jueves, diciembre 08, 2005

~34~ 1ª Temporada

En el capítulo anterior…

Consigo desatarme, y descubro que las lesbis y las marikas de abajo siguen vivas, pero además, me vuelvo momentáneamente del cuerpo de los GEOS, y consigo desactivar tres bombas, y encontrarme un localizador, cuando comenzaron las explosiones en cadena. Sí, nenas, demasiadas emociones en un solo capítulo, que continúan en éste.

Si Lucas y sus ingenieros del famoso THX hubieran estado allí conmigo, ¡seguro que se pondrían a trabajar en un nuevo formato de sonido! Un 7.20 o así ¡Madre mía cómo sonaban aquellas explosiones!, dentro de un enorme recinto metálico y acristalado. Era como celebrar las doce campanadas de año nuevo, con la cabeza dentro de la campana.

Al principio, la primera explosión en la entrada sonó a ¡blam!, súper lejos, pero con un retardo que sonó después en mis oídos estilo ¡TRAKA!; la siguiente explosión, fue a pocos metros de la primera. Otro ¡blam!, y después el ¡TRAKA!, en mis oídos, que me dolió una barbaridad, así que me los tapé y me aovillé contra la pared que tenía a la espalda, cuando explotaron la tercera y cuarta carga, muy seguidas, y cada una en una pared enfrente a la otra, consiguiendo un efecto estéreo envolvente de flipar.

Me metí los índices más adentro de mis orejas, no fuera que se me reventara un tímpano; las explosiones, no nos engañemos, no fueron espectaculares ni nada de eso, eran bolas de fuego de dos metros o así, con muchas chispas, maderas reventadas, cristales y un fuerte olor a petardo y tierra. Lo peor eran las ondas, y cómo mi cuerpo recibía aquellos impactos invisibles, sacudiéndose por completo. Como si te apalearan con maderas de esas que parten los karatekas.

Las explosiones continuaron una tras otra, y claro, perdí la cuenta. Que estaré loca, pero no me iba a poner a contar las explosiones, en el último minuto de mi vida como si no tuviera nada mejor que hacer. ¡Y me puse a cantar!

¡¡¡Tumble out of bed and stumble to the KITCHEN...
pour myself a cup of ambition,
and yawn, and stretch, and try to come TO LIFE...!!!

Mientras, la serie de explosiones subían por las columnas, porque también habían dejado puestos explosivos en las columnas que sustentaban la parte central del techo, a más de un metro del suelo, reventando las vigas y lanzándolas hacia cualquier parte, mientras so seguía cantando a voces.

¡¡¡JUMP in the shower, and the blood starts PUM-PING...
out on the street, the traffic starts JUM-PING,
with FOLKS LIKE ME on the job from nine to FIVE!!!
¡¡¡PAM!!!
¡¡¡WORKING NINE TO FIVE, what a way to make a LIVING...
barely getting BY,it's all taking and no GIVING!!!!

Las explosiones seguían viniendo desde el fondo de la nave, y yo cogí mi cazadora de súper puta y me la puse por encima de la cabeza, momento en el que oí los gemidos del hierro del techo cuando se doblaban y caían como granadas de mortero. Me tapé más la cabeza con la cazadora y volví a taparme las orejas, y repetí el estribillo como un disco rallado una y otra vez, perdiendo el ritmo cuando las ondas de las explosiones me sacudían como descargas eléctricas.

Sí, vale, perdí el ritmo, ¡pero NO dejé de cantar!... hasta que la que creí era la última explosión, sonó como cerca de mis pies, y me empujó hacia delante y salí despedida por el suelo no sé cuantos metros, pero al intentar agarrarme a lo que fuera, vi que estaba a menos de diez centímetros del hueco del montacargas, y como soy una osada, me dio por mirar abajo, y pegué un grito.

No se veía una mierda, pese a que las llamas que tenía a la espalda iluminaran parte de interior, y pudiera ver fugazmente restos de fuego abajo, en el fondo del hueco del montacargas.

-¡¡¡QUE ME ESCOÑO!!! –chillé, y me alejé arrastras del hueco, trastabillé y conseguí ponerme en pie, no del todo, porque seguía con las manos en el suelo, y me dio por volverme hacia la nave a ver cual era mi situación.

Jodida, nenas. Más que jodida, JODIDÍSIMA.

La enorme nave rectangular se había desplomado en peso, menos el extremo final donde me encontraba, porque aquella parte parecía que había sido construida con ladrillos, y no planchas de metal, y porque además había desactivado tres bombas de aquellas. Pero ante mí, a parte de ver el cielo de una noche estrellada sobre las llamas, el resto eran hierros retorcidos, placas desmembradas, y mucho caos.

Al volverme hacia el hueco, vi en la pared, a más de un metro del suelo, varios fragmentos metálicos que se habían incrustado. ¡Anda que llego a estar de pie, y termino como Drácula en las películas de Drácula! Con un hierro de aquellos clavado en medio del pecho.

Todo seguía envuelto en llamas, los hierros al rojo vivo… ¡Pero estaba viva! ¡SÍ! ¡¡¡ESTABA VIVAAAAAAAAAA!!! Y volvía acercarme al hueco del montacargas.

