viernes, febrero 23, 2007

~25~ 3ª Temporada

En el capítulo anterior...

Tras revelar El Secreto de las Bossini, conseguimos escapar de aquel callejón sin salida, aunque yo llevo varios capítulos sin comerme un rabako, y por lo tanto, para salidas ¡YO!, pero escapamos, y terminamos en un laberinto de cemento, altísimo, por el que teníamos que andar con cuidado y a oscuras, para no despeñarnos y terminar engullidas por aquel demonio gigantesco.



-No empujéis –dije intentando tranquilizarme-. ¡NO EMPUJÉIS, COÑO, QUE ME ESCOÑO!
-¡Vamos a morir! –dijo Kiki.
-Nena, ¡por FAGOR! ¿Puedes parar de decir eso? –y me puse de rodillas, para andar a cuatro patas por aquel estrechísimo caminito de cemento.

Rezando para que esta postura impropia de una Diva, no apareciera en mis memorias, como ha pasado con la Whitney… empapada de arriba abajo por aquella asquerosidad que apestaba a huevos podridos, pero que bien podridos, con la que mi ropa tan COOL se había ido a tomar por culo, porque no habría lavadora con detergente ni suavizante suficiente en el Mundo, ¡que lavara toda esta mierda!, avancé hasta que mis dedos rozaron el vacío, y pegué un grito del susto que me llevé.

Algo, abajo, a varios metros, saltó a mi encuentro y rugió, llenándome los pulmones de su fétido aliento a podrido y hasta se me ocurrió, supongo que por el mareo, imaginar cuantos litros de Listerine harían falta para borrar de un plumazo aquel desagradable olor; alguien me tocó el culo, empujándome hacia el abismo e hinqué las rodillas y las uñas en la pasarela de cemento para no caer sobre el monstruo.

-¡PARARSE! –grité tan fuerte o más, que la Caballé cuando se picaba con Freddie Mercury en el tema de Barcelona, y dejaron de empujarme desde atrás.

Entonces sonaron dos compases de música disco, y unas voces que reconocí al instante, comenzaron a cantar...

I’m…
so lucky, lucky…
I’m…
so lucky, lucky…
I’m…
so lovely, lovely…
I’m…
so lovely, lovely…

-¡Es el mío, es el mío! –chilló Eun.
-¡No me digas que tienes UN MÓVIL… Y CON COVERTURA, PUTA!

Chillé perdiendo los papeles y volviéndome hacia atrás, con cuidado de no caerme por los lados, vi la luz brillante del móvil de Eun, detrás de Gigi, mientras las dos putas esas cantaban lo afortunadas y encantadoras que estaban de conocerse.

-¡Déjame ese móvil, so guarra!
-¡Estamos salvadas! –gritó Gigi.

Intenté coger el móvil, guiándome por la luz y entre tanto meneo y musiquilla, sé que le di una torta a alguien, porque gritó de una forma rara. Un grito de esos como de Jedi que se escoña por la ventana del piso 750 de un edificio de Coruscant.

-¡Eun! –gritaron Ek-Ham y Kiki, mientras el grito se alejaba hacia abajo, se oía un señor porrazo con todas las de la ley, y las putas dance dejaron de cantar lo afortunadas y encantadoras que eran.

-¡Se ha espeñado! –gritó Gigi.

Y la bestia rugió abajo, y se empotró una y otra vez contra los muros de cemento, chascando su enorme mandíbula como si fuera un cepo oxidado. Pero un cepo oxidado para cazar elefantes… ¡o mamuts!

-MY GOOD! –chilló Ec-Ham.
-¡Ha sido sin querer, nena! ¿Cómo es posible que nos estamos jugando las vidas, y vosotras con vuestros móviles, sin decir nada, so putas? ¡Necesitamos luz para salir de aquí!
-Y una camilla para sacar de la fosa a Eun –apuntó Kiki.
-¿Alguna más tiene su móvil a mano, y se lo ha callado?

Pregunté, y antes de terminar la frase, las pantallitas de dos móviles súper iluminadas, una de Orange y otra de Moviestar, temblaban delante de mis narices; abajo, la bestia del infierno siguió rugiendo y dejándose la cabeza (aunque en realidad ese bicho era todo cabeza), contra la pared de entrada al laberinto; opté por el de Moviestar, porque tenía tres rayitas, y marqué como una loca el teléfono de Sayuri.

