sábado, diciembre 31, 2005

~6~ 2ª Temporada

En el capítulo anterior…

Yo casi la palmo por culpa de la miga de un pan alemán, pero me salvó en el último instante el niño pijo que marcaba paquete; vi unos movimientos raritos, de mosqueo total, pero la comida estaba deliciosa, así que no le di mucha importancia. De todas formas, yo me había llevado el Frotasec, por si a la Gigi o a mí, se nos comían vivas unas diarreas con tanta comida tan rara y tan country.

-Tía –dijo Gigi-. Aquí viene otra vez la loca esa.

Dicho y hecho, sin darme tiempo a asimilar su presencia, La Rata Gustavo se sentó en la mesa de al lado, sonrió a Meri y al niñopiñata, y nos atravesó con la mirada.

-Es curioso, ¿verdad?
-No, nena, no es curioso –respondí yo-. Has venido derechita y te has sentado ahí –dije moviendo los dedos índice y corazón, imitando sus pasitos de rata que había dado, desde su mesa hasta nosotras-. Ni te has teletransportado, ni te has manifestado como una aparición mariana, ni nada de eso, nena.
-Me refería… a que es curioso eso de los Blogs… -he hizo algo como “pausa valorativa” apretando los morros sin dejar de mirarme, porque para ella parece que yo era su única misión en esta vida-. Sí, en los blogs la gente cuenta sus cosas, cosas reales… o también, cosas inventadas, y todo el mundo se las cree. Incluso yo; crees que son personas guais, ya sabes, ese tipo de gente que te encantaría que fueran tus mejores amigos y todo eso, y cuando las ves en persona, son escoria en estado puro. Vulgares, pusilánimes y que se creen los Neos de la Matrix.
-¿De qué habla? –me preguntó Gigi más pedida que Wally en una película de catástrofes.
-Dolly –prosiguió La Rata Gustavo, sonriendo como en un anuncio de turrones-. Toda tú eres una invención: zorra.
-Tu cara sí que es una invención –dijo Gigi en mi defensa.
-Tranquila, nena –dije yo-. Que a trastornadas como ésta, me las conozco del Blanco y Negro, cuando fue invadido por los chaperos de Europa del Este.

Claro que… cuando dije lo de “chaperos”, saeteé con la mirada a La Rata Gustavo.

-Tus días de Dolly la Fantástica… están contados, puerca –dijo bajito, sonriendo, y apretó tanto los dientes, que le restallaron como hace la Furcia (mi hámster fucsia), cuando se los roe para que no le crezcan demasiado y se le claven en el cráneo.
-Debes estar hablando de la Obregón, neeenaaa… ella es la fantástica, no yo. Y aparta tu cara de mi vista, que me entra el gómito… y te advierto que he comido mucho, o sea, que no respondo de lo que pueda salir por mi boquita –y sonreí dando el tema por zanjado. No iba a perder mi maravilloso tiempo, hablando con aquella perturbada psicótica salida del guión de Misery 2.
-En cuanto pise Madrid, me haré un blog y te hundiré –dijo levantando la barbilla.

Un silencio se comió nuestra conversación, hasta que de fondo oí un “piñata”, que me era muy familiar; conté mentalmente hasta diez fresisuis, para no arrearle otro guantazo, y descargué mi energía doblando cuidadosamente la servilleta.

-¿Qué esperas que haga? ¿Qué grite? ¿Qué tiemble? –la interrogué, pero ella ni se inmutó. Mantuvo mi mirada, como si fuera de plástico.
-Eres lo peor, tía –le dijo Gigi.

Sí, la frase de Gigi fue absurda en aquel momento tan tremendo, porque el Duelo era entre La Rata Gustavo psicótica y yo, pero no fue la frase lo que hizo su efecto, sino el 45 que calza la Gigi, con el que le pisó el pié a La Rata Gustavo, como si apagara una colilla; la otra, se puso a chillar como si toda su ropa de licra hubiera encogido, y se levantó de un bote atrayendo la atención de todos los que estaban en el comedor.