-¡¡¡NEEENAAAASSSS ESTOY VIIIIVAAAAA!!!
-¡¡¡Biennnn!!! –chillaron todos desde abajo y…
¡¡¡BLAMMM!!!

Una explosión a mi espalda me proyectó hacia el interior del hueco en plan catapulta, y pese a que conseguí mi sueño, volar como la Supermana, sabía que me iba a abrir la crisma si no hacía algo, y me moví en el aire como si bailara el “kasachof” ese que bailan las rusas (que mandan perras al espacio), para terminar enredada en unos cables o algo así, pero fui súper rápida. Intenté cogerme con ambas manos, y enrollar mis pies en ellos, para no escurrirme pabajo… ¡Y lo conseguí!

-¡Me cago en la Space y en su puta madre! –chillé histérica y súper nerviosa, con el cuerpo más tenso que una participante del Concurso Mundial de Culturismo.
-¡¡¡DOLLY!!! –chilló la Gigi desde abajo.
-¡No, Gigi! ¡Este no es el mejor momento para mantener una conversación! –y cogí impulso echando la espalda hacia atrás.

Los cables del montacargas estaban grasientos, y no sabía cuanto tiempo mis vaqueros aguantarían aquello, así que lo que se me ocurrió fue columpiarme, esperando el momento para, gracias a la inercia, caer de vuelta al suelo de cemento; miré por encima del hombro y no estaba a más de dos metros.

-¡Venga, nena! ¡Tú puedes! ¡Si aprendiste a hacer un tiramisú, podrás con ésto también!
-¿Qué has dicho? -preguntó la Gigi.
-¡Gigi, por favor! ¡A-ho-ra-no!

Volvía tomar impulso, y devuelta hacia atrás… muy cerca de mi suelo salvador. Con otra columpiada más, podría saltar fuera del hueco, pero no tuve esa segunda oportunidad, porque me escurrí y salí despedida, chillando por el aire como una berraca, hasta caer en suelo firme que… como si estuviera electrificado, me hizo gritar y salir arrastras lejos del hueco del montacargas.

-¡¡¡Dolly!!!
-¡Estoy viva, estoy viva! –y chillé hacia el hueco, pero sin acercarme a él-. ¡¡¡Estoy viva, Gigi!!! –y abajo todas gritaron ¡bieeen! y aplaudieron, que quieras o no, me hizo sentir súper cool, y súper positiva, aunque tenía más grasa encima, que los nenes pandilleros de Grease 1 y Grease 2.

Una vibración profunda atrajo mi atención y miré hacia arriba, cuando un proyector de luz lo iluminó todo a mi alrededor, y me puse a chillar y a gritar como una loca, señalando hacia el hueco del montacargas… porque aquello que me enfocaba era un helicóptero de la policía.

¡¡¡BIENNN!!!

Nos habían localizado gracias a ese chip que ahora, sin ninguna duda alguna, me había colocado Bruno en algún momento de la historia, porque claro, como yo cuento esta historia en primera persona, pues no vi cuando me la puso, ni me voy a poner ahora a hacer suposiciones, sobre en qué Capítulo se las ingenió Bruno, para ponerme el localizador en mi cazadora de súper puta, ¿vale, nenas?

¡CLARO! Ya está.

Tenía mi cazadora de súper puta en el Capítulo 23, cuando fui a contarle a la pasma lo de las invasiones alienígenas, y la poli, o sea, mí Bruno, me hizo caso y sabía que estaba en peligro, y se ofreció (o más bien le obligué a que me acompañara a casa), en el Capítulo 24, y puede que ahí… me pusiera el chisme éste para estar LOCA-Lizada; sorry a todas por este déja vù, pero es que cuando se me mete algo en la cabeza, no paro hasta que lo descubro. ¡Por eso estoy en el Capítulo 34, neeeenaaaas! Porque no paro hasta llegar al fondo del asunto. Fíjate tú, ¡cómo son las cosas!

-¡¡¡Estamos salvadas!!! ¡¡¡Hay un helicóptero de la policía, chicas!!!
-¡¡¡BIENNNN!!! –chillaron todas por el hueco del montacargas.
-¡Dolly… ¿Eres tú? –gritó una voz por un altavoz del helicóptero.
-¡Claro que soy yo, Bruno! –le chillé al helicóptero, aunque en realidad le chillé a Bruno (porque reconocí su voz), que fijo que no podría oírme, y moví mis manitas en plan azafata de las Aerolíneas Argentinas (que visten súper divinas las muy perras), señalando la enorme boca negra, que era el hueco del montacargas-. ¡¡¡Hay gente abajo!!! ¡¡¡Hay más gente abajo, neeeneee!!!
-¡No te muevas de ahí, Dolly! ¡Quédate ahí!
-¡VALE! –y levanté los pulgares hacia el helicóptero de la policía.