-¡No me extraña que la Hidro-Nena pasara de vosotras! –dije mientras comencé a oír los tonos-. Y cruzad los dedos, para que no tenga el móvil apagado, porque la Sayuri es muy trabajadora y porque encima trabajaba de noche hace unos cuantos capítulos…
-¿Diga?
-¡¡¡SAYURI!!! –chillé con el corazón latiéndome a mil por hora-. ¡SOCORRO!

El demonio, abajo, berreó, como para que no nos olvidáramos de su presencia, y se empotró nuevamente contra la pared de cemento.

-¿Dolly? ¿Qué es ese ruido?
-¡¡¡Es el sonido de la muerte, neeenaaa!!!
-¿Qué?
-¡¡¡Se me ha ido de las manos esta Tercera Temporada de Desperate Housegays, neeenaaa... y estamos a punto de morir engullidas por una albóndiga del infierno!!!
-¿Qué has bebido? ¿Sabes qué hora es?
-¡¡¡Se me ha muerto el reloj, nena!!! ¿¿¿CÓMO COÑO LO VOY A SABER???
-¡Es verdad, VAMOS A MORIR COMIDAS TODAS JUNTAS! –chilló Gigi súper aterrorizada.
-¿Pero qué es lo que sucede?
-¡Sayuri! Si te hago un resumen, la palmamos fijo, pero tenías razón, ¡Tenías razón! Dile a tu hermana... que tenías razón.
-¿De qué hermana me hablas, Dolly?
-¡Ay, nena, que estoy tan histérica, que se me ha ido un diálogo de El Retorno del Jedi! ¡Pero vamos a morir si no haces nada! ¡Era una secta satánica! ¡Y han invocado a un bicho gigantenorme y muy feo, que come satanistas y marikas!, ¡¡¡ESTAMOS EN DANGER, NEEENAAA!!!, y tienes que llamar a los SWAT o a quien sea, para que nos rescaten de estas terribles catacumbas…
-¿Pero hablas en serio?

Atacadita como estaba, me dirigí a las dos Bossini que quedaban vivas.

-¿Este móvil saca fotos?
-Of course, honey! -dijo Ec-Ham súper ofendidísima.
-Oka, nena… -y volví al móvil-. Espera un segundo, nena -me giré hacia el vacío y la negritud que tenía a mi espalda, y grité-. ¡EH! ¡BICHO!

El demonio albóndiga gigante, se detuvo y me volvió a rugir lanzándome más babas y aliento pestilente, y yo apreté el botón de sacar foto, y el flash me dejó ciega perdida.

-¡Vaya mierda! ¡Saca las fotos por delante, no por detrás como el mío! –chillé viendo estrellitas.

Giré el móvil y volví a increpar al demonio, gritándole cosas estilo: Cristo Te Ama y algún padre nuestro, pero en la versión reducida, claro, porque no había tiempo, y causó su efecto porque aquel engendro se puso a berrear como si el mismísimo King Kong le hubiera metido el pulgar por el culo… entonces, le saqué una foto y volví a pegarme el móvil a la oreja.

-¡SAYURI! ¿Sigues ahí?
-¡Claro! ¿Pero qué es eso que se oye de fondo? ¿Un perro?

Y a mi me entró la risa nerviosa… ¡UN PERRO!

-Sí, nena un perro, del infierno y de media tonelada de peso. Espera que te lo envío.

Trasteé un poco con el móvil y le di a enviar imagen… salió un icono de enviando y yo volví a hablarle a Sayuri, comentándole rápidamente cual era nuestra situación (jodida, claro, o jodidísima, pero debajo de la iglesia de la calle Divino Pastor con Fuencarral, y que éramos cuatro, una marika espeñada y un rubio en bolas, cuando me respondió.

-¡¡¡JODER!!! ¿¿¿QUÉ COÑO ES ESO???

Estaba claro, que la foto le había llegado a Sayuri.

