martes, febrero 13, 2007

~24~ 3ª Temporada

En el capítulo anterior...

Acorraladas en un callejón Sin Salida (como la Basinger), pero con estilo, no sabíamos cómo escapar de aquel espantoso lugar en el que rondaba un engendro infernal, que nos intentaba localizar con el olfato y ¡comernos a bocaos, nenas!; la rubia, las tres Bossini, Gigi y yo, la última de aquel pasillito estrecho, sólo esperábamos que el espíritu de Adolfo Domínguez nos protegiera, porque lo que sí que estaba clarísimo, nenas, es que si nos pillaba por el olor, sería por mí, y por mi Aqva de Bvlgari, neeenaaasss…


SFFFffff… SFFFffff…

-Nenas, contened vuestros esfínteres –las alerté, aunque gracias al Aqva de Bvlgari, la que apestaba allí más que una mofeta en celo, ¡ERA YO!
-I don’t wanna die!!! -dijo Ec-Ham.
-I don’t wanna know… please don’t say you’re sorry... –corearon Eun y Kiki.
-¡NENAS! ¡No es momento de Madonnadas!
-Pero, ¿y lo bien que les ha quedao, tía?
-¡Gigi! ¿No te das cuenta de que ESA COSA puede comernos vivas, para que encima las alientes a seguir cantando?
-Me estáis aplastando –dijo desde el fondo del estrecho pasillo la rubia.
-Mira, nena, mejor sufrir un poco de aplastamiento, que morir engullida por esa cosa. Recuerda que te salvamos, ¿vale?

Creí que esas palabras las tranquilizarían a todas, y a mí también claro, ya que la gran putada que suele pasarnos a aquellas que tranquilizamos a las demás, es que nunca tenemos a ¡NADIE QUE NOS TRANQUILICE! Bueno, vale, hay pastillas para eso, pero yo hablo de apoyo y a pollas morales, nenas.

-¡Gigi! –dije cuando me llegó la inspiración-. Tú ganaste al Silent Hill, ¿verdad?
-Sí, tía, pero al UNO, y después de que me mataran varias veces.
-Huala, nena, ¡pero si me dijiste que ganaste a la primera!
-Pues mentí.
-¡Pues estamos arregladas, nenas, porque aquí no podemos salvar la partida! Si la palmamos, la palmamos, nenas... –silencio sepulcral.

Todas dimos un respingo cuando las terribles pisadas que estremecían el suelo, se dirigieron hacia donde estábamos acorraladas, y a una velocidad que ríete tú de esas PUTAS que entran las primeras en las rebajas del Corte Inglés. El demonio con forma de albóndiga vintage con patas, venía que perdía el culo a devorarnos todas.

El pánico se desató entonces y chillamos de forma súper histérica, claro que yo chillé con más gracia y espanto, porque era la que estaba más próxima a la salida de aquel callejón sin salida, de paredes altísimas. ¡Sería la primera en morir!

El rugido que nos metió la bestia, nos dejó con tal pestazo a huevos podridos, capaz de hacer desfallecer del asco a cualquiera marika con un poco de pudor, pero no nos amilanamos, sino que gritamos con más fuerza, y la bestia volvió a rugir lanzándonos su pestilente aliento y algo pegajoso (que quiero creer y creo) que eran babas, porque yo, que era la que estaba más cerca de la salida, terminé bañada de arriba abajo. A lo bukakke, ¡pero sin una mala polla que ver!

-¡Nenas! –chillé sobre el grito de todas-. ¡ESTO ES UNA PUTA MARRANADA, NENAS! ¡Estoy pringada de una cosa asquerosísima! ¡Y se me ha metido en los ojos!

Pero las demás estaban tan aterrorizadas, que chillaban y chillaban, y claro, no me oían, y como pude me limpié la cara de aquella mierda pastosa y apestosa, reculando hacia el interior del pasillo sin salida, y apretando a las que estaban detrás de mí: Gigi, las tres Bossini y la rubia desnuda.

Gracias a Dior, las DIVAS sabemos aislarnos cuando nos sale del coño, y por un momento, creí prudente darle la espalda a aquella bestia que no paraba de lanzarme babas o lo que fuera, convirtiéndome en la niña bukakke, para intentar ver entre la oscuridad a Gigi, que gritaba con tanta fuerza que se le salía la campanilla de la garganta y me daba con ella en las narices.

-¡VALE YA! –les grité a todas varias veces.

El gigantesco demonio estaba a mi espalda, pero era tan grande y el pasillo por el que nos habíamos metido era tan estrecho, que no podía entrar y comernos vivas. Eso fue una de las cosas que me tranquilizaron, pero no me salvaba de sus escupitajos cada vez que berreaba de forma ensordecedora.

-¡NENAS! ¡CALLARSE! –y todas se callaron, menos el monstruo del infierno ese, que embestía una y otra vez contra la entrada del pasillo, intentando colarse en él para comernos, pero como era tan grande, no cabía, y esto le enfurecía más y rugía y nos echaba su aliento y babas completamente fuera de sí. Ya sé que esto lo he repetido, pero es que tenéis que imaginaros el TREMENDO ASCO que me invadió en ese momento, nenas.