-¡Es una arañita, tía, no es para ponerse así! –dijo Gigi mirando algo en el suelo, que desde luego, ¡no existía!-. Estamos en el campo, es normal que haya arañitas –prosiguió Gigi, de lo más natural.

Pero La Rata Gustavo seguía chillando y quejándose de su pié, y Gigi mirando aquella araña que se había inventado, y que yo, de tonta (y de buena a miga), le seguí el gesto y la conversación.

-¡Por Dior! Pero si es una arañita minúscula –y miré hacia La Rata Gustavo que estaba llorando en plan melodramática, lanzando sus lágrimas a varios metros de distancia, haciendo aspavientos con una mano, mientras que con la otra intentaba quitarse el zapato -. ¡Que no te ha mordido, neeenaaa…! –y miré a Gigi y dije bajito, aguantándome las risas-. Gigi, cuando improvises, avisa, que hasta a mí me ha asustado el alarido que ha dado la muy puta.
-¡A ver si tú no has visto también la arañita!
-¡Sí, la arañita de las cuarenta y cinco patitas!


Con semejante elementa chafardera fuera de combate (Gigi 1 - La Rata Gustavo 0), terminamos de comer (la otra seguía quejándose y pidiendo unos rayos X para no se qué de una fractura), cuando Olivia, que parecía algo desbordada por la situación, se acercó a nuestra mesa con las llaves de la cabaña.

-¡¡¡Por fin!!! –dije súper emocionada y miré a Gigi-. En cuanto estemos instaladas llamo a Bruno.
-Su cabaña es la número catorce –dijo Olivia mirando en la tablilla con todos nuestros nombres.
-¡Qué jeby, neeenaaa! –y miré a Gigi-. Eso es tener suerte, ¡casi nos toca la cabaña trece!
-¿La trece? -preguntó Olivia y sonrió súper cool-. Hace años que los resorts han descartado el número trece.
-¿Y entonces qué hacen? –preguntó Gigi, con menos luces que un paraguas.
-Se omite –dijo Olivia.
-O sea, que entonces… aunque tenemos la cabaña catorce…
-A efectos prácticos –dijo Gigi.
-¡¡¡ESTAMOS EN LA CABAÑA 13, NEEENAAA!!!

Chillé, miré a Gigi y volvimos a chillar juntas, pero claro, no fue lo mismo chillar juntas en el WC, en plena calle, o en el cuarto oscuro del Lether... porque estábamos chillando en un enorme salón de madera, y la madera absorbe el ruido, dicho lo cual, el berrido que dimos no sonó nada cool y me defraudó un poco.

-¡No me jodas que tenemos la trece! –dije a Olivia.
-¡Holy Manolis! –dijo Gigi.
-Olivia, wappa –dije estirando la mano con las llaves-. O nos cambias de cabaña o te haces cargo de la factura de nuestro psiquiatra, que es argentino, marika y tiene gustos súper caros...
-Eso será imposible. Ya están adjudicadas las cabañas.
-¿Cómo que ad-ju-di-ca-das? ¿Sólo hay ocho cabañas? ¡Pues vaya mierda resort, neeenaaa!
-Más que un resort, es un ¡mini-mini-mini resortín! -dijo Gigi.
-En el complejo disponemos de cincuenta cabañas, pero por ahora sólo hay ocho en fase piloto.
-¿Qué piloto? –preguntó la Gigi, que se pone muy berraca con las aerolíneas, desde que de pequeña se tragó aquella serie de Azafatas en el Aire.
-No hay pilotos, Gigi; una fase piloto, es como una casita de prueba.
-Ah –dijo Gigi.
-Mira, Olivia, me es igual, intenta cambiarnos con la cabaña de alguien.
-De nuevo, eso será imposible. Ya he entregado las otras siete, y vosotros sois los últimos.
-Es un asco ser las últimas -dijo Gigi.
-Sí, como las de Filipinas –corroboré.
-Crean me. Todas las cabañas son exactamente iguales.
-Sí, nena, no te lo discuto, que tú trabajas aquí y fijo que hasta habrás tenido tiempo para comprobar la ergonomía de los colchones, saltando sobre las camas, ¡PERO! –y levanté la llave para que la viera-, aunque aquí dice Nº 14, ¡¡¡Nuestra cabaña es la TRECE!!!
-Y yo soy ¡súpers tirosa! -dijo Gigi, tajante.
-Es la catorce -repitió Olivia.
-¿Pero no os saltabais un número?
-¡Gigi, por Fagor! ¡Pero, nena! -dije a Olivia-. Tienes que ayudarnos...
-Les encantará la cabaña –dijo Olivia en plan, te jodes y te aguantas: puta, porque se dio la vuelta y nos dejó allí, más solas que la banderita que hay en la luna.

