miércoles, noviembre 07, 2007

~12~ 4ª Temporada

En el capítulo anterior…

Tras salvar a Gigi con la inestimable ayuda de Carmelo, el cocinero, me salieron unas mechas súper ideales, aunque las mechas se debían al megasustazo del capítulo anterior en mi enfrentamiento contra el SER, así que decidí llamar a los refuerzos: la Naxa y a la Hidro; la primera llegó con su caja llena de cachivaches inservibles (a menos que fueras un estudiante de guardería), la segunda no llegó, porque la Naxa se la dejó por el camino. ¡Qué novedad! ¿No?


-O sea, nena, ¿que te dejaste por detrás a la Hidro… y ahora sólo vamos a ser tres contra el SER?
-¡Cuatro, nena! ¡Seremos Cuatro! –gritó la Hidro desde alguna parte y todas volvimos las miradas hacia la entrada de la residencia-. ¿Quién va a pagar el taxi?
-¿Qué taxi? –pregunté yo.
-¡Pues el taxi en el que venido a 350 km por hora, oyendo la COPE, nena!
-¡HOLY MANOLIS! –dijo Gigi.
-O sea, que para ir a ver a LCGQBQB te pillas un bus, ¿y para venir aquí lo haces en TAXI a lo Mayte Zaldívar con el dinero de las bolsas de basura? Nena, ¡deberías revisarte tus prioridades!
-Mis prioridades a parte de no terminar congelada como los Mamuts, nena, era llegar para el capítulo 12 y no aparecer aquí en el 15 o en el 16!
-O no aparecer –puntualizó Gigi.
-Exactamente –dijo la Hidro con un golpe de melena inexistente-. Bueno, bah, ¿quién paga el taxi?
-¡Catalana tenías que ser, nena! –dije yo poniéndome en jarras.
-¿Le gustará al taxista una obra de arte conceptual? –preguntó la Naxa revolviendo en su caja de cartón.
-Si es oyente de la COPE, le gustará más el dinerito conceptual, tía –dijo Gigi.
-¡O una foto de Federico Jiménez Losantos autografiada, nena! –dije yo.
-¡Pero si tengo una! –gritó la Naxa sacando la foto de Federico Jiménez Losantos.

Las tres nos quedamos mega horrorizadas y con el gesto en PAUSE.

-¿Qué pasa? Iba a hacer mi visión particular de El Código Losantos
-¿Y le ibas a pintar la melena? –preguntó la Hidro.
-Pues en los ojos se le da un “aigre” –dijo Gigi, que es la única de las cuatro que se inventa palabras.
-¿Que se PARECE? ¿A quién de las dos? ¿A la Gioconda o a la Autrey Tatou? –pregunté yo.
-¡Yo hablaba de La Rana Gustavo! Tiene los mismos ojos saltones, tías.
-Naxa, llévale la foto esa al taxista a ver si cuela- y la otra salió disparada al exterior-. Y mientras, te pongo al día, nena –le dije a la Hidro.
-Nena, que aunque me exploten en el trabajo hasta las tantas, ¡te leo! Por muy tarde que llegue a casa.
-¡Ah, genial! Así no me toca repetir cosas y podemos seguir avanzando en la trama… ¡Seguidme! –dije súper ideal dispuesta a volver a la habitación que nos habían asignado.
-¿Y la Naxa? –preguntó Gigi.
-Ya nos encontrará. Seguro que lleva en esa caja un GPS para detectar glamour hecho con dos huevos Kinder y unas cintas de esas ensortijadas que te ponen en las pastelerías, que cuando hay Divas cerca se ponen tiesas como pelos de coño de china.

Y nos entró la risa floja a todas hasta que alguien nos detuvo.

-¿Dónde van? –dijo con voz súper varonil un tío tan feo, que para describirle tendría que hacer un mix con varios relatos de Edgar Allan Poe y varios litros de Absenta. Así que simplemente diré que era: feo de cojones pero muy alto, eso sí.
-¿Cómo que a dónde vamos? ¿Y quién es usted? –pregunté yo, súper en mi puesto de Angela Lansbury en Se Ha Escrito un Crimen y yo me he quedado sin carrete en mi máquina de escribir Olivetti-. Somos periodistas y estamos investigando los hechos paranormales de esta residencia de abuelitos… ¿Y quién es usted?
-Ismael Cervantes –dijo tajante y súper serio.
-¿Cervantes? Pues no me suena de nada… ¿Es alguno de los enfermeros?
-Soy el hermano de Roberta…

¡¡¡LA MUERTA!!! Nos gritaron nuestras memorias. Roberta era la directora de la residencia, que claro, como no me dijo su apellido, por mucho que lo buscara en los 11 capítulos anteriores, no aparecería.

