sábado, febrero 03, 2007

~22~ 3ª Temporada

En el capítulo anterior...

Intentando salvar a un rubio, que estaba atado y amordazado (¡cuántos rubios salen en esta 3ª Temporada, ¿no?!), aparecieron (y en mal momento, como siempre) las Bossini, que cuando quieren ser pesaditas lo bordan, nenas, y todo, porque ellas también quieren ser unas Divas, como servidora, pero no era el momento, ni el sitio para adoctrinarlas, porque allá abajo no estábamos solas…



-¿"QUÉ" ha empezado a comerse las monedas? –pregunté bajito, al rubio.

Él asintió, y aunque no pude verlo, porque como llevo diciendo desde los dos capítulos anteriores, aquello estaba más negro que el culo de Serena Williams después de verano, noté sus movimientos.

-¿Y para qué se las come?
-Cuando se invoca al demonio, se han de poner cuatro monedas de oro… una en cada esquina de la iglesia profanada.
-¡Monedas de oro! –dijeron Eun, Kiki y Gigi.
-¡Gold coins! –dijo la Ec-Ham.
-Sí, nenas, pero ya se ha comido una y quedan tres, así que muy mal se repartirán tres monedas de oro –y me centré en el rubio-. Espera un segundo, nena, hablas de una iglesia profanada, ¡y esto no es una iglesia, nena!
-Estamos justo debajo de ella…

Y yo miré hacia arriba y no sé para qué, porque como ya he dicho, no se veía un glande aunque lo tuvieras pegado a la nariz, pero recordé la iglesia que hacía esquina entre la calle Fuencarral con la calle Divino Pastor… y el 0DAY estaba en la calle Fuencarral. ¡Habíamos llegado hasta debajo de la iglesia, desde el bareto de las jebys, por el corredor oculto!

Las pisadas, fuertes, vibrantes, lentas y súper pesadas, se dirigieron ahora desde mi derecha, hacia la izquierda… pero lejos de donde nos habíamos ocultado. Para que os hagáis un plano de situación, creo, que allí donde estábamos, el salón oscuro de las columnas era inmenso, y nosotras nos habíamos alejado tanto del centro, de donde rescatamos al rubio, que fuera lo que fuese aquello que respiraba de forma sonora y andaba con paso lento, quedaba justo frente a nosotras, pero a muchos metros de distancia, protegido por la oscuridad.

-¿Veis algo? –preguntó Gigi.
-No, nena, no se ve nada.
-Oka, tía, pues si lo veis, me avisáis ¡para no verlo!
-Y… -dije al rubio-. Cuando se invoca, supongo que lo tiene que invocar alguien, ¿no?
-Alguien que sepa el ritual arcano.
-Pero a ver, nena, si lo invoca alguien, ¿dónde coño está?
-No se hará visible, hasta que coma la cuarta y última moneda.
-Menos mal… -dijo Gigi quitándose un peso de encima-. Porque yo, de verdad, que no quiero verlo, tías, que luego tengo pesadillas.
-¡Gigi! –y todas guardaron silencio, porque yo cuando me impongo, ¡me impongo, nenas!-. ¿Y no debería estar ya aquí el que lo invoca? Digo yo, porque no es normal que “invites” a alguien, y cuando llega el invitado, ¡pirarse!, ¿no?
-Sí, debería de estar aquí.
-Pues a sea quien sea, tías, ¡tampoco quiero verlo!
-¡Gigi! –ayudé a sentarse al rubio-. A ver… -dije palpándole-. ¡Uis!
-Otra vez… -respondió, cuando palpando a ver si tenía las piernas libres, volví a cogerle el paquete.
-Lo siento, nena; tienes los pies libres, así que por lo menos puedes andar, y echar a correr al marika style, ¿no?
-Supongo que sí -dijo cuando le ayudé a levantarse.
-Bien, dejad que me sitúe. Esa cosa, digamos que la tenemos delante, así que sólo tenemos que girarnos 180 grados, ¡y correr! ¡Nooo…! –dije cuando todas habían cogido impulso para salir disparadas en direcciones diferentes-. ¡Quietas paradas, nenas! Se comió una moneda, más o menos por allí, hacia la derecha… y ahora se le oye andar hacia la izquierda… buscando la segunda moneda, ¿no? –nadie respondió-. Gracias por vuestra colaboración, ¡PUTAS! –hice un cálculo mental-. Hemos de esperar a que se coma la segunda moneda, y afinar las orejitas, para ver qué dirección tomará, que espero que sea hacia nosotras, pero por la izquierda, y en ese momento correremos hacia el frente, pero por la derecha.
-¡Pero sin cruzarnos con el bicho, Dolly! –dijo Gigi.
-Nena, si eso viene hacia nosotras, pero por la izquierda, nosotras correremos en el sentido contrario y por la derecha. Y no, no nos cruzaremos. Espero. ¿Os ha quedado a todas claro?
-No –dijeron ¡TODAS!
-Menos mal que soy yo la prota y quien escribe este blog, que si no, ibais a durar menos, que el Equipo JA en salas comerciales.