En toda esta discusión, los demás se habían largado a disfrutar de sus cabañas (que no eran la TRECE), dejándonos atrás (como siempre), como las dos marikas de la cabaña TRECE.

-Bueno, tía, si pensamos mucho que es la catorce… quizá…
-No funciona, Gigi. Nos han encasquetado la trece -y señalé a Olivia-. Y cuando la Hija del Doctor NO, dice que NO, es que NO.
-¡Mira! –dijo ella muy resuelta, poniéndose en pié-. Las gitanas siempre te intentan vender el número trece porque trae suerte.
-¡Y un huevo de pascua, nena! –dije y me levanté-. Las gitanas dicen eso, para quitarse del mandil el cupón, ¡porque saben!, que llevan el mal fario con el número 13.
-¿Tu crees?
-¡¡¡Rotundamente!!!
-Ah, bueno, pues si es así, no se lo vamos a discutir a la gitana, ¿no?


Tras acojonarnos andando un poco… que en realidad fueron casi 10 minutos a pie, entre una niebla de peli de terror, siguiendo la cinta roja que marcaba los senderos, y guiándonos por los carteles de madera (súper chulos y con un diseño monísimo), vimos la indicación hacia la cabaña catorce, aunque en realidad era la TRECE. Que una será muy loca, pero no tonta.

Andamos un poco más y apareció como de la nada, una cabaña de escándalo, pero que parecía de juguete. No porque fuera enana. A ver, que me explique: tampoco es que fuera un loft, porque era una cabaña, pero súper cuqui y hasta Gigi se quedó sin habla al verla.

-Tía… -dijo tras unos segundos.
-Sí… me encantaría que Bruno estuviera aquí, para que me entrara por esa puerta, en brazos.
-¡Jo, tía! Eres súper cruel, ¿me vas a echar en cara todo el tiempo que Bruno no está aquí?
-Ay, que no, Gigi, pero lo extraño tanto, que mira, le voy a llamar… -y cogí el móvil.
-Y por qué no le llamas desde dentro y le cuentas cómo es… venga, va, que me estoy meando y quiero verla. Abre la puerta, Dolly.
-Mira que eres básica. Es llegar a un sitio bonito y que apesta a nuevo, y tú que te vuelves loca por mearlo como las perras callejeras.
-Tía, que me meo, Jolines.
-Está bien, está bien –y cogí las llaves y abrí, cuando el móvil pitó. No había cobertura-. ¿Qué te decía? No hay cobertura. ¡La maldición de la cabaña trece ha comenzado!
-Será por el mal tiempo –dijo Gigi importándole un cuerno, y entrando en la cabaña a todo correr.

Cuando entré, el calor me abrazó como una madre… como una madre muy acalorada.