Cuando una de aquellas babas me impactó con la fuerza de una colleja en la nuca, y la sentí caliente y pringosa bajando hacia mi espalda, pegué tal grito de asco, que le reventé los tímpanos a todas (quiero imaginar) porque se callaron como putas. Claro que la bestia seguía bramando, enfurecida como la Hidro cuando se quedó sin entradas para el concierto de Fangoria… ¡¡¡LA HIDRO!!!

-¡¡¡LA HIDRO, NENAS!!!
-WHERE? –chilló Ec-Ham.
-¡En ninguna parte, PUTA! –le dije-. Vosotras no estáis en esta Temporada por amor al arte, nenas…
-¡Pues claro que no! –dijo Kiki-. Estamos porque queremos ser DIVAS como tú, Dolly.
-No, nenas, esa no es toda la verdad…
-Ah, ¿noooOOO? –dijeron, asombrosamente todas a la vez, rubia incluida.
-Y es que yo… ¡¡¡SÉ vuestro secreto!!!
-¡¡¡!!!

Pese a que la bestia seguía intentando destrozar las paredes del pasillo para entrar y comernos a todas como si fuéramos aros de cebolla crujiente, el silencio reinó.

-¿Hay un secreto? –preguntó Gigi.
-Sí, nena… con estas ¡TRES... PUTAS!
-¿De qué coño estás hablando? –preguntó la rubia.
-Nena, calla, que me desconcentras y este es uno de esos momentos importantes de mi actuación, que de estar nominada al Oscar a la Mejor Actriz, saldría reflejado en ese minuto de gloria junto con las otras cuatro nominadas.
-¡¡¡!!!
-¡Vosotras, teníais una Maestra, nenas… una Maestra que os enseñaría los caminos de las Divas!
-¡HOLY MANOLIS! –gritó Gigi-. ¿Las Bossini son “papajuanes”? ¿Cómo las “lledis”?
-Sí, nena… , pero no de Jedis... estas tres son padawans ¡de Divas!
-¿Y quién era su maestra, Dolly? ¡Y por favor, no vengas con mariconadas de que lo cuentas en el siguiente capítulo, tía!
-No, Gigi… no lo contaré en el siguiente capítulo, porque lo contaré en ESTE.
-¡¡¡!!!
-¡Pues date prisa, tía, que acabas de iniciar la tercera página del Word, y se va a terminar el capítulo, tía!
-¿De qué coño habáis? –preguntó exasperada la rubia.
-Vamos a ver, nena. ¿Quieres dejar de dar por culo con tus interrupciones? ¡Pareces Antena 3, coño!

Las Bossini se apretujaron entre ellas, y seguro que me miraron aterrorizadas, porque estaba a punto de revelar su secreto… aunque claro, a oscuras como estábamos, ni las vi a ellas ni sus expresión, ni la cara de lerda que debería tener la Gigi.

-Vosotras –comencé a decir en tono solemne-. ¡Fuisteis alumnas de la HIDRO-NENA!

En este momento un par de acordes a lo John Williams me vendrían de perlas, ¡pero claro!, estábamos acorraladas y con una bestia del averno que intentaba comernos vivas, así que intenté revelar el secreto de las Bossini, de la forma más clara y rápida posible.

-¿Cómo lo has sabido? –preguntó Kiki, completamente hundida.
-La misma Hidro-Nena me llamó antes de que le robaran el teléfono por la calle, cuando iba tonta perdida pensando en cómo comerle el rabako a la chica Gizmo, que brilla, que brilla.
-¡¡¡!!!
-¡Dolly, pero eso no me lo has contado, tía!
-Nena, lo estoy contando ahora, ¿no? Pues ya está…
-Aprendimos todo lo que pudimos de la Hidro-nena –dijo Eun.
-Hasta que ya no nos pudo enseñar más… -terminó Kiki-. Por eso decidimos venir a Madrid y beber de las Fuentes de las Divas.
-¿De qué fuentes hablan estas, Dolly?

Otro berrido de la bestia a mi espalda, me duchó de arriba debajo de babas. Con mucho estilazo y sólo con los dedos índices, a modo de parabrisas, me limpié los ojitos de aquella mierda que me habían vomitado.

