martes, octubre 18, 2005

~17~ 1ª Temporada

En el capítulo anterior…

Sayuri estaba desaparecida (desde el Capítulo 1, nenas), ahora el rubio cachas y misterioso, tenía en su poder a Gigi, y yo tenía a Bruno, el novio policía de Sayuri, que ahora se hacía pasar por mi novio postizo, y que estaba revolucionando mis feromonas de manera ¡completamente impredecible!


-¿Dónde vive esa chica?

Yo, que estaba más afectada que aquella vez que vi a George Clooney en un preestreno en la Gran Vía, me limpé las lágrimas y le miré a los ojos.

-¿Qué chica?
-¿La Gigi esa?
-¿Gigi? ¡Gigi es un tío, nene! ¡Es rarita, pero es mi mejor amiga!
-¿Y ahora la tiene el mismo que ha secuestrado a Alex?
-Juraría que sí. ¡Sonaba como la voz del que estuvo preguntando por mí en el vídeo club! –y me puse en pie-. ¡Gigi vive aquí al lado! ¡Tenemos que ir en su ayuda!

Y salí corriendo a coger la copia de las llaves de la casa de Gigi, que tenía guardadas; la Gigi suele viajar mucho, y me deja las llaves de su casa para que le riegue las plantas. Dos miserables tiestos, unas violetas y unas margaritas espantosas, que sigo sin entender cómo viven, con lo cabeza de chorlito que es la Gigi.

-¡Es una trampa!
-¿Una qué?
-Una trampa –dijo Bruno-. Te quiere a ti, no a Gigi.
-¿Tú crees? –y me quedé pensando-. Coño, tú eres poli, ¡debes tener razón!
-¿Esas son las llaves de la casa de Gigi?
-Sí… ¿por?
-Haremos lo siguiente –dijo mientras entraba a la habitación de invitados, y volvía a salir con su pistola reglamentaria-. Anótame la dirección de Gigi e iré yo.
-¿Vestido con una toalla a la cintura, y con una pistola? ¡Con esas pintas no llegas ni al portal, nene, si te ve la Numis bajando las escaleras, no llegas al tercero! Te folla viva en el descansillo, y con lo rácana que es, seguro que después vende la pistola en el rastro.

Bruno se miró de arriba abajo y se sonrió.

-Estoooo, sí, será mejor que me vista antes, pero iré yo a casa de Gigi.
-¡Pero a quien busca ese tipo es a mí!
-Pero no llegó a verte, ¿cierto?
-Pues –y volví a quedarme pensando -¡Coño, qué bueno era Bruno como policía! Además de estar de escándalo, tenía cabeza-. ¡Es verdad, no me va visto nunca!
-Y en caso de que te haya visto, el que entre yo en casa de Gigi le desconcertará.
-¡Anda, pues también!
-Entonces haremos eso… -dijo cogiendo las llaves de la casa de Gigi de mis manos, y volvió a meterse en la habitación de invitados.
-¿Y yo qué hago mientras? –y le seguí-. ¿Punto de cruz?
-Te quedarás aquí y me esperarás –me dijo mientras dejaba la pistola sobre la cama, se quitaba la toalla y buscaba una camiseta.
-¿Quedarme aquí? ¿SÓLA? –dije fingiendo que estaba súper cabreada, pero sin dejar de mirarle (porque se había quedado en bolas delante de mis narices, como si fuera lo más normal del mundo), y me sentí como la “Rose Dewitt Bukater “ (la Winslet) del Titánic, cuando Jack (DiCaprio) le frotaba el paquete en el culito, en la mismísima proa del Titánic.

¡MADRE DE DIOS QUÉ BUENO ESTABA BRUNO!

-Aquí estarás más segura… ¡más seguro, quiero decir! –dijo al ponerse una camiseta.
-Si esperas que me voy a quedar aquí, cruzada de brazos –dije sin dejar de mirarle el pollón, y a punto de caer desfallecida-, debes estar borracha. Yo me voy contigo, pollón, digo ¡Bruno!

Y claro, metí la gamba, porque me pilló mirándole un poco más debajo de su cara, y también un poco más abajo de su pecho y más abajo del ombligo, ¡coño! Pero él se sonrió, cogió unos boxer y se los puso de una forma muy, pero que muy puta a la par que sensual, con una media sonrisa sin apartar sus ojos de los míos; sé que está mal esto, que es una grosería, vamos, pero le apunté con un dedo y le dije.

-Tú…. eres muy puta, nena, y a mí sólo me conoces de oídas. Así que no te me pongas tontorrón, porque cuando menos te lo esperes, te pongo a mirar a Cádiz y vas a flipar en 3D.

Bruno rió; siguió vistiéndose y hablando.

-Es mejor que te quedes aquí, Dolly, éste es mi trabajo.
-¡Menudo policía, que encima es marika y nunca ha estado en este barrio! ¿Cómo vas a ir a casa de Gigi? ¿Con el callejero en la mano, o preguntándole a un guardia de tráfico? No, nene, yo iré contigo, pero me quedaré abajo, en el portal, y si escapa, le pillo.
-¿Pillarle? ¿Pillarle con qué?
-Me he visto la serie de Los Ángeles de Charlie, como unas 5700 veces, no seguidas, claro, y sé lo que haría Jill, Farrah Fawcett, en todo momento.
-Pero tú no eres rubia como la Fawcett –dijo, y me dejó en bragas.
-Bueno, pero tengo el pelo castaño claro, y cuando me da el sol me salen reflejos.
-Ya… No, Dolly, tú te quedas aquí.
-¡Anda que no es pesada la tía ni nada! Mira, te diré lo que vamos a hacer. Yo te acompaño, y que quedo varios portales atrás, por si está controlando la calle, porque la casa de Gigi da a la calle, tú subes con la pistola, que eso impresiona a cualquiera y minutos después voy yo, disimulando, y entro en el portal.
-No, te quedarás en la calle. Me acompañarás, pero te quedas en la calle. Si escapara, no se atrevería a hacerte nada en plena calle.
-Bueno, vale, lo que tú digas –solté para que se callara, pero estaba claro que yo me metería en el portal como había sugerido-. Voy a vestirme.