-¡Nena, cómo se pasan con la calefacción! ¿No? ¡A ver si nos han dado la cabaña sauna, o ¡¡¡la cabaña del infierno, neeenaaaa!!!
-¡No me desconcentres, tía, que meo por fuera!
-Pues lo limpias, que es una cabaña piloto, y está nueva… y huele a nueva… y sólo habrán meado en esa taza... los veinte leñadores del norte de Nebraska que la han construido –y me quedé muerta con lo que estaba viendo-. ¡Neeenaaa, esto es increíble!
-Sí, tía, hay dos juegos te toallas, dos albornoces y muchos mini jaboncillos de colorines. ¿los podemos… llevar a Madrid?
-Los jaboncillos sí… y me da que los albornoces también… Y si no, que nos busquen por Chueca.

Yo entré, en plan Gran Dama del cine en blanco y negro, tras cerrar con llave, por si las moscas aparecía el Jason de Viernes 13, y me adentré en el saloncito donde alguien había dejado nuestras maletas. No las bolsas súper cools que nos habían regalado, porque esas las llevábamos encima, sino las maletas de marikas viajeras.

-Gigi, termina ya, y ven a ver esto, neeenaaa, ¡que te lo estás perdiendo!

Oí cómo tiraba de la cisterna, los grifos del lavabo y salió por la puertecita de la izquierda mía, con cara de menos nerviosa y ojos de flipada.

-¡Pero esto debe valer un pastón! ¡Qué saloncito, tía!
-Cuando vuelva a casa, me traumaré, fijo. ¡Seguro que Dolly Parton vive en una casita así! Con un estudio de grabación en el sótano. ¡Qué tíaaaaaaaaaa!

Avanzamos como si anduviéramos por un campo de minas, que en el estilo marika se llama: “andar a lo traveling” o sea, deslizándonos con súper estilazo, mirándolo todo como si fueran planos de la próxima película del Amenábar; el saloncito se dividía en salón cocina, muy estilo rural, con otra puerta cerrada y un pasillito a la derecha, por el que nos metimos hasta dar con un dormitorio, con cama individual.

-¿Cama individual? –pregunté al aire-. ¡Vamos a dormir fatal, nena!
-Espero que haya otro dormitorio.
-Estará en la otra puerta que vimos al pasar –dije volviendo sobre mis pasos y abrí la puerta y… chillamos emocionadas -¡¡¡Sólo falta la chimenea y la alfombra de OSO!!! ¡No Gigi, NOooo!

Demasiado tarde. Gigi ya había cogido carrerilla y saltado como una gacela sobre la megacama de matrimonio, con manta peluda, de esas donde deseas revolcarte en bolas con un tiarrón del norte de Nebraska, o en mi caso, con Bruno; Gigi se tumbó en aquella gozada de cama con manta peluda, haciendo poses como si la fotografiaran desde el techo en V invertida (y todo de madera de la de verdad).

-Si pusieran una cámara ahí, podría hacer un striptease a lo Jane Fonda en Barbarella.
-Sí, seguro que sí –dije y me tiré a su lado y la imité en aquel momento orgásmico-. Pero Barbarella sería yo, ¡neeenaaa! Que soy rubia.
-Tú no eres rubia Dolly -dijo y se sentó en la cama.
-Es que me pongo gomina, nena, pero si no me la pongo, el sol brilla de forma que...
-¿Quién es ese?
-¿Quién es quién? –me incorporé, para ver a Gigi mirando hacia la ventana que había en el dormitorio. Al otro lado, sólo estaban las formas blancas de la niebla-. ¿Quién?
-Ahí fuera había alguien.
-Nena, no empieces con el rollito Sexto Sentido, ¿vale? ¿Quién era? ¿La Rata Gustavo?
-No, tía, mira –y me enseñó el brazo-, se me han puesto de punta.
-Serán los pelos del coño, nena, ¡que tú no tienes pelos en los brazos! ¿¡Pero quién era!?
-Y yo qué coño sé… era… ¡era un viejo! –y se puso las manos en las sienes-. Y estaba mirando así por la ventana.
-¿Pero un viejo? ¿Un viejo cómo?
-¡Pues arrugado, tía, como todos los viejos! Y movía la boca.
-¡No me jodas, nena! –dije poniéndome en pie de un salto, mirando hacia la ventana, pero sin acercarme a ella-. ¿Dijo algo? ¿Algo así como Rosebud o Todos Muertos?
-No, no… estaba como con el mute de la tele. Movía la boca pero no se oía nada.
-¿Seguro que intentaba decir algo, o estaba mascando chicle?
-¿Cómo va a estar ese viejo mascando chicle con dos dientes, tía?