-¡UN MOSTRO CON FORMA DE ALPÓNTIGA! –chilló Gigi, porque Sayuri pegó tal berrido, que la oímos todas.
-¡Tienes que sacarnos de aquí, Sayuri! –grité, mientras vi cómo Kiki movía su móvil a los lados.
-Intentad aguantar ahí.
-O sea, que intentemos que esta cosa no nos engulla.
-Sí, voy a hacer unas llamadas, y no pierdas este teléfono. Te localizaré en cuanto pueda pedirle a alguien que vaya ha esa dirección.
-¡PERO QUE SE TRAIGAN LANZACOHETES! –gritó Gigi, y el demonio, que debe ser que entendió que eso era peligroso para su integridad como albóndiga infernal, se cabreó más y siguió embistiendo contra la pared de cemento, sobre la que estábamos agarradas como ladillas del ballet ruso.
-La pasarela sigue por aquí –gritó Kiki, que iba ahora de avanzadilla, hacia un lateral de la pasarela en la que estábamos Gigi, Ec-Ham, la Rubia y yo.

El camino que habían tomado, se alejaba de donde estaba el monstruo, y eso era bueno, pero yo no podía irme de allí tras haber provocado la caída de Eun. Me quedaría allí hasta que llegara la policía... ¡o hasta que llegara el Ejército!

-¡Nenas! Seguid a Kiki y alejaros todo lo posible; Sayuri, cuelgo para no gastar más batería.
-Muy bien… y conservad la tranquilidad.
-Pues como no venga en lata, me da que va a ser IMPOSIBLE conservarla, nena –y colgué-. ¡Gigi! ¡Ve con ellas!
-No, Dolly, yo me quedo contigo…

Y la bestia rugió abajo. Súper cabreada y súper pestilente.

-Nena, puede que no salgamos de ésta.
-Ya, tía, pero eso lo has dicho muchas veces y siempre hemos salido…
-¡Pues también es verdad!
-¡Claro que sí, tía!
-Hay que ver, nena, hay veces que me flipas con tu optimismo.

El impacto de la bestia contra el muro de cemento sobre el que estábamos, nos zarandeó un poco y perdimos parte del optimismo con un sonoro grito polifónico muy cool que nos quedó a las dos.

-Hay que ser optimista, nena, OPTIMOSTA –y miré hacia el nicho por el que había caído Eun-. ¡Y tú, despierta, nena! ¡Si me oyes, di algo!
-¡PUTA! –dijo desde abajo Eun, como si le dolieran todos los huesos y cartílagos del cuerpo.
-¡¡¡ESTÁ VIVA!!! –chillamos Gigi y yo súper felices, y nos abrazamos, y la bestia aulló y siguió arañando las paredes con los dientes, ¡más cabreada que todos los chicharreros de Santa Cruz de Tenerife con el bailarín Rafael Amargo, por esa mierda de gala de carnaval que hizo!

3 comentarios:

Frank Palacios dijo...

Respondo los dos últimos comentarios, en este nuevo post, porque HAY CAPÍTULO NUEVO, neeenaas!

Dani-nena, sí que asusta cantidad la Massiel cantando, y sin cantar, como la vi yo el otro día comprando la prensa en el kiosko... ¡LO QUE HACE EL MAQUILLAJE! Pero a lo que nos enfrentamos ahora en esta Tercera Temporada, ¡es muschísimo peor, neeenaaa!

Anónimo-nena, si hay un colectivo desesperado, ese, no dudes que es el nuestro, nena... bueno también están el de las personas con hemorroides, que jode más, claro, y si eres taxista y oyente de la COPE, ¡ni te cuento!

Bienvenida al Desperate Housegays de Dolly Partos (servidora), y a ponerte al día con las 2 Temporadas anteriores, y con ésta, ¡a la que le quedan 10 Capítulos para su final finalísimo, neeenaaa...!

Naxo dijo...

Y por qué el MOSTRO CON FORMA DE ALPÓNTIGA no se come a la puta de Eun? Acaso lleva Le Male de Gaultier? Entonces lo entendería, nena!
Lo más terrorífico del capítulo ha sido la mención a Rafael Amargo xD
^^

Anónimo dijo...

Lo fuerte de la historia no es que tuviese el móvil con cobertura, lo chungo es que llevase de melodía "im so lucky" quieres decir que la bestia no fue invocada por el ruido de esa canción?
quizás deberíais buscar a Belén Esteban y ponerla como ofrenda a la bestia por su patética actuación en los carnavales de Tenerife.