes y elipsis argumentales. Si lo sé, no me quedo transpuesta y lo cuento yo mejor.
-Serás border line, tía. A mi no te me pongas como la Winona Ryder cuando la pillaron robando en el Corte Inglés.
-Ay, Gigi, es que estoy súper acelerada con todo esto… ¡y eso que no hemos terminado!
-¿Cómo que no? El bicho se murió, desapareció o lo que fuera. A saber qué le habrás contao que se volvió al infierno para no aguantarte.
-No, nena, el bicho era… -miré a los lados y dije bajito-. Agapita González.
-¿¿¿QUÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE??? –gritó como si la retorcieran los huevos con un riza pestañas de L’Oreal-. ¿¿¿Esa cosa tan horrorosa era la Agapita???
-No, nena, eso era el demonio que salió, pero luego yo le eché de comer la cuarta moneda de oro, y la invoqué.
-¡No me digas!
-Lo que te cuento, nena.
-Porque soy tu amiga y tengo que creerte por cojones, que si no, me levantaba de un salto y me ponía a llamar a gritos a los loqueros.
-¡Estamos en una comisaría, Gigi, y en las comisarías no hay loqueros!
-¿Y te crees que no lo sé? ¡Por eso no les llamo a gritos, tía!
-Gigi, calla y escucha: la invoqué, apareció ella, monísima de la muerte, pero con cara de posesa y muy como de mamarracha borracha. Sí, hablaba raro. Tanto azufre infernal debe fastidiar las cuerdas vocales, supongo, y me dijo que ella antes de venirse a Madrid, hizo un pacto de sangre con Manolo.
-¿El bombero?
-Sí, nena… luego, lo de que la pobre mujer se metiera en una secta satánica ya es otro cantar. Pero ese vínculo de sangre, fijo que la tiene atada a Manolo.
-¡No me digas!
-Sí, nena. Así que todo al que se cepille Manolo: la palma.
-¿La de Canarias?
-No, nena, La Palma, la isla no, la palma: MUERE. ¡La espicha de forma espantahorrible!
-Pero tú te lo tiraste. Deberías estar muerta, Dolly.
-…
-Porque te lo tiraste, ¿no?
-Bueno, no se consumó el polvo en la ducha, con lo cual, no me lo follé, así que supongo que gracias a eso me he librado de palmarla también.
-Así que ese vínculo de sangre, es como en la peli de The Ring, ¿no?
-¿Peeeeerdón? Gigi, ¿de qué coño me hablas ahora?
-Hicieron un pacto de sangre, un: ni pa ti, ni pa mí.
-Sí, una metáfora muy de las tuyas, ¡LOLA!
-Yo me entiendo.
-Ya veo, ya.
-Así que ahora que ella está muerta y endemoniada perdida, sale para matar a aquellos que se acuestan con Manolo.
-Eso es… ¿y qué coño tiene que ver eso con The Ring, nena? La Agapita no sale peluda, en eskijama y eructándole a la gente ¡con el ojo regañao!
-Pues que es como una maldición gitana, tía. Si ves el vídeo, la palmas en siete días. Si te follas a Manolo, te atropellan en la Gran Vía. ¡Vaya, me ha salido una rima! –y se aplaudió a si misma-. ¿Seguro que no te lo follaste?
-Que no, nena, y mira que a más de uno que leen este blog, ¡bien que les hubiera gustado!
-¡Como que son tontas!
-Tontas no, pero Desperate, ¡MUCHO!, nena.
-Resumiendo, Dolly. Es una maldición, ¿vale?
-¿Y por qué no ha muerto Jessica, lista?
-Porque… -y miró al techo.
-¡JA! ¡Te pillé, Punseta!
-Déjame pensar… -y bajó la vista y me miró a los ojos-. Porque le quiere… sí, tía... es por eso... la Jessica está súper colgada de él.
Y oye, que la muy puta de la Gigi me dio que pensar, y hasta provocó que me hiciera arquear una ceja a lo cool.
-Nena, a ver si es verdad y el amor que tiene por Manolo, es lo que ha salvado a Jessica de morir a manos de esa loca demoníaca de Agapita González. Pero… -y me horroricé toda al recordar-. Jessica cree que una compañera del trabajo se lo está tirando.
-¿A quién?
-¡A Manolo, nena! Espera, nena, una vez dijo esa oligofrénica de Milenio 3.
-¿Cual de ellas, tía? Porque en ese programa las hay a manadas.
-La Dientes. La rubia del programa. Decía que había dos tipos de demonios. Los íncubos y los súcubos… y que uno de esos, no recuerdo cual, eran capaces de poseer los cuerpos humanos. Uno era un demonio masculino y el otro femenino, así que por orden lógico… debe ser un súcubo, nena. ¡Sí! ¡Los súcubos eran femeninos y los que buscaban tener relaciones sexuales!
-Como todo hijo de vecino, tía.
-¡Agapita es un súcubo!