TROCK!!! TROCK!!! TROCK…!!! Sonó en la entrada, y es que las maderas de verdad, no hacen toc, toc, toc, sino trock, trock, trock… Alguien estaba llamando con los nudillos, y con ganas de asustarnos, en la puerta de nuestra cabaña trece.

12 comentarios:

Frank Palacios dijo...

¡Bien, nenas!

Con el Capítulo 6, despedimos el 2005 y damos la bienvenida ¡¡¡al 2006!!!!

FELIZ AÑO NUEVO A TODAS, NEEENAAASSS!!!

Frank Palacios dijo...

¡No jodas, neeenaaa! ¿Chulos Brasileños? ¡Fíjate si hace time goes by, que no me paso por allí! Hace como 3 LP's de Madonna, donde la Gigi y Yo éramos las reinas de la Dance Floor.

Sobre el trock trock... súper jeby, nena. Ya avisé... cuando dije que ésta aventura sería de Terror. Pero de Terror del Susto.

Saludos a la Boston y a la Ana, y a pasar la resaca post New Year, ¡Neeenaaa!

Y también quería saludar, a TODAS LAS NENAS de Latinoamérica que leen ésto (y que las muy putas no ponen ni un post), y a la Marika perdida de la India (¡qué jeby!), que también está enganchada a Desperate Housegays.

lotuyonotienenombre dijo...

tía con el miedo que pasé en el avión ese del motor en llamas, me acordé de tu tren de la bruja. y ahora tú sigues dándole al género terror... pues sí que empezamos el año a tope neeeenaaaa ;)

Peibols dijo...

Desde luego, que cabaña más total... seguro que todo es de marca.
Y no tienen hilo musical para que te conectes el mp3 y se oiga por toda la casa?
Porque eso ya sería lo máx de lo máxmara.

Tía, a ver si me bajo un finde a Chueca, que nombrais sitios que no conozco, nenaaaaaaaaaaaaaaaas

Peibols dijo...

Doly estas entre nosotras?
O se te ha comido la lengua algún degenerado en el cuarto oscuro?

Onliyu, se puede ser muy digna, muy señora y muy casada y saberlo todo de una ciudad. Una cosa no quita a la otra, jo tías!

Hidroboy dijo...

¡Viva los tabiques de plata! ¡Viva!

Peibols dijo...

Nos quieres hacer creer que Dolly todavía está hinchada????
Pero esta niña que ha hecho? encerrarse en los baños del Budha y comersela a toda la plantilla del Real Madríz hasta reventar a cambio de sustancias que no son Redbull para aguantar más rato despierta????

Madre de Dior!

Gracias por la oferta, lotuyo, si bajan los precios a las islas me bajo a hacerte una visita ;-)

Frank Palacios dijo...

Pero NEEENAAAS!!!
¡Estáis más desquiciadas que yo!

Peibols, si te bajas a Chueca te llevamos de rodeo Country. Puedes apostar un fresisuise a que sí.

Onli, nena, estar casada no quiere decir ser SANTA. Que yo me he tirado a heteros casadas, a marikas casadas, y a casadas cansadas de Kansas (¡claro, con ese viaje que se pegan las nenas!) Y la que no tenga las rodilleras de un vaquero manchado, ¡que tire la primera tanga! ¡FALSAS!