Tras coordinarlas un poco, nos pegamos a una de las gigantescas columnas que poblaban aquel enorme salón, y esperamos. La luz que desprendía aquella especie de antorcha metálica, estaba tan lejos que sólo se distinguía un globo amarillo oscilante, cuando algo ENORME, se cruzó por delante de la antorcha. No detallaré su forma, sino que lo haré en el siguiente capítulo, para dejaros a todas con la intriga, ¡JA!

-Gigi -dije bajito e hiper asustada-. Es como una película Vintage, nena: grande y peludo.

A todos les hizo un ruidito la nuez al tragar la saliva del susto.

-¿Pero cómo es, Dolly? –me preguntó Gigi.
-¿No decías que no querías verlo?
-Sí, tía, pero es la única forma de que tus lectores sepan cómo es el Diablo, sin esperar al siguiente capítulo, tía.
-¡Anda, y parecía tonta la niña!
-Sí, Dolly, ¿cómo es? –preguntó Eun.
-¿Recordáis el monstruo que salía en la película The Relic?
-Sí –dijeron todas en un hilo de voz.
-¡Pues no se parece en NADA a ese! –y me entró la risa al imaginarme sus caras de cabreo.

Dejé de reír cuando oímos los arañazos en el cemento, o en las losetas del suelo, y el estrepitoso bocado que le metió a la segunda moneda de oro. Se la zampó lentamente, hasta triturarla del todo. Vamos que se tomó su tiempo, el jodío… y entonces, un coro de voces comenzaron a entonar algo parecido a un lamento.

La siguiente pisada, como ya predije, sonó a nuestra izquierda y el suelo vibró. Era hora de echar a correr hacia el frente, pero por la derecha, en paralelo a aquella cosa.

-Nenas, ¡ahora! –las ordené a todas, y salieron disparadas y súper coordinadas hacia el frente, pero yo no. Yo me quedé allí, me di la vuelta, 180 grados perfectamente calculados (porque no me cansaré de decir que: ¡soy muy buena en matemáticas!, y corrí en dirección opuesta a ellas.

Seguramente, no se darían cuenta de mi falta hasta que en medio de su carrera se estamparan contra una pared, o llegaran corriendo a Murcia, desde el centro de la tierra, lo que me daba un plazo máximo de 3 minutos. Tres minutos en los que tenía que hacer lo que se me había ocurrido entre el anterior capítulo y éste, y que no escribí porque si no las demás se iban a poner histéricas y no me dejarían realizar. ¿A que además de marika, soy lista? ¡JA!

Me subí la manga izquierda, y pulsé mi reloj de súper puta que es ¡LO MÁS! Sé que muchas de vosotras que leéis este blog, luego echáis a correr a comprar los productos y accesorios de Dolly, pero en esta ocasión, os vais a joder todas, porque dicho reloj me lo compré en Torremolinos. Así que… seguro que desde hoy, habrá varias marikas en Torremolinos con mi mismo reloj. Bueno, que se lo compren, porque nunca serán una DIVA como yo (si quieres ver mi Diva Reloj de Súper Puta, he puesto una foto en mi corchito de las Divas, neeenaaas).

Al pulsar el botón, el alumbrado disco fashion se puso en marcha, y aunque es pequeñito, en aquel pozo de oscuridad fue mi salvación para no estamparme viva contra dos o más columnas que aparecían como de la nada en mi camino, mientras corría y corría, nenas. Se me hizo un nudo en la garganta, y pensé que se trataba de angustia, miedo o cualquiera de esas cosas que le da a la gente, antes de que el médico de cabecera les recete unos tranquilizantes, pero no. Era la cremallera de mi cazadora de súper puta, que la tenía subida hasta arriba y me estaba agobiando, neeenaaas. Así que me la bajé un poco, y seguí corriendo y pulsando el botón de alumbrado del reloj, hasta que vi el destello a pocos metros de mí.

A todo esto, mientras corría sin mirar a tras, que es lo que hay que hacer cuando se corre una… (uis como ha sonado eso, ¿no?), las pisadas lentas de ESO que se zampaba las monedas, retumbaban en el gigantesco salón y provocaban movimientos en el suelo, pero no me asusté. ¡Ya lo había visto! Y sabía que iba a comerse la tercera moneda que había en paralelo a mí, pero a la izquierda, y yo corría por la derecha, y además, era más rápida que esa cosa, ¡Y ERA LA PROTA, NEEENAAAS!

-¡La cuarta moneda de oro! –dije al verla y me detuve, medio sin respiración de tanto correr, mientras ESO seguía avanzando lentamente, me agaché y la cogí.