-A ver, nenas, o cuento esto rápido, ¡O ME MUERO DEL ASCO AQUÍ MISMO!
-¡Creo que me he tragado algo! –dijo Gigi, que era la más cercana a mí, y tosió asqueada para escupir las babas de la bestia.
-A ver, nenas –dije quitándome las babas de las orejas-. Divas, sólo pueden existir una por comunidad autónoma, ¡pero lo vuestro es TRANSFUGUISMO DIVIIINO, nenas! Teníais que haber terminado el aprendizaje con la Hidro-Nena, ¡putas! Si no, vais directas al Cuarto Oscuro.
-¡Pero es que la Hidro estaba encoñada perdida con LCGQBQB, y no tenía tiempo para nosotras!
-¿La qué? –me preguntó Gigi superando las ganas de gomitar.
-La Chica Gizmo, Que Brilla, Que Brilla, nena: LCGQBQB.
-¡Voy a morir, y tengo que hacerlo con cinco mariconas locas! –dijo la rubia.
-Oye, ricitos de oro, que estas cinco marikas locas y mi inteligencia, son las que te van a salvar la vida, así que ya puedes empezar a dilatar lo que puedas, ¿entendido? –nadie respondió, y yo seguí a lo mío-. Nenas, si estáis en esta 3ª Temporada de Desperate Housegays, es por algo… No para que yo os aleccione en el duro camino de las Divas, ni para tener que soportar vuestras coreografías, muy conseguidas, sí, pero que no se habían visto desde el Zoom o el programa Aplauso… estáis aquí, ¡para salvarnos a todas!
-What? –preguntó Ec-Ham.
-No tengo ni idea de lo que ha querido decir, chicas.
-¡Gigi! ¡Canta la sardana, nena!

Y Gigi, que me hace caso en todo (la pobre) se puso a imitar el sonido de la chirimía, y el espíritu de toda Cataluña poseyó a las tres Bossini.

-Hacedlo por La Mare de Déu… ¡POR LA MORENETA! ¡Y POR LA “CULUMETA”!

Y las Bossini se subieron una encima de otra, formando un castellers de tres pisos, y ¡anda que le faltó tiempo a la rubia para trepar por ellas, neeenaaas!

-¡Gigi, no dejes de cantar, o estas tres se van “palpiso”! –y me puse a trepar por las Bossini, y supe que Gigi me seguía, porque la sentía cantar en mi culo. ¡Y mi culo no canta! Así que no podía ser otra persona que Gigi.

Si no llego a saber El Secreto de las Bossini, fijo que moríamos vivas en el pasillito estrecho de paredes altas, nenas... pero cuando llegué arriba y reteniendo el impulso de saludar a lo enxaneta (que es esa puta niña que corona los castellers)… la rubia tiró de mí, hacia una superficie lisa con techo muy bajo, contra el que casi me estampo; ayudé a Gigi a subir, y después, entre las tres, tiramos de Ec-ham, que se abrazó con los pies de los sobaquillos de Kiki, y esta a su vez de Eun, con lo que al tirar de una subimos a las tres de golpe. ¡K JEBY!

-¿Estamos vivas? –preguntó Eun.
-Sí, nenas, ¡pero yo estoy pringada de baba de bicho hasta los pelos del chirli! ¡La puta del tinte va a hacer el agosto conmigo!
-¿Pero dónde nos hemos metido ahora? –preguntó Gigi.

Yo intenté localizarme a mi misma, porque aquello seguía oscuro, el bicho abajo, gruñendo y arañando las paredes, y nosotras en una especie de pasarela de cemento con el techo rozándonos las cabezas, y a los laterales, un nicho que de caernos por él, sólo nos haría falta la tierra para terminar “en-nichadas”. Vamos, que un paso en falso, y te abrías la cabeza a lo piñata.

-¿Pero qué es esto? ¿Un laberinto? ¡Nenas! No moverse, ¡o nos escoñamos por los lados! –y me acordé de Guillermo del Toro, riendo como una loca con todos sus Goyas-Toledo, y de aquella frase de “quien ríe el último, lo hace porque no se ha enterado ¡del chiste!”.

4 comentarios:

Hidroboy dijo...

Jamás pensé que las Bossini fueran ellas... Mis tres ex-padajuanes. Me resultaban familiares, sí, pero no podía creer que me hubieran abandonado para irse a Madrid, después de todo lo que hice por ellas...

Algún día contaré la verdad sobre las Bossini. Aunque aquí las conocíamos como Las Monchetas con Butifarra (a.k.a. Las Monchis)

Frank Palacios dijo...

Pues nena, ¡¡¡a ver si controlas a tus aprendizas!!!, que vale, me salvaron el culo en este capítulo, pero aún quedan 10 Capítulos más para terminar la 3ª Temporada de Desperate Housegays, y no sé, yo, no sé... si volverán a Cataluña enteras, o a lo Seven, dentro de una bolsa de plástico negra.

Unknown dijo...

¿Alumnas con ahinco de la Hidro?. NENA, ahora sí que me puedo morir y decir que lo he visto todo. Ni Silent Hill ni leches, si queréis pasar miedo solo tenéis que ver la actuación de Massiel en el programa de EuroTostón del pasado sábado, NENAS!. Eso sí que te pone el chichi de punta... ¡¡SIN FIJADOR NI NADA!.

Por cierto, el relato da mucho miedito, pero ¿con vosotras tres metidas ahí estáis seguros de que los monstruos os harían algo!. ¡Si les tendríais agazapados con vuestras diverías de rastrillo!.

Que fuerte lo de las Bossini, pero qué fuerte...

Anónimo dijo...

Ay fia , yo pensando que eramos las únicas desesperadas por la red y acabo de descubrirte , saludos de unos gays desesperados a otros.Muy buen blog , lo revisare a fondo en cuanto tenga mas tiempo.

Saludos desesperados

Pásate por mi blog , que buena la coincidencia.

http://gaysdesesperados.blogspot.com