Y sí, nenas, sigo vivita y coleando, pero claro, es temporada de Reyes Magos, y aquí que me he liado con las 4 cartas, que tal y como está el correo, mejor mandar una carta a cada Rey Mago por burofax, y la cuarta para el Paje, que es super marika, porque no se puede ser hetero con esas mallas verdes y esos tocados de plumas a lo Hidro... ¡¡¡neeenaaas!!!

Y claro, la Gigi, que me ha copiado la idea, y que además es de las de Mierda Veo, Me aparto Para no Pisarla, me ha pedido que le escriba también sus 4 cartas, pero ella como va de moderna, ha escrito una 5ª, para los ¡CAMELLOS!, porque dice que como son mágicos, seguro que saben leer. ¡En fins, cualquiera le lleva la contraria a la Gigi!

Que estoy en un sin vivir, entre el Springfield, el Jack & Jones y el Berska, que me han dicho que la ropa es de lo PIOR, ¡pero tiene una pinta tan de súper puta!, que no he podido resistirme.

PD1: Peibols el Redbull no lo soporto, huele como a diarreas. ¡JARL!

PD2: Mañana el Capítulo 6, que ahora me voy a poner esos 9 burofax a los Reyes (las 5 cartas de Gigi y las 4 mías).

PD3: ¿Servirán los cupones descuento del DIA? ¡¡¡Porque se me van a caducar la oferta de las Coca-Locas, Hidro neeenaaa!!!

Frank Palacios dijo...

¿Véis lo que os digo?
Estoy histérica.
Mañana el Capítulo 7, que como es impar, seguro que estará gafado.

Y eso que no soy "¡súpers tirosa!" como la Gigi, pero los impares, están gafados, y una prueba irrefutable de ello, es por ejemplo, los TRIOS: no funcionan, siempre hay UNA que se queda cortada o sin saber qué hacer, y esa UNA, también es IMPAR.

Las matemáticas no fallan, y las gitanas, menos.

lotuyonotienenombre dijo...

pero pei, a canarias vente con ¿¿oferta?? o sin ella, y avisa, pero que sepas que conmigo y con el nene en casa, mi madre ya no da a basto. hay que ver lo que aguanta la pobre y lo mal que se lo pago... jopes.
felices cosas a todos y sobre todo a ti dolly, que para eso este es tu blog aunque a veces no lo parezca.

Hidroboy dijo...

Joder tía!
Este post tiene más comentarios que todo mi Kill Pili. ¡Y lo mío es más interesante! Allí hay drogas, traición, pasión y sexo desenfrenado con heteros seguratas forrados inexplicablemente. Vamos, que lo mío es Expediente X y lo tuyo es El Comisario. ¡Las maricas no tenéis gusto!

¿Sabéis lo que estaría bien? Dejarnos de viajes a Canarias y a Boston y quedar todas juntas en un sitio para conocernos. Ara, yo de Barcelona no me muevo que soy muy perra. Al menos no este mes. Ni este año, si me apuras. Organizad algo bonito y yo asisto por videoconferencia en el móvil 3G de la Gigi.

Frank Palacios dijo...

Onli, nena, ya veo que estás tan histérica, que hasta has repetido el post.

Lotuyo, dont worry!, que este blog es de todas las que lo visitan, ¡¡¡que hasta lo leen unas trastornadas de la India!!!
¡Holy Manolis!

Hidro, lo que pasa es que el tuyo es Cosmopollitas, y el mío es más rural, y se que todas hemos soñado algún día, echar un polvo en el granero del granjero, además, como he dicho no se cuantas veces, en esta aventura vais a pasar miedo, pero lo que se dice auténtico miedo de verdad, y el miedo atrae, porque diferencias sociales a parte, TODAS nos asustamos con lo mismo.

Y sobre esa quedada... lo dices porque quieres meterle mano a MI BRUNO, SOPUTA! JAjeJIjoJU!