A la luz de mi Diva Reloj de Súper Puta, aquella moneda era como un pisapapeles horroroso, como los que sacan del fondo del mar, y el color del oro estaba más gastado que mis DVD’s de Dolly Parton. Seguro que en el Monte de Piedad no te darían poder ni 10 euros, de la pinta tan cutre que tenía.

-Te vas a quedar con las ganas –dije bajito, al tomar prestado (porque las Divas no robamos, nena, nos lo prohíbe el artículo 2.377 del Manual de la Buena Diva, donde dice que “no cogerás lo que no es tuyo, a menos que lo pagues con la VISA, o lo cambies por una buena mamada”), me volví a girar otra vez 180 grados, guardándome en el bolsillo la cuarta moneda de oro, y con ayuda otra vez del alumbrado disco “janap” que diría Madonna y Gigi, corrí hacia donde habían corrido minutos antes Gigi, las Bossini y el rubio en bolas. ¡Qué estrés, neeenaaas…!

Otro movimiento del suelo que hizo que me desviara un poco de mi trayectoria, me asustó cantidad cuando aquellos cantos subieron en intensidad. El coro de voces que oía a mi izquierda, pero lejos, estaba acompañado de luces. Miré de reojo hacia allí, porque claro, yo seguía corriendo ayudada por la iluminación de mi reloj y esquivando las inmensas columnas cilíndricas.

Entre los gritos que daba una de las figuras aquellas, rodeada por las demás que cantaban, justo donde habíamos encontrado al rubio atado y amordazado (y en bolas, no lo olvidemos), pude oír cómo se comían la tercera moneda de oro, detrás de mí y muy lejos, y un sonido grave y profundo, un bocinazo ensordecedor, a lo trasatlántico... y entonces mi Diva Reloj de Súper Puta se quedó sin luz, por más que le daba con el dedito al botón, y sólo pude decir…

-¡MIERDA!

...Antes de empotrarme contra una columna que no vi.
¡Y mira que eran grandes las jodidas!

La nariz me crujió y me caí para atrás, pero con estilo, a lo American Beauty, porque nenas, aunque pierdas el conocimiento, hay que hacerlo con clase. O por lo menos, si eres una Diva.

9 comentarios:

Naxo dijo...

Cuando se acabe el momento marika-terror ten cuidado con la rinoplastia, no termines como Mickey Rourke, NENA!! Porque no pienso leer las aventuras de una diva desfigurada.
Oye, y deja de palpar el rabaco disimuladamente al rubio, y hazle una mamada YA! Bueno, o cuando hayais huído del bisho!
Por cierto, la foto de la hidro del corcho se ha tapado con una gitana xDDDD Tremendo

Frank Palacios dijo...

Sí, nena, APLASTADA POR UNA GITANA! Que debe ser una de las muertes más terriblemente terribles, después de morir aplastada por María Teresa Campos, claro!

¿Pero a que es LO MÁS mi Diva Reloj de Súper Puta, nena?

Hidroboy dijo...

Cuando te vayas a hacer la rinoplastia me avisas, que la gitana también se ha cargado mi preciosa nariz y a lo mejor nos hacen descuento de grupo.

PUTA, QUITA DE ENCIMAAAAAA

Naxo dijo...

No os habeis fijado que la gitana es la MENGDIVA VESTIDA CON UN TRAJE DE FARALAES? La muy puta se ha disfrazado ya para el Rocío!

Frank Palacios dijo...

A ver, nenas:

El corcho tan ideal de la muerte que he puesto, es para DIVAS! (o aspirantas, expertas en ingestiones, o trepas, claro), así que no me pongáis fotos de Marikas de Verano Azul de Puig, como la Bióloga en sus posados, ni Chinas Patinadoras, ¡PUTAS!

Así que un poco de ORDEN, NENAS, que si no, vamos a terminar todas como cuando se cae un bote de popper en el cuarto oscuro del Lether, que sí, vale, entra mucho la risa tonta a todas, nenas, pero terminamos follando con marikas horrorosas de pueblo, y eso no, nenas, QUE SOMOS DIVAS!

Un poco de GLAMOUR, por Dior!

Hidroboy dijo...

Perdona, pero la China Que Patina (CQP a partir de ahora) tiene MUCHÍSIMO GLAMOUR.

Yo hasta le voy a dedicar un post en mi diva-blog...

Frank Palacios dijo...

Eso, eso, nena
adopta a una china!

Pero el corcho es para DIVAS!

Hidroboy dijo...

TÚ CORCHO ESTÁ DEMODÉ, PUTA.


¡¡Ahora se llevan los marcos digitales!!

Frank Palacios dijo...

Ve a Grecia, PUTA, y di que todas esos cascotes están DEMODÉ!

JA!