-Nuestro más sentido pésame –dije en nombre de las tres.
-¡Ni en Zaragoza hay tíos tan feos, Dolly! –gritó desde atrás la Naxa.
-Nena, es el hermano de RO-BER-TA.
-¿Su hermana es UNA PLANCHA?
Rowenta no, nena, Roberta, la directora del centro! La que falleció de forma espantahorrible a medio día.
-En su coche-oficina –puntualizó Gigi.
-¿Coló lo de la foto? –pregunté a la Naxa.
-Claro, nena, y hasta me preguntó que si tenía alguna de Cristina López Schlichting, pero le tuve que decir que no, por que como la Cristina es un poco… rellenita, me había dejado los pósters en casa.
-¿Han descubierto algo? –preguntó Ismael, y yo me volví hacia él.
-Pues sí, de hecho varias cosas. Hay un SER merodeando la residencia, el culpable y causante de las extrañas muertes, y el suelo del cementerio se está cayendo a cachos.
-¿También pasa el AVE por aquí? –preguntó la Hidro.
-Y hay algo raro en el subsuelo del cementerio. Algo que está ¡vivo! –chilló la Gigi.
-Pero lo estamos investigando –me apresuré a responder, antes de que ninguna de nosotras metiera la pata.
-¿Y saben lo que es? –preguntó muy afectado Ismael.
-Aún es muy pronto… ¡vamos por el Capítulo 12! –y se me escapó la risa-. Pero en cuanto sepa algo, le mandaré un ESEMESE.
-No hará falta, porque estaré por aquí –y miró la hora de su reloj-. Pronto llegarán los familiares del anciano que ha fallecido.
-No fallecido, discúlpeme usted: fue ASESINADO. Yo misma vi a ese SER que intentó matarme.
-Claro, tía, porque de no haberlo visto, no te hubiera intentado matar –dijo Gigi.
-Han hablado de esto… ¿con la policía?
-¿Quiere que nos encierren por locas? Estas cosas no son para contarlas a cualquiera, señor.
-Ni para contarlas en el Aire –dijo la Hidro.
-Ni para hacer un post con pelos de muñecas y triangulitos de queso –dijo la Naxa.
-Y sobre todo, porque aún no sabemos qué es lo que hay en el subsuelo del cementerio –dijo Gigi.
-Ni tampoco sabemos cómo tras ser atacada por ese ser, me han quedado estas mechas tan ideales –dije yo.
-En cualquier caso y para lo que necesiten, estaré en el despacho de la dirección –y volvió a mirar su reloj de pulsera-. Dentro de poco se servirá la cena y he de hablar con los ancianos.
-¿Qué hay de cena? –preguntó Gigi y nos miró a todas-. ¿QUÉ...? Tías, que acabo de pasarlo súper fatal en el subsuelo del cementerio y cosas así, abren el apetito ¡y las ganas de vivir!
-Les veré más tarde –dijo Ismael y siguió su camino.
-¡Anda que traerme al capítulo de los feos, Dolly! –protestó la Hidro cuando Ismael estaba suficientemente lejos, para no oír sus gritos de Diva que se queja de no ligar, porque siempre va a bares de lesbianas.
-Nena, que estás en Desperate Housegays, no en Nick / Tup.
-¡Pues para esa gracia me quedo en mi casa! –protestó la Hidro.
-Sí, ¡cambiando los muebles de sitio!
-¡Yo he reformado mi habitación! –soltó la Naxa.
-¿Con lo que llevas en la caja? –preguntó Gigi.
-No, nena, con muebles de verdad y pintura de la de verdad.
-¡Porque se te habrían acabado las acuarelas, neeenaaa!

Y entonces la Hidro lanzó tal berrido, que gracias a DIOR que no habían copas de cristal de bohemia cerca, porque estábamos en España y no en Praga, que si no… Los de la Hidro estaban clavados en El Viejo Invisible, ese que iba con sombrero y con la cara cubierta de vendas.

-¡UNA MOMIA! –chilló.

Yo me puse entre ellas y El Viejo Invisible que estaba bajando las escaleras y les hablé bajito.

-Esta abuela está más loca que Tasheta, nenas... y se cree invisible, así que, ¡haced como si no la vierais!
-¡Pero si es que la ESTAMOS VIENDO! –gritó la Naxa.
-¡Mírala cómo baja las escaleritas ella... toda tiesa y glamorosa! –dijo la Hidro.
-¡Pues haced como si no! –les ordené yo.
-Nena, que un abrigo del Zara ¡no pasa como invisible! –dijo la Hidro.
-¿Qué abrigo del Zara? ¡Yo no veo ningún abrigo del Zara! –dije haciéndome como que no le veía, cuando pasó a nuestro lado mientras la Hidro y la Naxa seguían espantahorrorizadas y apuntándole con un dedo-. Bueno, ya. Subamos a nuestro cuartel general y vamos a repartirnos las tareas, porque presiento que esta noche va a ser una noche muy larga, nenas…
-¿Es que vamos a ver una peli en Antena 3? –preguntó la Naxa.
-No, nena, esta noche vamos a cazar al SER.

Y entonces, tras un corto silencio, la Naxa meneó la caja de cartón y en su interior sonaron muchas cosas metálicas, como de bolitas y mucho frusfrus de cartulinas y plástico chocándose.

-¡Pues como no use la red para coger medusas que me llevo a la playa!
-Hemos de actuar rápido y coordinadas –les dije-. Tenemos poco tiempo…
-¡¡¡¿¿¿Antes de que nos maten???!!! –gritaron la Gigi, la Hidro y la Naxa.
-Qué perra tenéis con lo de morir, nenas. Que esto es Desperate Housegays, no ¡Al Filo de lo Imposible! –les dije y comencé a subir las escaleras cuando sonó aquella musiquilla, que en realidad eran cuatro notas…

Niii... nooo... NIII... NOOO…

-¡Anda! –gritaron la Gigi, la Hidro y Naxa-. ¡Alguien está viendo la Tercera Temporada de Lost!
-Nenas… esa musiquilla no es de Lost –dije súper seria y cagadísima de miedo- ¡¡¡CORRED, INSENSATAS, CORRED!!! ¡¡¡CORRED QUE VIENE CARMEN PORTER!!!

1 comentario:

Naxo dijo...

¿PERO ENTONCES VAMOS A CENAR O NO?

Ahora que me he quedado sin la foto de Federico para mi próximo post, ya me estáis buscando una nueva manualidad para hacer porque me estoy quedando sin ideas, putas!!
Y que sea sin témperas, que me dan grima.

¿Se le van a comer un brazo a la Hidro o no? Porque si no paso de leerlo.

Malditas!