El foco dejó de apuntarme y se fue, junto con helicóptero hacia detrás de la nave, supongo que buscando un sitio donde aparcar, o donde aterrizar el trasto, y venir a rescatarnos y darme un megabeso porque estaba viva, y Bruno estaba muy buenorro, y seguro que se pondría cachondo al verme viva y todo eso. ¡En fins! Que me acordé entonces de "las enterradas vivas".

-¡Gigi! –grité al hueco-. La policía está aquí y nos van a rescatar a todas.
-No somos sordas, tía, que también lo hemos oído.
-¡Vale, so borde! –y miré alrededor, a ver cómo coño podría salir de allí.

En realidad no quedaba una pared intacta, bueno la que tenía detrás de mi y parte de los lados, que hacía una especie de U, pero cuadrada, así que supongo que podría salir entre los cascotes y tal, aunque eso sí, esperaría a que se apagaran las llamas o a algo así… cuando me fijé en que una de las paredes, que se había desplomado completamente hacia fuera, estaba justo al lado de la furgoneta que se dejaron los malos en su huída.

¡Un momento, un momento! Si Bruno y la poli me habían encontrado mediante el localizador, eso quiere decir, que habían llegado allí a tiro hecho pero… siguiendo la señal de mi localizador, ¿no? Pues sí, pero... lo que no estaba claro era, si en su camino, se habían percatado de la serie de furgonetas donde huían los malos de la historia. ¿Sabría la poli que los malos estaban huyendo en esos mismos minutos? ¿Conseguirían escapar la Space, la cabrona de su padre la pelirroja sacaojos y resto de malos... quedando impunes tras todo lo que habían montado?

¡No, si yo podía evitarlo!

Eché a correr hacia la furgoneta y abrí la puerta.

7 comentarios:

Frank Palacios dijo...

¡¡¡QUÉ TENSIÓN, NEEENAAAS!!!
¡¡¡Sólo queda UN CAPÍTULOOOO!!!

Hidro, nena, seguro que la de la foto es Boy George?
¡Andeandarán las rastas!

lotuyonotienenombre dijo...

ande vas tú con la furgoneta??? miedo me estás dando dolly, mucho miedo. yo me voy jumping pumping pa la kitchen aunque a las nine ya no llego a ni a la esquina.

Anónimo dijo...

Mira campeona, me duele la garganta, creo que me está empezando a dar fiebre y no tengo ni puta idea de qué va la película... Y encima, me entero de que sólo queda un capítulo!!! ¿Qué puedo hacer? No puedo con mi vida, no puedo.........

Chica, orientame o algo, que no puedo, eh, que no...

Frank Palacios dijo...

1º Tómate un desenfriól para los síntomas pregripes y...

2º Te va a tocar empezar desde el primer capítulo, en plan overdose, que puede tener dos fecectos colaterales como:

a)Volverte hipermarika y cool, que nunca está mal del todo, oiga y...

b)Divertirte como una enana con mis aventuras, y desesperaciones (como una que yo me sé, que disfruta como una berraca), mientras sufres ese amago de gripe casera.

Además, ahora mismo en la tele no hay nada interesante, así que será mejor empezar por el capítulo uno, nena.

Bienvenida al club!

Frank Palacios dijo...

¡Ya te digo!

Encima que es el último capítulo, y yo que voy de osada, a perseguir a los malos en plan Batman, pero más cool...

Y encima me da por adoptar a una hámster fucsia, a la que le he puesto el nombre de ¡Furcia!, por eso mismo, porque es fucsia, ¡y porque me da la gana!

¡A ver si me matan y se va a tener que quedar la Gigi con Furcia!

¡Con la "mano" quie tiene la Gigi con las plantas! La pobre Furcia fijo que moriría de inanición o sed, en menos de una semana!

Por cierto, neeenaaas!
Si veis a Furcia parada, y mirandote en plan Gigi, dadle un toque con el ratón para que haga sus ejercicios, que si no se le pone un culo, como el de ¡La Tunguska! Y eso ¡never, darling!

Peibols dijo...

Ves? con finales como este ya no podemos pasar tus aventuras a teleserie porque tanta explosión sube el precio de la postproducción...
La proxima vez menos explosiones!
:-)

Nenaaaaaaaaaaa

Yo cuando me enfrento a tantas explosiones siempre me acuerdo del video de las All Saints, f'jate

Frank Palacios dijo...

¿Cómo que no?
¡Vamos, imagínatelo!

En el momento en que va a empezar la traca, sale un MEGACHULAZO con tanga súper apretado y sombrero de cowboy, con un cartelón estilo "chica de boxeo", que en el que se leería:

Aquí iban unas espectaculares explosiones,
¡pero no teníamos presupuesto!


Y de fondo sonaría el In Your Eyes de la Kylie, y fijo que nadie se daría cuenta de que no hay explosiones.

La audiencia estaría súper entretenida viendo al MEGACHULAZO y cantando el estribillo, para acordarse de los efectops especiales.

Bueno, por lo menos a mí me pasaría, ¡¡¡¡neeenaaa!!!!

PD: Hidro, nena, mándame un correo para decirte cómo arreglar lo de “Tigretón”.

PD2: Mierda veo, mierda quiero.