-Además de una muy malísima persona, tía.
-Gigi, Agapita está muerta.
-¡HOLY MANOLIS, DOLLY! Está intentando sembrar dudas en la cabeza de Jessica. Para que ella deje de quererle y entonces…
-¡Y ENTONCES PODRÁ MATARLA!
Y las dos, de un brinco, nos pusimos en pié, súper nerviosas, súper excitadas por nuestros propios descubrimientos, y súper guarras, porque nuestra ropa tras tantas aventuras, olían y crujían ¡como coño de momia mesopotámica sin potasio!
-¡Hemos de hacer algo, Gigi!
Y Gigi corrió al ordenador de la mesa de Bruno, y se puso a mover el ratón.
-¿Qué haces, nena? Cuando digo hacer algo, ¡no es ponerse a jugar al ordenador!
-Hay que buscar en el Glogles cómo deshacer un pacto de sangre, tía –y levantó la cabeza para mirarme, por detrás de la pantalla-. Y si no está en el Glogles, ya nos podemos dar por muertas.
-Gigi, creo que esta vez sí que has perdido el rumbo. Deja de buscar en el GOOGLE, ¡¡¡Y BUSCA EN EL YOUTUBE!!!
-¡Tía, escucha esto que dice una tarada en Internet…!
-¿Otra más?
-“Una vez efectuado el Pacto de Sangre, este no se puede deshacer. Querer rehuir del compromiso asumido con la organización o secta se puede pagar incluso con la vida”.
Y Gigi me miró, con esos ojos de flipada aterrada suyos, como de gitana de tablado a la que se le ha roto el tacón y adiós al zapateado.
-Nena, entonces la Jessica no está en peligro. Está jodida de por vida, nena.
-¡Pero la Agapita está muerta!
-A ver Gigi, llevamos tres páginas y pico hablando del tema, ¿y no terminas de darte cuenta? ¡Sólo el amor que siente Jessica por Manolo, es lo que puede salvarla!
-Jooo… ¡Cómo en los culebrones, tía!
-Tenemos que salir de aquí cagando leches, nena. Hay que salvar el amor de esa enfermera con turno de noche... ¡Salva a la enfermera, SALVA AL MUNDO!
Y la puerta se abrió propinándonos un susto cuando entraron Bruno, Sayuri y un señor vestido de traje, que oye, ¡hasta tenía un polvo!
6 comentarios:
¡SÁAAAAALVAAAAMEEEEEEE, VEN NADANDO A MIIIIIIII!
¡Salva a la enfermera, SALVA AL MUNDO!
Y hablando de Mundo... hay que ver la de gente que pasa por aquí, y no deja un comentario, PUTAS!
O Hay más mancas en internet de lo que imaginaba, ¡o no tiene explicación!
(seguro que lo leéis desde el trabajo y cerráis la ventana cuando pasa el jefe por delante de vuestra mesa: PUTAS)
¡Hoy me he quedao muerta al ver una marika de Letonia! ¡LA LETONA DENTONA! Seguro que venía buscando fotos de rabakos y entró en coma al ver tanto texto ¡JA!
Hablando de fotos, hay que saludar al primer chocho (y futura Diva) que se ha inscrito en mi corchito de las Dolly Divas, que nos ha dicho "Hi", y se ha quedao tan pancha esperando a que alguien baje por las ecaleras de fondo.
Nena-Hi, que sepas, que las Divas no se sientan a esperar a ver bajar a nadie por las escaleras, las Divas: ¡BAJAN LAS ESCALERAS!
Bajarlas, ¿entendido? Porque subirlas, ¡NUNCA!
¡Bienvenida de todas formas, Nena-Hi!
Exacto, yo soy de las que cierra las paginas cuando tengo a mi jefe al lado, y cuando lo tengo en frente pongo como cara de estresada y de "jodercuantoestoycurrando" así no se entera de que estoy leyendo a la Dolly.
Por cierto, que coño (nunca mejor dicho) de pop up publicitario te han puesto (o te has puesto) que cada vez que abro tu page me salen chichis y mas chichis por todas partes.
Y en cuanto sepa como coño se hace una foto más pequeña estamparé mi careto en tu corcho de celebridades.
Muaaaaaaakssssssss
Pauli-Nena, lo de los chichis no tengo ni idea de por qué salen.
Yo creo que son las Malas de la Primera Temporada, ¡que intentan volverme heterosexuala a golpe de chichi!
Pero tranquila que... ¡¡¡¡no lo conseguirán!!!
Y ya estás aprendiendo a reducir fotos, a lo ¡Jíbaro Style!, que queremos una tuya en el ¡Chorcho de las Divas, neeenaaa...!
Nena, creo que los chichis nos salen (a mi blog también le pasa) por la mierda de la página de las stats, que usamos la misma.
Chichis!!!!
Hay chichis por todas partes!!
STRIKE A CHICHI!
() () () ()
Publicar un comentario