Cinco minutos después, estábamos poniendo en práctica el plan. Yo me quedé varios números atrás, como había dicho a Bruno, pero en cuanto entró por el portal, yo me puse a contar 1 fresisuise, 2 fresisuise, 3 fresisuise, 4 fresisuise… ¡Ya!

Salí disparada al portal, y ¡mierda! Estaba cerrado. Llamé al portero automático a uno de los primeros. Gigi vivía en el 4º, así que no alertaría al rubio malvado cachas que la tenía secuestrada.

-¿Quién es? –preguntó la voz anciana de hombre.
-Portero comercial –dije súper cool.
-¡Métase esa mierda por el culo! -me soltó a bocajarro.
-¡Qué grosero! –chillé azorada, y llamé a otro del primero. Nadie contestó. Insistí. Nada. Volví a insistir y oí como un perro, en alguna parte, se ponía a ladrar compulsivamente. Seguro que le estaba ladrando al portero al que yo llamaba. Mierda. Llamé a otro.
-¿Quién es?
-Portero comercial…
-¡¡¡QUE SE META ESA PROPAGANDA POR EL CULO!!!

¡Coño! Con los nervios había llamado otra vez al mismo viejo cabrón; pulsé otro.

-¿Sí…? –preguntó una voz de mujer, que parecía agradable.
-Cartero –cambié de táctica, porque mentalmente, ya tenía el culo lleno de propaganda comercial metida a modo de canutillo. La puerta zumbó, empujé y entré.

Nunca había sentido terror al ir a casa de Gigi, pero esta vez sí que lo sentí, porque tenía mis motivos. No se oía nada, por más que me obstinaba a afinar la oreja… así que me puse a subir las escaleras, y cuando estaba en el descansillo del primero, se abrió la puerta de sopetón, y emergió un energúmeno de unos 80 años, con camiseta y calzoncillos y un garrote, o una especie de bastón atrofiado, que me hizo chillar como una oligofrénica.

-¡¡¡Váyase a tomar por el culo con su propaganda de los cojones!!! –me chilló, y levantó el garrote en dirección a mí, cuando restallaron ¡¡¡dos disparos por el hueco de las escaleras de forma ensordecedora!!!

El viejo cabrón, del susto, se tiró un sonoro pedo, volvió a su casa y cerró de un portazo, dejando un tufo en el descansillo a coles de brusleas en descomposición. Me tapé la nariz lo mejor que pude, y eché a correr escaleras arriba, donde sonaba aquel escándalo de cristales y maderas rompiéndose (o algo así), cuando las escaleras de madera se pusieron a temblar bajo mis pies. Alguien las estaba abajando a toda pastilla. Alguien que seguramente era muy pesado, de constitución fuerte y quizá ¡¡¡RUBIO!!! ¡Y yo estaba subiendo por esas mismas escaleras, como una loca, precipitándome hacia un destino incierto en el que podría morir y todo!

4 comentarios:

Hidroboy dijo...

NENAAAAAAAAAA
QUÉ TENSIOOOOOOOOOON

Por cierto, que sepas que me he partido el culo de risa con lo del pollón, lo de Cádiz y lo de los reflejos rubios. Quiero rodar tu vida y hacer una serie. Estoy llorando de la risa. ¡Gracias Dolly!

Frank Palacios dijo...

¿A vosotros es que os va la marcha, eh?

Una dejándose los tacones en una escalera, con un destino incierto y mortal (gracias al "cuesco" de ese viejo desagradable), ¡y vosotros disfrutando como cerdo en pocilga!

¡Anda que!!!

JAJAJJAJAJAJAJJA y muy bueno eso de buscarme un guionista, que el 90% son gays, los puedes tener casi todo el día en casa, y te tratan como una Diva. No es mala idea, no.

A ver si encuentro al guionista de Instinto Básico, y le hago mi cruce de piernas L'Oreal.
¿Por qué L'Olreal?
¡¡¡Porque yo lo valgo!!!

Hidroboy dijo...

Eh, que aunque me encante este blog de historias amariconadas a la par que espeluznantes, no es mía!! Yo no escribo esto, a mí me llegó un mail de la Dolly diciéndome que me leía y que quería que le leyera, y le leo.
Por cierto Dolly, no sé quién te ha dicho lo del guionista pero tiene razón: necesitas uno (yo me ofrezco) y necesitas rodar tu vida en micro-cortos a lo telenovela cibernética con Maricielo Pajares.

Si sales viva de esta, claro.

Frank Palacios dijo...

No es mala idea esa de la telenovela cibernética, pero no como la Maricielo, porque la chica la pobre, de actiz tiene poco. Yo en cambio, doy muy bien en cámara y sé hacerme la muerta, que lo flipas!

y como Spoiler, he de adelantar que sí, ¡saldré viva! (aunque a tompicones) Aún no he conocido a una marika muerta que escriba por internet sus aventuras de misterio, chulazos y otras cosas del querer. Mira, se me ha puesto la piel de pollo solo de pensarlo. JAJAJJAJAJA